En medio de la histórica ola de calor, este miércoles finalmente llegó la lluvia al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y otras regiones del país. Se esperan tormentas y precipitaciones que se extenderán hasta la próxima semana, provocando un leve descenso de las temperaturas, informó el Servicio Metereológico Nacional (SMN).
Las provincias de Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz presentan alertas amarillas por lluvias y tormentas de variada intensidad, con posible caída de granizo, fuertes ráfagas y actividad eléctrica según el distrito, advirtió el organismo.
En la Ciudad de Buenos Aires se esperan valores de precipitación acumulada entre 15 y 40 milímetros, que podrían llegar hasta 50 milímetros. En el resto de las provincias se estima entre 10 y 20 milímetros, que pueden "ser superados en forma puntual, especialmente en zonas más elevadas donde las precipitaciones también pueden darse en forma de lluvia y nieve", indicó el SMN.
Pese a las lluvias intensas, la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano van a tener que esperar, por lo menos, hasta el sábado para sentir un alivio al calor extremo, ya que para el jueves y el viernes se esperan máximas que rondarán los 30 grados.
Hacia el fin de semana la amplitud térmica se ubicará entre los 20 y 27 grados. El frente frío causará el "desplazamiento de la masa de aire cálido y húmedo que está ahora sobre el centro y norte del país", marcando el fin de la ola de calor que azotó la primera quincena de marzo, de acuerdo al SMN.
Por su parte, en la zona centro de la provincia de Buenos Aires, el norte de Entre Ríos, y el centro y este de Córdoba se mantiene el alerta naranja por temperaturas que implican un efecto "moderado a alto en la salud", al tiempo que rigen advertencias de nivel amarillo para la costa de la provincia de Buenos Aires y el centro de Córdoba.
Ante estas alertas, el Gobierno porteño recomendó no sacar la basura; retirar objetos que impidan que el agua escurra; evitar actividades al aire libre; no refugiarse cerca de árboles y postes de electricidad que puedan caerse; no permanecer en playas, ríos, lagunas o piletas para minimizar el riesgo de ser alcanzado por un rayo; no circular por calles anegadas; no manipular artefactos eléctricos que estuvieron en contacto con agua; y no colocar macetas en balcones.