Desde Lima
Maestros en huelga desde hace más de un mes toman una y otra vez las calles de varias ciudades del país, bloquean avenidas y carreteras, son reprimidos por la policía, vuelan bombas lacrimógenas de un lado y piedras del otro, los profesores retroceden y vuelven a la protesta y a los piquetes, exigiendo aumento de sueldos. Piden que el presidente Pedro Pablo Kuczynski cumpla el ofrecimiento que les hizo de subirles el sueldo básico a dos mil soles mensuales (620 dólares) en su primer año de gobierno. El Ejecutivo dice que recién lo hará el próximo año. Los médicos de la salud pública también están en paro. Estas escenas, repetidas en los últimos días, enmarcan el cumplimiento del primero de los cinco anos del gobierno de PPK, como todos llaman al veterano economista neoliberal y gestor de intereses empresariales de 78 años, que llegó al poder derrotando a Keiko Fujimori.
Mientras la calle se calienta, en Palacio de Gobierno un presidente que parece desconectado de la población y que da prematuras señales de debilitamiento político, declaraba a un medio local que en este primer año de gestión había aprendido que gobernar “no es fácil”. En un año, su aprobación ha bajado del 62 por ciento inicial a 32 por ciento.
En su mensaje de balance dado el viernes ante un Congreso hostil, controlado por una mayoría del partido del encarcelado exdictador Alberto Fujimori, PPK pidió disculpas por haber subestimado lo que dijo era “una tarea titánica”. Con esa frase comenzó y terminó la autocrítica. Y a esa breve autocrítica le siguió un discurso de poco más de una hora que no anunció cambios, sino, más bien, una continuidad de lo hecho en este primer año. Un año que ha sido muy complicado para el gobierno, en lo económico y en lo político.
Un día antes de presentarse ante el Congreso, y cuando desde diversos sectores pedían una renovación en el Ejecutivo, el presidente hizo cambios en su gabinete ministerial. Pero los pocos cambios –dos ministras nuevas y un enroque ministerial– no modifican en nada la característica central del gabinete: un conjunto dominado por tecnócratas con estrechos nexos con los sectores empresariales y pocas habilidades políticas.
En este primer año de gobierno se ha acelerado el retroceso de la economía. El crecimiento para este año, previsto para más de cuatro por ciento, apenas bordeará el dos por ciento. La inversión pública y la privada han caído significativamente.
“Al inicio de su gestión el gobierno hizo un ajuste económico sin existir razón para ello, un error que ha contribuido a profundizar la desaceleración económica. El gobierno puso todos los huevos de la reactivación económica en el destrabe de grandes proyectos de inversión privada, y eso no ha funcionado. A esos errores del gobierno se suman los efectos económicos del escándalo de corrupción de Odebrecht y las consecuencias de las inundaciones por el fenómeno El Niño, que también han contribuido a la caída de la economía”, le señaló a PáginaI12 el economista Humberto Campodónico, catedrático de la Universidad de San Marcos.
En un esfuerzo de optimismo, PPK ofreció retomar el próximo año un crecimiento por encima de cuatro por ciento, pero faltaron anuncios concretos de cómo hacerlo. Puso el énfasis en la disciplina fiscal. “Continuaremos con la disciplina económica y financiera. No queremos un gasto público desenfrenado”, dijo.
De su mensaje, en el que habló de “un contexto internacional favorable”, queda la sensación que apuesta sus esperanzas de una recuperación económica a un importante incremento de los precios internacionales de los minerales, la principal exportación peruana y sostén de su economía.
“Para reactivar la economía es urgente que el gobierno aumente significativamente la inversión pública, lo que es posible hacer porque el país tiene recursos necesarios que no se están usando. Pero en su mensaje PPK ha dicho que eso no va a ocurrir, lo que es un problema. En todos los países del mundo se anuncian medidas para romper la dependencia de los precios de los commodities, pero el gobierno peruano no tiene interés en una diversificación productiva que rompa la dependencia de los precios de los metales”, señala Campodónico, comentando el mensaje presidencial.
En el terreno político, el gobierno de Kuczynski ha terminado acorralado por una agresiva oposición fujimorista, frente a la cual el gobierno, carente de operadores políticos, no ha sabido responder. El fujimorismo ataca al gobierno y lo debilita, pero su afán opositor no toca el modelo económico neoliberal.
“Este es un gobierno débil y sometido por el fujimorismo, un gobierno claramente para los sectores empresariales. Con un grupo de tecnócratas, PPK quiere manejar el país como si fuera una empresa y eso ha fracasado. La lógica de este gobierno es prescindir de lo que pasa en los sectores sociales, con la equivocada creencia de que todo se resuelve consiguiendo que vengan inversiones. El resultado son las protestas sociales que estamos viendo y frente a las cuales no se ve un gobierno que dé soluciones”, le declaró a este diario el historiador y analista político Nelson Manrique.
En lo que poco habló sobre política exterior, PPK le envió un mensaje de respaldo a la oposición venezolana. Señaló que Venezuela atraviesa por “una descomposición democrática y una crisis humanitaria” y aseguró que su gobierno tiene “el compromiso de actuar” frente a ello.
El primer año de la presidencia del derechista Pedro Pablo Kuczynski tuvo una celebración fría, muy formal, sin presencia popular.