El telescopio espacial James Webb, un proyecto internacional conjunto entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA), registró sus primeras e impresionantes imágenes justo antes de que una de las estrellas más luminosas y masivas del universo, la Wolf-Rayet (WR) 124, se convirtiera en supernova.
Las observaciones de esta “excepcional” fase se hicieron en junio del año pasado, cuando con sus instrumentos para ver infrarrojo el telescopio detectó con “un detalle sin precedentes” el fenómeno que ocurrió a 15 mil años luz de distancia, en la constelación de Saggitta, según informó NASA.
La supernova es una explosión de una estrella que en los momentos previos libera una enorme cantidad de energía, lo que la hace aumentar de manera notable su brillo. La WR 124, que tiene 30 veces la masa del Sol, ya desprendió de sus capas externas material equivalente a 10 soles.
A medida que el gas expulsado se aleja de la estrella y se enfría, se forma polvo cósmico que es precisamente lo que brilla a partir de la luz infrarroja del Webb. “La imagen detallada de WR 124 obtenida por Webb conserva para siempre un momento de transformación breve y turbulento, y promete descubrimientos futuros que revelarán misterios del polvo cósmico que han estado ocultos durante mucho tiempo”, expresó NASA sobre estos halos luminosos.
“Webb resolverá los misterios de nuestro sistema solar, verá más allá de mundos distantes alrededor de otras estrellas y explorará las misteriosas estructuras y los orígenes de nuestro universo y nuestro lugar en él”, agregó la agencia espacial.
Cómo funciona Webb y por qué es importante el polvo cósmico
El nuevo telescopio de la NASA utiliza una cámara de infrarrojo cercano (NIRCam, por sus siglas en inglés) que lo que hace es equilibrar el brillo del núcleo de la estrella y atenuar los detalles nudosos en el gas circundante. Además, su instrumento de infrarrojo medio (MIRI, por sus siglas en inglés) revela la estructura grumosa de la nebulosa de gas y polvo del material expulsado que ahora rodea a la estrella.
En tanto, Webb “abre nuevas posibilidades” para investigar acerca del polvo cósmico, algo en lo que hasta ahora los astrónomos no tenían la suficiente información detallada en entornos como WR 124.
Con el descubrimiento que permitieron estas imágenes, se sabe que el polvo puede sobrevivir a la explosión de una supernova y sumar al “presupuesto de polvo” total del universo. En el espacio exterior hay una cantidad de este material cósmico que ninguna teoría hasta ahora pudo corroborar exactamente. “El universo está funcionando con un superávit presupuestario de polvo”, afirmó la NASA.
Se trata de algo no menor, dado que el polvo es fundamental en la forma en que opera el universo: alberga estrellas en formación, forma planetas, sirve de plataforma para que las moléculas se formen y agrupen, entre otras cosas.
En tanto, la observación de estrellas como WR 124 que se convierten en supernovas permite a los astrónomos comprender incluso un poco más la historia de los comienzos del universo.