Una iniciativa aguarda su turno en la agenda del Concejo Municipal, y remite al regreso de una vieja figura del paisaje urbano, aunque en versión siglo XXI: el placero, que ahora sería el guardaparques. En realidad, la idea apunta a una versión aggiornada, menos cerca de la cándida figura del guardián de plaza de antaño y más relacionada con la preservación de espacios verdes, el humedal del Paraná como lo más urgente, o el Bosque de los Constituyentes, en el horizonte opuesto de Rosario. En simultáneo, la Municipalidad reactivó este viernes el viejo oficio de placero a partir de un plan de renovación de siete plazas históricas de la ciudad, situadas en cada uno de los seis distritos (ver aparte).
La propuesta de crear el cuerpo de guardaparques municipal partió en el parlamento local desde el bloque Ciudad Futura, y en el marco de inquietudes del personal municipal acerca de una de las funciones que deben cumplir dentro de la Dirección General de Parques y Paseos. Pero además, cuajó con mayor consenso por esos días la confirmación de que el municipio de Rosario recobraría definitivamente el Legado Deliot, las 800 hectáreas de isla usurpadas por un empresario ganadero. En su ejido de 178 kilómetros cuadrados, el municipio de Rosario debe atender 18 parques urbanos y periurbanos, y 95 plazas.
Por lo pronto, y al margen de esta iniciativa, Pablo Javkin presentó este viernes la restauración de la plaza López, en Pellegrini y Buenos Aires. La primera de unas siete plazas tradicionales que interviene el municipio. Y con esta obra, la asignación de placeros que cuiden el solar y aporten una cuota de presencia estatal en el espacio público. "Vamos a incorporar algo muy importante como lo son los placeros, vamos a recuperar la vieja figura del placero para cuidar, y que la gente que esté en esta plaza pueda recurrir a ellos", indicó el intendente. En total, serán 4 agentes que cumplirán el rol de custodios de la plaza, desde las 8 hasta las 21, dos por la mañana y otros dos por la tarde.
Uno de los nuevos guardianes de plaza López, Darío, definió la función que le han encomendado: "Lo nuestro primero es concientizar normas de convivencia, para que todos tengan su espacio, su lugar. Tratar de retomar las buenas costumbres, brindarles seguridad desde el lado municipal a las personas, que usen el lugar y que lo disfruten", dijo.
La medida tuvo un antecedente cercano en 2015, cuando la Municipalidad restableció la figura del placero en las plazas San Martín, Buratovich, Pringles y 25 de Mayo. Pero esa experiencia se diluyó en poco tiempo y el personal fue reasignado a otras funciones.
La reaparición de este servidor público hoy tiene menos que ver con la emotividad de su figura de antaño, que con la preservación del medio ambiente y las normas de convivencia ciudadana.
Mientras tanto, el proyecto de guardaparques municipales espera su turno en la agenda del Concejo. "La idea surgió de escuchar a trabajadores municipales de los espacios verdes en la reunión del consejo asesor de la comisión de Ecología y Medio Ambiente. Asignados al Bosque de los Constituyentes, ellos explicaban las dificultades que encuentran a diario. Hay vandalismo, incendios con bastante frecuencia, y se requieren tareas de control y cuidado sin las herramientas suficientes. Lo que necesitan, entonces, es una asignación específica, con la debida capacitación de manera sistemática, y con la provisión de los elementos necesarios para la tarea, porque hasta hoy lo que hacen lo hacen por voluntad propia", explicó la concejala Luz Ferradas, autora del proyecto.
La iniciativa tomó estado parlamentario en setiembre pasado al ingresar a la agenda de la comisión de Ecología, y todavía debe pasar por las de Gobierno y Presupuesto.
"Aparece como lo más prioritario la necesidad de contar con guardaparques en el Legado Deliot y en el Bosque de los Constituyentes, pero este cuerpo sería útil en todos los espacios verdes, el Parque de la Independencia, el Parque Regional Sur", enumeró.
Entre las quemas en el humedal, calor, sequía y calamidades que acechan la geografía rosarina, el proyecto sostiene como estratégico "en un marco de degradación ambiental como el actual, contar con empleados y empleadas as municipales que cuiden, prevengan y persigan acciones humanas que atenten contra la estabilidad y equilibrio del ambiente, los ecosistemas, biodiversidad, flora y fauna de la ciudad".
El proyecto se apoya en la participación de Argentina en la Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992), y el Pacto Federal Ambiental de 1993. Y así, otras varias instancias de compromiso de Estado para con la protección del medio ambiente, ratificadas por la reforma constitucional de 1994.
La inserción de guardaparques municipales en Rosario sería algo inédito. Tal oficio data de 1922, cuando el gobierno asignó a pobladores rurales vecinos al lago Nahuel Huapi como "peones de vigilancia" para el entonces novel Parque Nacional del Sud. La materia hoy está regida por la ley nacional nº 22.531, de 1980. Y a nivel provincial, rige la ley nº 12.175, que regula las áreas naturales protegidas del territorio santafesino.
La norma provincial prevé la creación del Cuerpo Provincial de Guardaparques, pero sin embargo nunca se creó. Por eso Ferradas avanzó con esta iniciativa en el plano municipal. "Es necesario que Rosario cuente con un cuerpo de guardaparques municipales que procure un cambio de enfoque en materia de fiscalización ambiental, inspirado en el cuidado y control comunitario y popular del cumplimiento de las normas de convivencia", explicó.
El proyecto de ordenanza haría funcionar esta dependencia en la órbita de la Secretaría de Ambiente y Espacio público, dentro de la Dirección General de Parques y Paseos. Le otorgaría funciones de "cuidado, control, vigilancia y prevención de las áreas naturales, parques y espacios verdes de la ciudad, y todo lo establecido en las legislaciones locales sobre fauna, flora, ambiente y biodiversidad en general".
Propone que se conformen por medio de concurso de aspirantes dentro de la planta de personal municipal, con respeto del cupo de ingresos travesti / trans.
Las funciones del guardaparque incluiría cierto poder de policía, como la facultad de secuestrar elementos empleados para vandalismo, prevenir y denunciar esas acciones delictivas, y poder de control en la circulación de personas dentro los espacios verdes bajo custodia. Y servir como apoyo a los bomberos que deban acudir ante la detección de un incendio.