Según la Organización Mundial de la Salud, el nivel de alerta máxima por el coronavirus podría disminuir hacia fin de año y, de esta manera, pasaría a representar una amenaza similar a la de la gripe estacional, con brotes e incremento de infecciones en contextos específicos. Así lo confirmó Michael Ryan, funcionario de la OMS, en conferencia de prensa: "Llegamos a un punto en que podemos considerar el covid-19 de la misma forma que consideramos la gripe estacional, es decir una amenaza para la salud, un virus que seguirá matando, pero un virus que no perturba nuestra sociedad o nuestros sistemas hospitalarios".
Naciones Unidas había decretado la "emergencia de salud pública internacional" el 30 de enero de 2020, cuando tan solo se habían registrado 100 casos y ninguno fuera de China. Por su parte, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general del organismo afirmó que "por primera vez, el número semanal de decesos registrados en las últimas cuatro semanas fue inferior al que se registró cuando usamos por primera vez la palabra 'pandemia', hace tres años". Con ello, el del presente, quizás constituya el escenario más favorable desde que la propagación de infecciones inició hace más de tres años.
"Claramente este año estamos en una situación mucho mejor. Y, por este motivo, el nivel de alerta por la enfermedad se reduce. Es cierto que todavía hay que observar cómo evoluciona, pero desde hace tiempo, gracias a la vacunación, el virus está siendo controlado", señala Daniela Hozbor, bioquímica e investigadora principal del Conicet en el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular de La Plata.
Desde comienzos de 2020, uno de los grandes temores (para mala fortuna luego confirmado) era que la rápida expansión del virus ocasionara el colapso del sistema sanitario. Bajo esta premisa, los Estados, a través de sus carteras sanitarias, robustecieron sus instituciones de salud, sumaron camas de terapia intensiva y respiradores, al tiempo que pospusieron cirugías programadas y la atención de diversas afecciones. A pesar de las acciones, sin embargo, el sistema se saturó y, como en un marco de crisis la respuesta no alcanzó, millones de personas fallecieron.
Mala comparación y exceso de muerte
En el inicio de la pandemia, el Sars CoV-2 fue comparado con la gripe. Como se tratan de virus respiratorios, se creía que la dinámica del nuevo patógeno podría analizarse a la luz de las características de influenza. No obstante, pronto, la comunidad científica internacional advirtió sus diferencias y se criticó fuertemente la postura de presidentes como Jair Bolsonaro que minimizaban el impacto de la pandemia bajo el argumento de que el coronavirus no era más que una "gripezinha”.
Según los datos provistos por el sitio Our Wolrd in Data fallecieron 6.8 millones de personas de coronavirus. Sin embargo, la que realizan sitios como este (confiable, por cierto) constituye apenas una estimación, pues, de acuerdo a las proyecciones, las cifras de muertes serían mucho más elevadas. Uno de los parámetros que mejor se aproximan a un número más real es el “exceso de mortalidad”, que expresa la diferencia entre las muertes ocurridas y las muertes esperadas en un determinado período. En concreto, si las defunciones contabilizadas resultan más que las esperadas, se considera que hubo exceso de mortalidad; y, en esta línea, cuanto mayor es ese índice, más grave puede considerarse el impacto de la pandemia.
A inicios de esta semana, el ministerio de Salud que conduce Carla Vizzotti, informó que el exceso en 2021 a nivel doméstico fue de 26.3 por ciento (equivale a 90 mil muertes más que las esperadas). De ello se desprende que Argentina fue uno de los países con menor exceso de fallecimientos durante la pandemia. Aunque es una cifra considerable, se trata de una de las más bajas de la región: el país se encuentra 8 puntos debajo de Brasil, 16 de México y 34 de Perú, solo para citar algunos casos.
En este marco, la campaña de vacunación que encabezó el gobierno fue exitosa, dotó de inmunidad con esquema primario y refuerzos a buena parte de la población y ello provocó, en definitiva, que se evitaran miles de fallecimientos. "Como el virus llegó para quedarse, toca ver la inclusión de la vacuna contra covid en el calendario nacional obligatorio. La idea central es entender que la covid pasará a transformarse en una enfermedad manejable como la gripe estacional", destaca Hozbor.