La Biblioteca Popular José Ingenieros está ubicada en Independencia al 669 y diariamente recibe a la comunidad y amigos del Partido de Zárate, provincia de Buenos Aires. Fue fundada en el año 1933 por un grupo de trabajadores hijos de inmigrantes, en su mayoría fabriles y de otros oficios, quienes la concibieron como una asociación de voluntarios para la promoción de la lectura y la cultura letrada popular.
Desde un primer momento, como lo pensaron sus fundadores hace ya casi un siglo, el espacio de la biblioteca fue pensado como un lugar de encuentro que fomente el desarrollo del pensamiento crítico, anclado en un territorio específico y que dialoga con su contexto social y cultural. Históricamente, ha resultado un lugar en el cual convergieron, a lo largo de los años, diversas personalidades de la cultura argentina, con un especial énfasis en las juventudes que la frecuentaban durante los significativos años sesenta y setenta, aquella generación recordada por rebelarse y repensar ciertas nociones respecto a lo pre-establecido de su lugar y accionar político, desde su país en vínculo con la región. El hecho de tomarla como un centro de intercambio de ideas, particularmente en años tan movilizantes para la historia del país, la convirtió en referente político y artístico de la ciudad de Zárate.
A partir de una visión política que privilegia la extensión, la biblioteca tiene como objetivo principal hablarle a una comunidad. El sentido estratégico de su intervención en el espacio público se torna evidente, en primer lugar por llevar la palabra “popular” en su título, pero no sólamente. Para llevar esa nomenclatura con vehemencia, principalmente, el espacio tiene como práctica característica una política de extensión que busca acercar a las personas a sus instalaciones. Y, al lograrlo, las alberga mediante una invitación a seguir viniendo cada vez.
Numerosos talleres de animación sociocultural, artes, ciencias y deportes le van dando forma a una variedad de propuestas que dan cuenta del profundo valor que la institución le da a la formación y a la promoción de la lectura, escritura y otras actividades culturales. Podemos pensar dos formas de lo político respecto a esto. Por un lado, si lo entendemos en el sentido de lograr conmover a alguien, de poder invitarlo a pensar en conjunto, el espacio de la biblioteca se encuentra con el interés de conectar con otras personas y poder establecer vínculos cada vez más extensivos con sus asiduos visitantes, a la vez que con otras instituciones . Por otro lado, además, aparece una dimensión de la prioridad que tiene el centro el mantener vivo un espacio. Suele decirse que un lugar está vivo mientras esté presente en la vida y en el día a día de su comunidad. En otras palabras, que pueda ofrecerle un motivo para seguir habitando sus rincones. En ese sentido, la oferta de talleres de la institución no teme bucear también en lo específico. Enmarcados en consignas que recitan que el arte no tiene que ser tan individual, se invita, por ejemplo, a encuentros para “Hablar de películas” con Melina Mendoza, o, al taller de fotografía “Vemos según sabemos” a cargo de Celeste Carboni. En ambas propuestas que tomamos de referencia, podemos observar una aproximación sensible hacia distintas disciplinas artísticas, buscando una modalidad didáctica colectiva que tome en cuenta lo relacional, tanto de unos con otros como del vínculo con un saber en un momento y un espacio determinados.
Actualmente, la biblioteca cuenta con más de 27.000 volúmenes para ser consultados y, además, contempla el proyecto de Archivo Institucional “Alberto Rubén Calvo” que impulsa la puesta en valor del fondo documental y bibliográfico de la institución, compuesto por libros históricos, fotografías y documentos, de acuerdo a un criterio interdisciplinario que contempla áreas como la historia, la bibliotecología, la sociología, la teoría política y los derechos humanos.
Un número de aproximadamente 450 socios activos ayuda a solventar la institución y se constituye en la principal fuente de sostenibilidad de esta. De igual modo, al no ser una institución de membresía cerrada, sus servicios son abiertos al público en general.
En conversación con Lucía Ruíz, Directora de la biblioteca, sobre cuáles son las proyecciones a futuro, sostuvo que “la biblioteca tiene desafíos institucionales importantes de cara a culminar su ingreso tanto a CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) como a la Red de Bibliotecas Populares de la Provincia de Buenos Aires, a la cual la biblioteca puede acceder gracias a su antigüedad y peso institucional”. Además, mencionó que “desde el año 2019, el espacio está en tratativas de la realización de un proceso de normalización que le permita lograr las mencionadas metas”.
En la página web de la biblioteca, así como en sus redes sociales, se puede encontrar toda la información referida a la variedad de propuestas disponibles actualmente, así como otros archivos y materiales de interés a la hora de realizar una visita.