El banco suizo UBS alcanzó este domingo un acuerdo para adquirir Credit Suisse a cambio de 3.000 millones de francos suizos, unos 3200 millones de dólares, en una operación que fusionará a las dos mayores entidades de ese país. La venta se negoció contra reloj todo el fin de semana para realizar el anuncio antes de la apertura de los mercados y tratar de contener así la corrida bancaria que enfrentaba el principal banco suizo.
UBS terminó pagando solo 0,76 francos suizos por cada acción del Credit Suisse, las cuales el viernes cerraron a 1,86 francos. Sin embargo, si la operación no se hubiera cerrado la acción de la entidad habría continuado en picada.
“El viernes constatamos que la salida de fondos y la volatilidad del mercado demostraba que la confianza necesaria no podía ser restaurada. Y que una solución rápida que garantizara la estabilidad era indispensable. Esa decisión es el rescate de Credit Suisse por UBS”, aseguró este domingo el jefe de Gobierno, Alain Berset, presidente del Consejo Federal suizo, al confirmar el cierre de la operación.
"Credit Suisse es uno de los 30 bancos sistémicos a nivel mundial. Es uno de los dos principales bancos del país. Por lo tanto, no solo es decisivo para Suiza, para nuestras empresas, para los clientes privados y para sus propios empleados, sino también para la estabilidad de todo el sistema financiero internacional. Teníamos, por tanto, la responsabilidad de hacer todo lo posible para evitar una crisis financiera de grandes dimensiones”, agregó el funcionario.
Las garantías
Además del pago acordado, UBS recibió una serie de garantías por parte del Estado suizo. Por un lado, las autoridades informaron que se introducirán cambios en la legislación para que el acuerdo pueda ser convalidado sin que se someta a la votación de sus accionistas. A su vez, el comprador recibirá 9.000 millones en garantías para afrontar las futuras pérdidas que le depare la operación. Esta garantía funciona "como si fuese un seguro" y cubrirá eventuales pérdidas "de un portafolio muy específico" del Credit Suisse, aseguró este domingo la ministra de Finanzas, Karin Keller-Sutter. Por último, el Banco Nacional de Suiza pondrá a disposición una línea de liquidez de 100.000 millones de francos suizos.
La Autoridad de Supervisión del Mercado Financiero de Suiza (FINMA) detalló que "será posible continuar todas las actividades comerciales de ambos bancos sin restricciones ni interrupciones. El regulador suizo aclaró que "se coordinará con las autoridades nacionales e internacionales, a saber, la Reserva Federal de EE. UU. y la Autoridad de Regulación Prudencial británica".
También desde Washington saludaron el acuerdo alcanzado entre ambas entidades suizas. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el presidente de la Junta de la Reserva Federal, Jerome Powell, mediante un comunicado expresaron: "Damos la bienvenida a los anuncios de las autoridades suizas, para apoyar la estabilidad financiera".
Nace un gigante
El Credit Suisse, una entidad fundada en 1856 para financiar la construcción de la red ferroviaria helvética. Llegó a convertirse en un gigante financiero a nivel mundial en un país caracterizado por ser un centro financiero global.
En tanto, UBS surgió de diversas fusiones de 370 entidades financieras pequeñas que, a lo largo de sus 160 años de historia, terminaron de conformar el grupo, al término de la última de las adquisiciones entre la entonces Unión de Bancos de Suiza y la Corporación Banco de Suiza en 1998.
Tanto uno como otro son considerados bancos de importancia sistémica a nivel mundial. Su unión dará lugar a un gigante bancario que deberá estar mucho más supervisado y con requisitos regulatorios más exigentes (de capital, por ejemplo) y se creará una entidad con unos 120.000 empleados y un volumen de activos de más de 1,6 billones de dólares.