En un altillo caluroso del Parque Lezama, a principios del Siglo XX, dos hombres emprenden un negocio de fotografías pornográficas. Mientras, la protagonista de las imágenes, que circulan entre los trabajadores inmigrantes, sueña con alejarse de ese mundo para vivir un gran amor. La Maddonita, de Mauricio Kartun, se estrenó en 2003 en la sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín, y fue la primera obra que el notable dramaturgo se animó a dirigir.
Veinte años después, y desde un nuevo enfoque, la directora Malena Miramontes Boim ofrece su propia mirada de un clásico que supo llevar a las tablas una perspectiva de género que en ese entonces no estaba en agenda. Con las actuaciones de Natalia Pascale, Fito Pérez y Darío Serantes, las funciones se realizan todos los domingos, a las 19.30, en Itaca Complejo Teatral (Humahuaca 4027).
“La obra tiene encriptados muchos datos históricos, e incluso menciones a la iconografía sacra y a la religión. Es un material bellísimo. Y tenemos el privilegio de que esta sea la primera vez que Kartun da su autorización para que otros representen una obra que él mismo dirigió”, apunta la joven directora que pone especial énfasis en la cosificación femenina que visibiliza la pieza. “Cuando me preguntan si `La Maddonita´ existió de verdad, respondo que ese personaje representa a millones de mujeres que, a lo largo de la historia de la humanidad, han sido explotadas sexualmente”.
-¿Qué te atrajo de esta historia?
-Es un proyecto que me moviliza en un montón de lugares. Yo nunca había visto la obra, pero sí conocía el texto, y el universo poético que nos propone Kartun es lo primero que me convocó para aceptar dirigirlo. Nosotros decimos que él es, en parte, un historiador que a través de sus obras nos revela el detalle de esos micromundos que plantea. En este caso, se aborda lo que es el mundo de la fotografía a principios del siglo pasado, la vida de estos trabajadores y, además, el lugar de la mujer. Estos dos varones son dos buscavidas, pero la diferencia es que el fotógrafo tiene un vuelo poético para ver la vida. Por otro lado, la historia transcurre dentro de un estudio fotográfico, y eso es de alguna manera como ver teatro dentro del teatro.
-¿Cuáles son las nuevas resonancias que produce esta obra veinte años después de su estreno?
-Creo que hoy la obra termina siendo una denuncia acerca de la vulneración de los derechos de la mujer, y que también permite pensar acerca del concepto de masculinidad. Lo que sucedió al momento de estrenar es que la respuesta del público joven no tuvo nada que ver con la del público más grande. Los jóvenes sintieron más rechazo por lo que le sucede a esta mujer, y por lo que sucede con los dos varones. En una ciudad como la de Buenos Aires, y con la fuerza que el movimiento feminista tiene acá, esta historia tiene mucha resonancia y genera mucho debate. El encuentro con el público fue el que nos explicitó que hablar de estas cosas era necesario, porque la gente se iba angustiada. Y por eso, en la primera temporada que hicimos el año pasado, empezamos a hacer charlas posfunción, y ahí se dieron unas discusiones muy interesantes. El público nos hizo descubrir más capas de análisis en las que no habíamos pensado hasta ese momento.
-¿Qué tipo de problemáticas se expusieron en ese marco?
-Uno de los debates fuertes giró en torno a la pornografía. La Maddonita transcurre dentro de un estudio fotográfico donde se realizan fotos pornográficas porque esa era la forma en la que se consumía ese tipo de contenido a comienzos del Siglo XX. Y hoy, ante algo tan primario e instintivo como es el deseo sexual de cualquier ser humano, desde el feminismo nos estamos haciendo preguntas acerca del deseo, la fantasía y el trabajo sexual. En ese aspecto, esta puesta invita a reflexionar. Pero lo hacemos con humor, y ese es el valor diferencial de nuestra versión. La risa permite evidenciar lo terrible. En un ensayo que escribió sobre la risa, Henri Bergson señala que la comedia es la forma más cercana al realismo, incluso más que el drama. Porque la risa denuncia, y eso es lo que pasa con nuestra propuesta.