Desde Santiago
El atropello del carabinero Álex Salazar, en medio de un procedimiento en la sureña ciudad de Concepción la madrugada del domingo, generó una delicada fricción entre la institución y el gobierno de Gabriel Boric, a través de las declaraciones de su general director, Ricardo Yañez: “(Quiero) Decirle a los carabineros que éste no va a ser un caso más. Este es un caso que va a abrir nuevamente el debate y aquí yo hago una invitación a todos los parlamentarios, por todas las indicaciones, por todos los proyectos de ley que se han mandado al Congreso para que de una vez por todas esta ley salga a la luz, donde el rayado de cancha esté claro, donde los carabineros no tengan que dudar, donde los carabineros no tengan miedo a tener que enfrentar a la delincuencia y hacer uso de todos elementos que la ley le entrega”.
Y agregó: “Ya basta, ya basta. Si queremos tener un país seguro, vivir en paz, entreguemos las condiciones, entreguemos las herramientas y trabajamos juntos para que las normativas y leyes entreguen las herramientas suficientes para que el carabinero salga a trabajar con tranquilidad”.
Sus dichos no sólo fueron amplificados a través de los medios y las redes sociales, aprovechando el debate nacional sobre la sensación de violencia que viven los chilenos, donde la tasa de homicidios aumentó un 44,6%, sino que también indignaron al gobierno, especialmente la ministra del interior Carolina Tohá, quien citó a Yañez a La Moneda el martes pasado por considerar que emitió una declaración “política” impropia del representante de la policía chilena que se define por apolítica y no deliberativa. Todo esto, mientras se daba a conocer el fallecimiento del policía, que llevaba 15 años en la institución, casado y con dos hijos.
La personera de gobierno –hija del histórico José Tohá, ministro de defensa de Salvador Allende, muerto tras el Golpe de 1973– de todas formas reprendió al general, lo que fue criticado por la oposición, ya que el presidente Gabriel Boric había señalado el apoyo a carabineros el día lunes, lo que marca otro error de sintonía comunicacional entre el mandatario y sus ministros, lo que ha sido una marca registrada de este gobierno.
Tohá, de todas formas, señaló que este tipo de situaciones, que terminó siendo calificado como una “impasse”, es “sano para la democracia” y que simplemente los carabineros deben ser más conscientes de que su opinión no se confunda con el debate político.
En tres meses, 891 carabineros heridos
La reacción de Yáñez se justificaba por una parte, en el elevado número de carabineros heridos en diversos procedimientos policiales que ya asciende a 891 este año y se suman a siete fallecidos el año pasado. Por otro lado, está el congelamiento de la agenda legislativa de diversos proyectos de ley –gran parte surgidos desde la derecha– que buscan darles más facultades a la policía chilena para actuar con mayor fuerza y efectividad ante hechos de violencia.
El estallido social de octubre de 2019 puso en el ojo de las críticas a la institución Carabineros Varios uniformados de Fuerzas Especiales fueron condenados o investigados por disparar a los ojos de los manifestantes dejando más de 300 heridos por trauma ocular. La violencia de aquellos días junto a diversos casos de corrupción dentro de sus filas llegó a tal punto que uno de los proyectos de la fallida nueva Constitución, y del propio Boric en sus inicios como candidato presidencial, era intervenir y reformar la institución.
Masivo funeral
El funeral de Salazar en Concepción fue de carácter masivo y con la presencia de Yáñez y Tohá. La caravana recorrió desde esa ciudad hasta Huentelolén, Cañete, a unas dos horas de distancia, en plena Araucanía, donde había nacido el carabinero.
Todo este dolor se vio reflejado en las declaraciones de la viuda del funcionario, Marlí Victoriano: “Yo antes veía (estas noticias) por la tele, y decía: «¡Qué lata (malo) lo que está pasando! Qué pena, qué rabia, porque estas familias quedan desamparadas. No hay justicia para ellas», (…) Sólo me queda esperar que se aplique la pena máxima, que es lo mínimo que pido. Si no es así, vamos a seguir apelando y que este tipo cumpla condena acá en Chile”. Esto debido a la nacionalidad venezolana del asesino de su marido.
Y también increpó a Boric: “Carabineros no tiene herramientas para defenderse. Y no hablemos de temas físicos… las leyes no los resguardan, no tienen el respaldo del gobierno”. “El Presidente me ha mandado muchos mensajes, pero no ha sido capaz de llamarme él o venir y dar la cara. Yo no soy persona de estar enviando mensajes, a mí me gusta decir las cosas de frente. Y supongo que el Presidente tiene los pantalones para venir y decirme lo que piensa”.
El presidente chileno, de gira por el norte del país, se limitó a señalar: “Entiendo las palabras de dolor, frustración y rabia que tiene la viuda del cabo y no puedo sino simpatizar con ella. En ningún caso voy a contradecirla. Respeto su posición. Conversé con el general (Yáñez). Apenas supimos de este atropello ofrecimos todas las facilidades y no corresponde, sería una tremenda falta de respeto de mi parte, tratar de polemizar con un sentimiento de dolor de una madre, viuda, con dos hijos, que está sufriendo”.