La quiebra del Silicon Valley Bank en Estados Unidos la semana pasada continúa generando efecto desconfianza. Este martes hubo una fuerte caída en el precio de las acciones de los bancos de Europa, que estuvo encabezada por Credit Suisse. Esta entidad llegó a perder hasta un 30 por ciento de cotización en el momento más crítico de operaciones. Las Bancos Centrales de los países desarrollados se encuentran en una encrucijada por el impacto de la suba de la tasa de interés sobre el sistema financiero.
La situación del banco Credit Suisse alteró las bolsas globales y arrastró el precio de las acciones. El banco suizo solicitó a la autoridad monetaria de ese país y a la Autoridad Suiza Supervisora del Mercado Financiero (Finma) que brindaran una declaración pública sobre la salud financiera de la entidad, con el objetivo de devolverle confianza al mercado.
Durante la jornada el Banco Central Europeo (BCE) y el Tesoro estadunidense monitorearon la situación y analizaron la necesidad de intervenir con líneas de liquidez. Credit Suisse pidió una “declaración tranquilizadora” para frenar una corrida contra la institución. La semana pasada fue justamente la salida masiva de depósitos lo que terminó desencadenando el cierre del SVB y una catarata de medidas del Tesoro y la Reserva Federal norteamericanos para evitar que exista un efecto contagio a otras entidades financieras.
El Credit Suisse tuvo un desplome en la bolsa: sus acciones llegaron a caer más del 30 por ciento -para luego frenar la baja al 13 por ciento- y tocaron un mínimo histórico, arrastrando al resto de los papeles financieros. En medio de la volatilidad global, y luego de la caída de tres bancos en Estados Unidos, el Credit Suisse había reportado pérdidas mayores a las esperadas y su principal inversor anunció que no ampliaría el aporte de capital a la entidad. Esto generó una reacción de venta masiva de sus acciones en la bolsa.
En detalle, fue Amar Al Judairy, presidente del Banco Nacional Saudita, principal accionista de Credit Suisse, quien descartó invertir más dinero en el banco. El Credit Suisse atraviesa una situación delicada y se vio inmerso en diversos escándalos respecto a las inversiones que realizó con los fondos de sus clientes, lo cual lo llevó a una crisis de confianza. El banco informó en sus balances pérdida neta de 7917 millones de dólares en 2022, el peor resultado registrado por la entidad desde la crisis financiera de 2008.
En otro reporte, publicado a comienzos de esta semana, reconoció además que se identificaron “debilidades materiales” en los controles internos de sus estados financieros y una fuerte salida de depósitos desde fines del año pasado que ascendió a más de 100.000 millones dólares. El CEO del banco, Ulrich Koerner, trató de traer calma afirmando que la base de liquidez sigue siendo sólida y muy por encima de todos los requisitos reglamentarios.
"Parece que cada vez más inversores miran hacia Credit Suisse como la próxima ficha del dominó en caer", se señalaba en la mayoría de los informes financieros de la jornada. El Banco Central Europeo pidió este martes a los bancos de toda Europa que revelen su exposición al Credit Suisse y dejó en evidencia las preocupaciones con esta entidad.