Evo Morales Ayma, expresidente de Bolivia y actual presidente del partido Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) arribó a la provincia de Salta ayer proveniente de Jujuy, en el inicio de un recorrido que mantedrá por diversas jurisdicciones del país para compartir encuentros y conferencias magistrales como invitación que le hicieron desde el Grupo Puebla.
La llegada a la capital salteña fue coordinada y convocada por integrantes del MAS-IPSP, asociaciones civiles y colectividades de resistentes bolivianos en la provincia; quienes acordaron un encuentro íntimo con el referente a quien impulsan como candidato a la presidencia para las elecciones nacionales de 2025 en Bolivia. En ese clima de clamor popular, Evo Morales basó su alocución en la necesidad de cuidar y nacionalizar los recursos naturales.
Sostuvo que las luchas que hoy envuelven a Bolivia y al resto de los países latinoamericanos se basan en dos aspectos importantes: la revindicación social y el cambio estructural al modelo neoliberal. Luchas que a su entender parten del uso del poder comunal y sindical, pero que no puede ser efectivo sin el poder político.
Para Morales, el pueblo de Bolivia -antes de su llegada a la presidencia- tenía el poder comunal y sindical, pero históricamente el poder político no les pertenecía porque su ejercicio les era impedido. "Nos decían que nosotros no podíamos hacer política para acceder al poder político y ahí nos dimos cuenta que los ricos podían hacer política y nosotros, no; los pueblos humildes no podían hacer política, pero los imperios, sí", afirmó.
Relató que incluso la definición sobre disputar el poder político pasó por un debate interno en el movimiento indigenista porque "algunos entendíamos que los pueblos indígenas teníamos derechos políticos y teníamos que hacer política", mientras que otros sostenían que el sindicalismo debía ser apolítico y apartidiario. "Un grupo de jóvenes dijimos que no" porque "entendíamos (a la política) como una ciencia de servir al pueblo".
"Si quieren hacer política, hagan política por la patria y no por la plata", dijo Morales, al sostener que el ejercicio y la disputa por el poder político representa en sí una convicción revolucionaria. Para él, eso posibilitó reescribir la historia originaria de Bolivia, que reconoce a 36 naciones y donde permanentemente se debe aclarar que: "no somos etnias, sino naciones; no somos dialectos, sino idiomas; no somos costumbres, sino culturas milenarias".
Sostuvo que por todo esto la constitución del MAS–IPSP, en 2005, mantuvo un programa político que se basó estrictamente en beneficiar al pueblo boliviano y no al Banco Mundial o al Fondo Monetario Internacional (FMI), que "proponen políticas de privatización y son instrumentos del imperialismo". Evo Morales también se refirió a la invasión colonial en 1492, que únicamente, dijo, llegó para dominar y robar a los pueblos indígenas. "La historia se repite con quienes se rebelan y en tiempos de república, siguen las políticas de exterminio hacia nuestros hermanos", sostuvo.
El ex mandario aseguró que en este contexto la lucha en Bolivia y en toda Latinoamérica "es fundamentalmente por los recusos naturales". "Entonces no nos equivocamos en gestar un movimiento político para recuperar la tierra y el territorio" donde "está la lucha social y cultural pero sabiendo que debe darse con una lucha electoral", dijo, afirmando que el MAS "nace de este sector amenazado y condenado al exterminio".
Refundación, nacionalización y redistribución
Según Morales Ayma, eel movimiento político nacido en 2005 se basó en el respeto y la defensa de la identidad indígena, la soberanía, la independencia, la libertad y el Estado, pero respetando la diversidad cultural. Por ello, dijo que el programa que los definió se basó en tres aspectos: en lo político, la refundación; en lo económico, la nacionalización, y en lo social, la redistribución de la riqueza.
El sentido de la refundación tenía que ver estrictamente con "dejar el Estado colonial para empezar a tener un Estado plurinacional", con un eje definido en la necesidad de modificar la constitución boliviana, lo que se dio en 2009, cuando se aprobó la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, siendo el decimonoveno texto constitucional en la historia republicana del país vecino. Entró en vigencia el 7 de febrero de 2009, fecha en que fue publicada en la Gaceta Oficial de Bolivia, luego de ser promulgada por Evo Morales, tras ser aprobada en un referéndum con un 90,24 % de participación.
"Antes teníamos un Estado impostor y aparente" donde no se daba un reconocimiento al movimiento indígena y, por ende, destacaba un "Estado fallido", sostuvo Evo Morales en un encuentro con referentes de organizaciones de residentes bolivianos.
En cuanto al aspecto económico, partió del ejemplo de la nacionalización del petróleo en Bolivia, a tres meses de su toma de posesión. El 1 de mayo de 2006, por el decreto N° 28701, el Estado boliviano recuperó la propiedad, posesión y el control total y absoluto de los recursos de hidrocarburíferos. En ese sentido, el expresidente dijo que de 1985 a 2005 la venta pretolera era por 3 mil millones de dólares, luego de que se estatizara y hasta 2019, esa misma venta alcanzó los 38 mil millones de dólares. "¿Cuántos (millones) nos han robado?", se preguntó.
"La nacionalización no viene del Banco Mundial o el FMI, viene de los movimientos sociales", aseguró recordando las marchas históricas de Cochabamba a La Paz. "Hay que defender la hojita de coca y hay que marchar por la nacionalización del petróleo", recordó que le dijo un campesino en medio de las movilizaciones.
Morales dijo que cuando se planteó la nacionalización del petróleo se dio la pelea por la soberanía económica, ya que "podemos liberarnos políticamente, socialmente y culturalmente, pero si no acompañamos a esa liberación con la parte económica, esa liberación no sirve. La nacionalización es una liberación también en su parte económica (porque es) sentar soberanía económica". Recordó que al momento de nacionalizar el petróleo tuvo allegados que no lo querían hacer y le decían: "Hermano presidente, si nacionalizan las trasnacionales nos van a demandar", a lo que él les respondía: "Si quieren demandarnos por la nacionalización, que nos demanden". Para Morales, un dirigente político y autoridad ejecutiva debe tener energía y valentía. "Si lo escuchábamos, no nacionalizábamos", expresó.
En cuanto al aspecto social, dijo que la redistribución de la riqueza debe basarse expresamente en someter las leyes vigentes y las nuevas a las necesidades del pueblo humilde. "Hay que cambiar y ver qué necesita el pueblo y dónde aparecen las necesidades". En esa línea, el expresidente pidió por la unidad de la patria grande para enfrentar las amenazas directas de organismos y organizaciones de Estados Unidos que manifestaron explícitamente su interés por los recursos naturales de Sudamérica, especialmente el litio, cuyos principales yacimientos se encuentrna en Argentina, Bolivia y Chile.