El psiquiatra Franco Rotelli, uno de los protagonistas de la reforma psiquiátrica en Trieste, Italia, principal colaborador de Franco Basaglia, murió este jueves a los 80 años.
"Despedimos a Franco Rotelli, uno de los pilares en los procesos de desmaniconialización quien, junto con Franco Basaglia, reformaron la atención en #SaludMental en Trieste, lo que permitió ver que es posible transformar el modelo, que aislaba y negaba a las personas. Nos dejó la enseñanza de que siempre es necesario buscar lo justo y lo inclusivo, y que a veces toca inaugurar esos caminos", escribió en Twitter la subsecretaria de Salud Mental de la provincia de Buenos Aires, Julieta Calmels.
También reconoció su trayectoria la Red Argentina de Arte y Salud Mental. "Líder de la reforma psiquiátrica, entre otros tantísimos hechos que señalaron un camino a seguir. Será nuestro homenaje y reconocimiento continuar el camino marcado por él en su lucha inclaudicable por 'una vida sin Manicomios, porque la libertad es terapéutica'".
Entre 1971 y 1979 Rotelli trabajó con Franco Basaglia en la transformación y cierre del manicomio en Trieste, una experiencia bisagra a nivel mundial, que aquí tuvo ecos en la conformación del Frente de Artistas del Borda y otros grupos que comenzaron a cuestionar la existencia de los neuropsiquiátricos tales como eran. Desde 1980 dirigió el Servicio de Psiquiatría de aquella ciudad. Y en 2010 comenzó a presidir la Conferencia Permanente para la Salud Mental, asesorando a los países que iniciaban la reforma de la atención psiquiátrica. Publicó el libro Vivir sin manicomios.
Qué proponía Rotelli
En 2012 dijo a Página/12: "En la Argentina, la actual Ley de Salud Mental (26.657, promulgada el 2 de diciembre de 2010) es incluso mejor que la ley italiana. Ahora, si quieren aplicar realmente la ley, necesitan un plan nacional y un plan en cada provincia. Hoy ya sabemos que la forma correcta de atender a la gente es en el territorio donde reside, mediante centros de salud comunitarios, departamentos protegidos, cooperativas sociales y algunas camas, pocas, dentro de hospitales generales".
"El sufrimiento mental es una condición humana común y extensa; en el marco de este sufrimiento, hay personas que tienen problemas importantes, lo cual no les impide vivir en la comunidad. Lo mejor es un sistema general de salud pública centrado en el territorio; dentro de este sistema, que la salud mental cuente con sus servicios, integrados con los demás servicios de salud", expresó entonces.