Si es verdad que la innovación surge de la recombinación de conocimientos ya existentes pero aislados, MonedaPar cuenta con lo necesario para el calificativo: en esta iniciativa aportan economistas, cooperativistas y especialistas en tecnología blockchain para elaborar una herramienta segura y abierta que permita a las cooperativas intercambiar sin las restricciones monetarias habituales. La experiencia  cooperativa de generar una moneda propia funcionó muy bien en los años 60’ hasta que el ministro de Economía Martínez de Hoz abortó su uso durante la última dictadura militar. En el mundo hay varias monedas sociales, entre las que se destaca la Suiza Wir cuyos movimientos representan cerca de un 15 por ciento del PIB de ese país. La gran innovación de MonedaPar es que se trata de la primera moneda social fundada sobre la tecnología blockchain (similar a la que usa BitCoin), que permite dejar un registro digital y distribuido de todas las transacciones que se hacen. 

“Después de la crisis del 2001 el sistema bancario argentino no se recompuso por distintas razones, la principal es la desconfianza. Existe un sistema donde la 2/3 partes de los préstamos van al Estado. El tercio restante va a los privados; y de eso casi nada a la economía social”, explica el ex diputado Mario Cafiero. Este diseñador industrial es parte del Observatorio de la Riqueza Padre Arrupe, la organización que tras un diagnóstico de la situación económica decidió iniciar el proyecto cuya primera transacción tuvo lugar en febrero de 2017. 

¿Ustedes plantean que el dinero es creado directamente por los bancos?, preguntó Cash.

–Así es. El Estado solo imprime el 20 por ciento de la masa monetaria total. El otro 80 por ciento lo generan los bancos a través de los préstamos. Es dinero creado de la nada: cuando lo decís así la gente se queda mirándote. Pero este sistema de reservas fraccionarias permite a los bancos prestar mucho más de lo que tienen depositado. Está en las estadísticas del Banco Central.

¿Esto es así en todo el mundo o es un fenómeno argentino?

–Este tipo de políticas al servicio del sector financiero ocurre en todo el mundo. Lo vimos en la crisis del 2008 de las subprime. Hay una discusión en el mundo de nuevas políticas monetarias, del rol de los bancos centrales y de cómo deberían ser públicos para que la emisión monetaria garantice la actividad económica y no al revés.

¿Cómo se relaciona con el dinero?

–Se sabe para qué se usa el dinero, pero muy pocos cómo se crea y cómo se encarece el costo del dinero artificialmente. Ese sobrecosto lo pagamos todos al usar dinero que tiene una tasa de interés con un piso de 25 por ciento anual. Puede ser que no recibas un préstamo pero cuando se toma un café por ahí el dueño tiene uno y carga la tasa de interés en lo que vende. Ese es el verdadero sobrecosto argentino, no el salario. En el mundo se está cuestionando la actividad bancaria de intermediación por los altos costos operativos, sociales, los salvatajes. De ahí surge la necesidad de una moneda de pares o P2P (Peer to Peer). Esto no es nuevo: ya ocurría con las cajas de crédito y las letras cooperativas que florecieron en la década del ‘60 hasta que Martínez de Hoz las liquidó.

¿Generar moneda no es un rol del Estado?

–Estamos hablando de monedas complementarias a la oficial. Ya hay varios tipos de moneda: está la SUBE para el transporte. También hay monedas de aceptación voluntaria como Serviclub, los millajes, tarjetas de descuentos. 

¿Cómo resuelve esos problemas monedapar?

–MonedaPar aspira a organizar financieramente a comunidades de la economía social y popular en base a la confianza que ya existe entre ellas. Todas las empresas tienen saldos de cuenta corriente con sus proveedores y con sus clientes, porque hay confianza entonces hay fiado. La idea de MonedaPAR es monetizar digitalmente esos saldos, recreando sistemas de crédito mutuo. Detrás de cada uno de esos saldos hay una producción que lo avala. En el sistema de crédito mutuo la idea es que vos puedas compensar con tus productos y/o servicios esos saldos. Podes estar negativo por un tiempo sin que te cobren intereses, porque la comunidad sabe que vas a producir y vender más adelante. 

¿Y el uso de la tecnología? 

–Ese es el gran aporte de MonedaPar porque estamos utilizando tecnología Blockchain, donde las transacciones son inviolables y transparentes. Todas las operaciones pueden ser auditadas. Fue una creación de la empresa argentina Waba, un equipo técnico que usa blockchain.

¿Cómo se logra que se empiece a usar?

–Una moneda es un hecho comunitario, social. Hoy el Banco Central hace piquete financiero, nos deja sin liquidez. Entonces no podes comerciar. Por eso decimos que es una moneda complementaria: no vamos a dejar de usar el peso, ni de luchar para que la política monetaria del Estado sea democrática y equitativamente distribuida. Pero mientras tanto se puede demostrar que somos capaces de tener una independencia financiera de los bancos y a una tasa cero de interés.

¿Cómo se accede a la MonedaPar?

–En el sitio monedapar.com tenemos un mercado virtual para aquellas empresas de la economía social y pymes que quieran participar del sistema y ofrezcan productos o servicios al menos en parte en MonedaPar. Estamos convocando actores como Cooperar, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, la Fundación la Base, cooperativas y mutuales. El gobierno de la Monedapar es una asamblea democrática donde participan todos los actores involucrados. La moneda complementaria solo sirve si existe una comunidad que la acepta. Las decisiones del gobierno de la moneda deben ser transparentes y democráticas. Si hay lazos de confianza, se puede.

¿Un ejemplo de transacciones?

–En este momento estamos coordinando el intercambio entre el frigorífico SUBPGA de Berazategui, recuperado por los trabajadores, y la Unión de Trabajadores de la Tierra que está en el cordón hortícola de La Plata. Estamos viendo cómo pueden intercambiar carne y verdura a precios muy inferiores usando la MonedaPar sin el costo financiero de usar dinero común