Deudores sesquicentenarios de mi mediastino (corazón incluido):
Estamos a seis días de un nuevo 24 de marzo, fecha en la que desde hace unos años conmemoramos el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Tengo que decirlo: son tiempos en los que la única memoria que se cuida es la de la computadora o el celu. Tiempos en que la verdad se ha vuelto "posverdad" (ingenioso nombre para lavarle la cara a la mentira). Y, en cuanto a la justicia…, la justicia…, la justicia vendría a completar el poco respeto general a la fecha en cuestión, ya que se basa cada vez más en la mentira y el olvido. Eso sí, estos hechos no son patrimonio del 24 M, reinan todo el año.
Muchos de nuestros compatriotas no habían nacido para cuando ocurrió el nefasto evento que originó esta conmemoración. Y muchos otros, que sí estaban, no están más, a consecuencia de los nefastos y aberrantes hechos ocurridos a partir del 24 de marzo de 1976, parte de un horrible plan de aniquilación de personas, robo de bienes, secuestro y apropiación de menores, desapariciones… ¿Hace falta que siga? No, ¿verdad? Creo que todos y todas lo saben, y algunos y algunas no quieren saberlo, para poder seguir justificando sus nefastas y ridículas pertenencias.
*Sabemos que había un plan con diversas aristas; una de ellas era “imponernos una deuda a sangre y fuego”.
*Sabemos que todavía falta restituir cientos de nietas y nietos de quienes se apropió la dictadura.
*Sabemos que nos metieron en una guerra mientras los propios dictadores “jugaban para el enemigo”.
*Sabemos que nos hablaban de “guerra sucia” pero los que ensuciaban todo eran ellos, un horrible monstruo cívico-empresario-eclesiástico-mediático-judicial-militar con apariencia humana.
*Sabemos que perseguían sin cuartel a los que pensaban distinto o simplemente a los que pensaban, y a los que, por ejemplo, usaban barba, o cuyo color de piel, género, raza, religión o profesión no se adecuaban a "la norma".
Sabemos todo esto y mucho más. Lo sabemos quienes detestamos ese golpe y seguimos reclamando algo que se acerque a una reparación. También lo saben quienes estaban de acuerdo o lo estarían ahora. Quienes creen que algunos son superiores a otros, que existe algo que puede justificar la "desaparición" de un ser humano, que los derechos son en verdad privilegios (o sea, “para algunos sí, para otros no”). Son los que, cuando hablan de “todos”, solamente hablan de ellos mismos; los demás simplemente no existen.
Sin embargo, casi medio siglo después, algunos movimientos, partidos, candidatos “prometen”, con vistas a las elecciones, que si llegaran a ser electos/as habrá más mano dura, más violencia contra los que no son ellos (aunque finalmente nadie está exento), un plan económico cuyo genoma daría 99 por ciento compatible con Martínez de Hoz (o Cavallo, que es de la otra rama de la familia) y persecuciones a sectores cuyo voto, extrañamente, buscan, y más extrañamente aún, un poco lo encuentran (quizás más en las instituciones que en la gente suelta).
Cómplices tienen muches, y hay quienes compiten entre sí para ver quién es más obsecuente, pensando que quizás de esa manera obtendrían la “Subsecretaría de Asuntos Desagradables”, un despacho con bajo presupuesto y alto "porsupuesto".
Podréis decir, querídibus lectoris, que esta nota no es muy humorística. Quizás no lo sea. A veces el absurdo que nos impone la realidad supera al que podemos proponer los humoristas. A veces, sí que es triste la verdad, y, encima, no parece tener remedio.
Sugerimos al lector acompañar esta nota con el Video “no están locos” de Rudy-Sanz (RS+):