El dramaturgo y escritor Bernardo Carey, autor de obras como El sillico de alivio, Cosméticos y Hormiga negra, murió este sábado a los 89 años, informó la Sociedad General de Autores de la Argentina (Argentores).
Carey, nacido en el barrio porteño de Parque Patricios en 1934, fue un intelectual comprometido con su tiempo, activo partícipe de iniciativas colectivas y miembro de la Mesa y la Junta Directiva de Argentores desde 2004, donde ocupó cargos como el de tesorero y vicepresidente, además de haber sido distinguido con el Gran Premio de Honor de Teatro en 2018.S u primera obra teatral estrenada fue Cosméticos, en 1979, bajo la dirección de Julio Ordano y a lo largo de su vida creó más de 20, además de haber publicado una novela y cuentos.
Fue fundador e integrante de la Fundación Carlos Somigliana (SOMI) para el estímulo del autor teatral desde su creación en 1990, y desde 1995 formó parte del Consejo Directivo y Artístico del Teatro del Pueblo e integró las comisiones de repertorio de los teatros Contemporáneo (1981-83) e IFT (1995-96).
Hasta los 20 años jugó al fútbol en Barracas Central como "half izquierdo" --según se decía en la época--, estudió química en la escuela industrial Otto Krause y pintura en las escuelas de Bellas Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón, relacionándose más tarde con la actividad teatral porteña y con el grupo intelectual reunido en torno de la revista Contorno, dirigida por Oscar Masotta.
En 1968, escribe su primera obra de teatro, El sillico de alivio, que no estrena, y por esos años también, participa de la Unión de Escritores y adhiere al gobierno de la Unidad Popular de Chile encabezado por el asesinado Salvador Allende.
En 1979, con dirección de Julio Ordano, crea Cosméticos, su primera obra estrenada, luego de que El sillico de alivio recibiera entre otros el Premio del Instituto Internacional de Teatro de la Unesco (1972); el Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, a obra sin estrenar (1973); y el Premio del Fondo Nacional de las Artes, a obra sin estrenar (1975).
El hombre de yelo recibió el Primer Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires a mejor obra estrenada en el período 1982/83 (1983); y el Premio Estrella de Mar por formar parte la versión reducida Volver a Cracovia en el espectáculo La salvación eterna junto a otros autores (1993).
Después llegarían Los dos ladrones; Reconversiones y Hormiga negra, con Lorenzo Quinteros (también director) y Osvaldo Lamborghini (2001), entre otras. Fue autor del libro de cuentos El frasco de dulce (1958) y la novela Adiós a la izquierda (1964), y fue el primer docente de Dramaturgia de la carrera homónima creada en 1993 en la Escuela Nacional de Arte Dramático Antonio Cunill Cabanellas.