Francisco Matiozzi Molinas destaca a Tres cosas básicas como una “película faro”, alrededor de la cual pudo organizar su producción más reciente. Una producción donde destaca una mirada personal, autoral, con predilección por el documental. Hace casi diez años de esa idea que despuntó en la película que El Cairo Cine Público (Santa Fe 1120) estrena hoy a las 20.30, en una función única, con entrada libre y gratuita. Tres cosas básicas –producción de AVI Films– narra el secuestro y la desaparición de los militantes montoneros Tulio “Tucho” Valenzuela y Raquel Negro, con la debida atención en los capítulos fundamentales de su historia; entre ellos, la quinta de Funes, el chantaje de Galtieri, el viaje a México y la conferencia de prensa con Montoneros. En viaje entre tres países –Argentina, Cuba, México–, la película de Matiozzi Molinas se ordena alrededor de una pregunta: ¿es posible que el sacrificio más grande por una causa sea el de dar la vida?

“Esta película fue un ida y vuelta, comenzó con una idea hace más de 10 años pero fue con Andrés (Habegger, co-guionista y productor) con quien me decidí a hacerla posible. ¡Fue difícil sostener el deseo durante tanto tiempo! Además, vino la pandemia. Pero Andrés me decía que la película le gustaba, que funcionaba y que tenía cosas interesantes. Hace unos días, durante la prueba de proyección en El Cairo, pensaba también en otras cuestiones que me hubiese gustado incorporar”, comenta Francisco Matiozzi Molinas a Rosario/12.

El director, Francisco Matiozzi Molinas.

-¿Por ejemplo?

-Tengo una carpeta con imágenes del viaje a México, con registros del DF, el mercado, los trabajadores, una marcha; de todos modos, al ver la película ahora, la puedo entender y analizar mejor. En su momento, fue una idea en un bar, tomando un liso en ciudad de Santa Fe entre libros y películas, pensando en Cazadores de utopías de Coco Blaustein, que me marcó muchísimo [NdR: David “Coco” Blaustein fue Productor Asociado de Tres cosas básicas, siendo éste uno de sus últimos trabajos en cine]. Ahora empiezo a dimensionar lo que quería hacer, y lo cierto es que a esta película le debo mucho, porque gracias a ese proceso aparentemente eterno pude realizar un montón de cosas: estrené Murales: El principio de las cosas, (la serie) Militantes, (el corto) Cercanía eterna, (la serie web) Cien estados creativos. Fue el verdadero faro cinematográfico.

-En Tres cosas básicas te preguntás si es posible que el sacrificio más grande por una causa sea el de dar la vida. ¿Cómo te sentís hoy al respecto?

-Me lo sigo preguntando. Creo que hay un chispa en mi película anterior, Murales, que acá tiene continuidad, porque es una pregunta claramente activa. Me moviliza, por momentos la interpreto, la entiendo, y trato de fragmentar una respuesta en relación a por qué no estoy tomando mate con alguno de mis tíos [NdR: Cinco tíos del director fueron asesinados por la última dictadura]; voy y vengo, los cuestiono pero los quiero, y es algo que relaciono claramente con Tucho y Raquel. No hay una respuesta acabada en ese sentido, pero te ayuda a transitar el presente, a construir una mirada hacia el futuro y a generar también otras preguntas.

-Durante la travesía mexicana, es particularmente destacable la visita a la casa donde fuera el comunicado de prensa de Tucho con Montoneros, hoy un geriátrico. ¿Cómo llegan a la decisión de filmar allí?

-Con Andrés sabíamos que había un geriátrico pero no sabíamos con lo que nos íbamos a encontrar. Hubo una charla con el director de fotografía, Diego Gachassin, que hizo muchas películas de esta manera, registrando lo que sucedía, y a través de Coquena (compañero de Tucho) se planteó su regreso a ese lugar, luego de 30 años. Hubo un montón de tomas de decisión sobre lo que sucedía, sobre ir a un lugar donde no dejaban filmar, pero fue increíble, porque se volvió el eje de la película: las habitaciones donde sucedieron los hechos tienen actualmente una tranquilidad que contrasta con la conferencia del 18 de enero de 1978, cuando no se sabía si invadían el lugar o qué iba a pasar. Ahora, viven allí personas que transitan la última etapa de su vida.

-Hecha la investigación, el recorrido entre tres países, el rodaje y el montaje, ¿qué te significan Tucho Valenzuela y Raquel Negro?

-Lo que sigo aprendiendo de ellos es el sacrificio y la entrega, con el amor como el sentido de la vida. Cuando leés el relato de Raquel estando en la clandestinidad, o las cartas de Tucho, ellos rescatan el amor y la vida por un mundo mejor. Uno puede después analizar, reflexionar y discutir, pero ellos hablaban de vida, de un mundo mejor, y estaban convencidos de que había posibilidades de dejar una huella para el futuro. Es algo que veía también en las cartas de mis tíos, por eso este vínculo que me permito y la pregunta con la que abre la película. Ellos me generan todo eso: amor y militancia.

*

Tres cosas básicas cuenta con dirección de Francisco Matiozzi Molinas y guion de Matiozzi Molinas y Andrés Habegger (también productor creativo); productores asociados: La Sandía Digital (México), David Blaustein; dirección de fotografía: Diego Gachassin, Mauro Barreca; música: Gonzalo Basterra, Martín Delgado; sonido: Gabriela Rivas Feoli, Eloisa Diez, Joaquín Rajadeli; montaje: Francisco Matiozzi Molinas; protagonistas: Tulio “Tucho” Valenzuela, Raquel Negro, Daniel Cabezas, Beatriz Torres, René Chávez, Ignacio Jansen, Eduardo “Tucu” Constanzo, Roberto Perdía, Pablo Fernández Long, Sabrina Gullino, Sebastián Álvarez.