Miguel Ángel Lens (1951-2011) fue un imán que, mediante su personalidad y los talleres de poesía que coordinaba, atraía a personas que deseaban hablar libremente de sus deseos, experiencias y fantasías eróticas a través de su pluma.
Además de poeta fue artista visual, entregó su alma y su vida a retratar mediante la poesía las experiencias sexuales, eróticas, amorosas y existenciales que lo conformaban como un ser único, multifacético e injustamente olvidado en reiteradas oportunidades.
Creador y miembro de grupos de poesía icónicos como Poesía Gay de Buenos Aires y San Telmo Gay, en una época de persecución policial y violencia desenfrenada hacia quienes rechazaban y desafiaban la heteronorma, no era nada extraño encontrarlo deambulando por las calles de Buenos Aires repartiendo volantes con sus poemas, dibujos, collages y manifestaciones anarquistas.
Profundamente ligado a la noche, al yire perpetuo, a sus misterios, teteras, cines, recovecos, estaciones, antros y pasadizos de encuentros sexuales esporádicos y espontáneos, gran parte de su poesía, dibujos y cartas sobrevivieron luego de su muerte en 2011 gracias al trabajo de su hermano y de sus amigos y cómplices más cercanos. Así, en 2016 se publicó "El barril de lluvia", una edición realizada y distribuida con mucho amor y autogestión por la editorial Acercándonos en conjunto con amigos cercanos de Miguel: Horacio Menu, Néstor Latrónico y Marcelo Saraceno, compilando seis libros inéditos de su autoría.
Gracias a la donación reciente que se realizaron de sus obras y objetos personales al Archivo de Investigación en Arte y Cultura Dr. Norberto Griffa de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, nuevos artículos, materiales, investigaciones y reconocimientos sobre la obra y la figura de Lens comenzaron a otorgar la visibilidad y el resguardo merecidos. En ese marco, acaba de salir a estas calles que Miguel tanto amaba “Tu muchacho tan soñado. Poesía publicada (1990-2009)”, un completísimo volumen editado por Blatt & Ríos que reúne su obra con un nivel de edición, exposición y distribución que le hace justicia a su trayectoria: basta echar un ojo por las vidrieras de cualquier librería amiga para encontrar los hermosos dibujos de Miguel en la portada del libro, exhibido orgullosamente entre los volúmenes más codiciados de las novedades editoriales.
Con un erudito trabajo de investigación sobre la obra y el archivo de Lens plasmado en el “Prólogo” por Mariano López Seoane, y un capítulo-apéndice de cierre titulado “Cinco amigos recuerdan a Miguel Ángel Lens” que relata icónicos encuentros y anécdotas, esta antología se inicia con “los poemas de jimmy barret”, un poemario copado de andanzas sexuales y desviadas biografías homoeróticas de personajes habitantes de mundos marginales y fascinantes, entre camiones, baldíos, barrios olvidados y bambalinas de obras en construcción alejados de la domesticación burguesa y la seguridad complaciente de la-noche-gay.
Lo sigue “Jaschou”, un libro con sus geografías y cuerpos exóticos contorneados en versos indomables: “extraño cosmos / donde un adolescente enamorado se maquilla / y enciende la sombra de sus noches desiertas / con el rojo potente de un lápiz de labios”. El tercer encuentro comienza con el urbano, tanguero y sombrío “Arolá”, seguido de los “Quince breves poemas de seda y de verano”, habitados por chonguitos, taxi boys, terrenos del yire profundo y homenajes a sus dioses sexualizados, encarnados en vendedores ambulantes de los trenes entre otras cuevas: “vos salías a buscar al misterioso señor Adonis / por los andenes desiertos del deseo”.
“Halagabal” crea un compendio poético de referencias literarias y artísticas que resuenan en toda su obra y que aquí explicita el inevitable homenaje al gran griego, melancólico y ardiente Kavafis: “el poeta portador de la humeante antorcha / sube y baja por las brumosas escalinatas / de los templos abandonados”.
Su último libro “Sed de Querelle”, publicado originalmente en 2009, anticipa el primer cierre de esta antología con la obligatoria referencia a sus amores y mentores como Fassbinder, Genet y Sorolla, pregonando la libertad creativa y sexual por sobre todas las cosas como el propio Genet lo proclama en la cita que abre el poemario, o como las líneas de Lens lo dejan en claro desde sus primeros versos: “en la noche del deseo / el audaz mariquita ha saltado el paredón”.
El cierre definitivo de sus poemas publicados en vida lo completa una serie de textos aparecidos en otras publicaciones como antologías y diversas revistas, en donde se transcribe, entre otros materiales, la letra de su pionero tango gay “Bambino”, oriundo de mediados de la década del 80 como un homenaje a la noches tangueras desviadas y a las vidas que deambulan en busca del deseo irrestricto: “no te quejés / la luna es puntual en tu barrio / olvídate de acostarte temprano”.
El libro se puede adquirir en librerías y en blatt-rios.com.ar