La Cámara Federal porteña confirmó este lunes el sobreseimiento del exministro de Justicia del macrismo Germán Garavano y del arrepentido en la causa Ciccone Alejandro Vandenbroele, en una causa que investiga los supuestos delitos cometidos durante la inclusión de éste último en el "Programa Nacional de Protección de Testigos e Imputados". Entre las irregularidades aparecen: la entrega de dinero para montar una posada en Mendoza, y cientos de miles de pesos para ayudarlo a regularizar su situación con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
"El tenor de gastos incurridos y el destino que estos tuvieron quedan amparados bajo el espíritu de la norma en tanto hayan servido al fin último de brindar protección y ayuda económica a quien lo necesitara, luego de la ineludible alteración que sufre la vida de quien colabora con la Justicia en el descubrimiento de hechos delictivos de gravedad", argumentó el Tribunal de Apelaciones en la resolución.
Los camaristas Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia confirmaron así una decisión del juez federal de primera instancia Julián Ercolini, quien el año pasado sobreseyó a Garavano, Vandenbroele y al extitular del Programa al momento de los hechos investigados, Alejandro Lagos.
Los camaristas evaluaron que el mismo criterio se aplica a " las estimaciones necesarias para cubrir los requerimientos para que la asistencia sea genuina y no transforme la protección en una meta meramente ilusoria".
"Este es el marco al que obedeció el accionar" del programa y "el contexto en el que se desempeñó conforme a las facultades conferidas por la ley", añadió el texto de la resolución.
La decisión de autorizar distintos gastos en relación a Vandenbroele mientras permaneció en el programa, como un traslado a Mendoza de ida y vuelta para pasar las Fiestas con su familia, o para un emprendimiento comercial, "no superaron las atribuciones inherentes a su función de director".
En cuanto a Garavano, se coincidió con Ercolini en que no tenía obligación de control del programa ya que "era en el director sobre quien pesaba esa obligación, la que incluso, como vimos, fue además debidamente honrada".
"El ministro no sólo tenía asignado un rol diferente dentro de la tramitación de las ayudas del programa, sino que las dos intervenciones que registró fueron precedidas por la opinión favorable de distintas áreas administrativas, las que intervinieron según sus órbitas de competencia", analizaron los jueces.
El hecho "de no ser él quien administraba el patrimonio del programa ya lo exime de ser autor del delito cuyo reproche se pretende -defraudación a la administración pública- por no tener las características específicas que el tipo requiere", agregó la sentencia
Ante la no comprobación de la autoría del delito para los exfuncionarios, "la situación" de Vandenbroele "deberá seguir la suerte de los otros imputados", en relación a confirmar su sobreseimiento sobre su supuesta condición de partícipe del delito, finalizó la resolución.
El pedido de la fiscal
Los sobreseimientos habían sido apelados por la fiscal de la causa, Paloma Ochoa, quien, durante 2022, había reclamado que se los cite a declaración indagatoria, algo que nunca sucedió.
En su pedido la fiscal sostuvo que Vandenbroele, el arrepentido del caso Ciccone, permaneció en el programa "sin la debida justificación" más allá de los plazos fijados por ley y que recibió de manera ilegal dinero para instalar la "Posada La Masía", en Mendoza.
Asimismo, Ochoa consideró que Garavano y el exdirector nacional del Programa de Testigos Francisco Lagos "a través del dictado de resoluciones de su competencia, que resultaron ser contrarias a la normativa aplicable, destinaron importantes sumas de dinero -por cuya debida aplicación debían velar en razón de su cargo- a una excesiva e injustificada asistencia económica brindada en favor de Alejandro Paul Vandenbroele que redundó en un claro desmedro patrimonial de las arcas del Estado".
Tras el pedido de la fiscal, el exministro de Cambiemos presentó un descargo ante el juzgado, en el que no negó las supuestas irregularidades y se limitó a tomar distancia de ellas. Sostuvo que bajo ninguna circunstancia dio órdenes respecto a Vandenbroele, a quien dijo no conocer y remarcó que los legajos del programa son secretos.