Ayer, en una casona vieja de Lomas de Zamora, una exposición de autos antiguos incluyó un castillo inflable. "Yo sé que puede parecer ridículo. Pero la idea es que vengan los más jóvenes, que vengan los socios con los nietos. Tenemos que atraer a los jóvenes porque si no, esto se cae", afirma Federico Mancini (47), uno de los miembros más jóvenes del Club de Amigos de Autos Antiguos (CAdeAA), responsable de la exposición que tuvo lugar ayer en Lomas.
Federico forma parte del CAdeAA hace 14 años. Desde el año pasado, es miembro de la comisión directiva, que democráticamente fue electa entre los miembros bajo una razón: otorgarle el mando a los socios más jóvenes, que no son muchos.
"Son autos viejos... la mayoría son viejos como los autos", bromea. Los autos más longevos que el CAdeAA posee nacieron entre 1908 y 1912. El promedio de edad de sus socios es de 70 a 80 años. De los cinco socios fundadores, los cinco amigos que se juntaban en la Plaza Grigera de Lomas todos los domingos para hablar de sus autos antiguos, tres todavía son socios. En 1978, decidieron que esas juntadas de los domingos debían oficializarse, y crearon la asociación civil, que hoy en día cuenta con aproximadamente 200 y pico de socios, algunos más efectivos que otros.
"Nuestro club es muy importante no tanto en cantidad de socios, sino en calidad de autos", afirma Federico. Después del Club de Automóviles Clásicos ubicado en San Isidro (el primero del país), son los segundos o terceros en importancia, por la calidad y el mantenimiento de los autos que poseen.
La sede del club, donde tuvo lugar el evento de ayer es una casona antigua, con un parque grande donde meten "los clásicos", como dicen ellos. El predio es lo suficientemente grande como para que entren más de 40 autos antiguos, propiedad del club y de sus socios, entre los que se encontraban Ford A, varios modelos de Chevrolet, Plymouth, Chrysler y Fiat, entre muchos otros. La idea es exponerlos para que los vea cualquier vecino que quiera acercarse.
"El error es que haya clubs como este que no estén abiertos a la comunidad. A nosotros lo que más nos interesa es que nos conozcan. Que nos vengan a ver, que se acerquen. La gente siempre tiene alguna historia atrás con algún auto. El Ford del abuelo, el Valiant de tal. Cualquiera tiene una historia", afirma Federico.
A pesar de la fiebre que existe hoy en día por los objetos usados y vintage, Federico sostiene que aunque los jóvenes aprecian el concepto, no entienden lo que significa el mantenimiento de una pieza antigua. "Yo ahora tengo un Valiant IV que está totalmente oxidado, que no es tan viejo, es del 73, 74, pero el dueño no lo tiene como un auto clásico, lo tiene para divertirse o para mostrarlo", afirma.
Que las nuevas generaciones no aprecien la historia que existe en lo antiguo es perjudicial para la tradición. Y la crisis económica no ayuda: sostener un auto antiguo no es lo que se dice un hobby barato.
"Para que te des una idea, yo ayer fui a poner en marcha un DeSoto del año 1926. Fui porque el hombre no lo puede manejar más, tiene 84 años. Y los hijos y los nietos le dicen: ¿cuándo vas a tirar la porquería esta que tenes acá en el garage? Cuando yo llegué acá al taller, me llama la mujer y me dice que se decidieron en venderlo. Esa tradición de esa familia se pierde. Hace 42 años que tienen ese auto. Los domingos salían a pasear, iban a dar una vuelta, subían a los hijos arriba. Y hoy en día no quieren saber nada. Tratamos de hacer cosas para eso, para que la gente no se termine de desprender. A nosotros desde la parte comercial bueno, vamos y compramos. Pero como lo veo yo, me da lástima, lo tuvieron tantos años y ahora nadie lo quiere. A los que nos gustan los fierros lo vemos de otra forma", afirma.
Por eso, el CAdeAA abre las puertas de su sede a toda la comunidad constantemente, valiéndose de distintas estrategias que atraen a quizás el más alejado de este mundo. Además de los autos, ofrecen buffet de parrilla y bebida. Las mujeres de los socios traen algo dulce y eso se vende, además de una camioneta que hace café. "El trabajo lo hacemos entre todos", afirma. "Para que no caiga el club tenemos que encontrarle la vuelta".
Por eso hacen eventos como el de ayer constantemente, de distribución cultural. El fin de semana pasado, organizaron un almuerzo en el parque, donde además proyectaron un documental de uno de sus ex socios (ya fallecido), Cristian Rubinetti, que corrió el Dakar en tres oportunidades. Para abril, están preparando una charla con el "Polaco" José Miguel Herceg, un preparador histórico del turismo carretera, que trabajó muchos años con Ford.
Siempre tratan de mostrar los autos bajo una temática. Por ejemplo, la Noche del Auto Americano, donde llevan autos estadounidenses de los 60s y los 70s, la Noche del Porteño, etc. Y siempre ofrecen gastronomía acorde, por supuesto. "Toda la gente que quiera venir está invitada", afirma Federico.
Horacio Vescio (50) fue presidente del club muchos años, ahora es el secretario. También forma parte de la nueva comisión, integrada por jóvenes que buscan atraer a las nuevas generaciones a los motores antiguos.
"Es importante porque es la forma de continuar con nuestro espíritu, de todos los que ya no están. Perdimos mucha gente en la pandemia, y algunos no volvieron porque quedaron con miedo, mucha gente mayor. Nosotros tenemos la responsabilidad de seguir con ese legado, de seguir haciendo cosas para el club y sus socios", afirma.
El secretario sostiene que el club siempre estuvo ligado al barrio, y eventos como los de ayer se llenan de vecinos. "Hemos hecho cosas dependientes del Municipio, alguna cosa social. Como muchos de nuestros socios tienen una buena posición económica, entonces tratamos de ayudar también", afirma.
Otra de las atracciones del evento es el "autojumble", una zona donde se exhiben repuestos de autos clásicos, piezas de colección, juguetes, accesorios y todos los objetos que tengan que ver con el mundo automotor. Allí, los fanáticos pudieron encontrar desde la óptica de un Ford T, accesorios de motos antiguas, carteles retro, indumentaria alusiva, maquetas, libros, manuales e incluso esculturas realizadas con autopartes.
"Antes se esperaban mucho estas reuniones, sobre todo para comprar repuestos. Ahora con MercadoLibre y esas cosas en internet está todo lo que necesitas. Pero capaz necesitas algo específico y quién sabe... Puede estar acá", afirma Horacio.
A las 19hs, fue momento de levantar el campamento. Desde las redes sociales, todavía se leían algunos colgados que no se recriminaban no haberse enterado del evento. Pero habrá más, y mejores.
"La premisa siempre fue la amistad. Juntarse con amigos a disfrutar de lo que a uno le gusta", afirma Horacio.