El ambiente era especialmente favorable, quizás en un escenario irrepetible. Casi un acto partidario, de campaña. Los dirigentes empresarios anfitriones, ampliamente dispuestos para el elogio pero, por sobre todo, a disposición para atacar y responsabilizar al pasado cercano –léase kirchnerismo– de todos los males. Rodeado de cabañeros y terratenientes que fueron beneficiarios directos de las políticas cambiarias, desregulatorias y de quita de retenciones que aplicó este gobierno, en contra de gran parte del resto del país. No le fue complicado a Mauricio Macri, en ese clima, cosechar elogios y sonrisas cómplices al inaugurar la 131º exposición de la Sociedad Rural en el tradicional predio de Palermo. Luis Miguel Etchevehere, titular de la entidad convocante, no se privó siquiera de convocar a votar al oficialismo en las próximas elecciones legislativas.
El ingreso de Macri al predio no fue en el tradicional auto descapotable, sino que lo hizo a bordo de un auto oficial cerrado, que lo condujo por el pasillo armado con vallas hasta el palco, saludando al público desde adentro sin bajar la ventanilla. El presidente de la Nación recurrió en su discurso a las dos metáforas preferidas para referirse al sector agropecuario, que ya las ha reiterado varias veces. “Lo que hemos hecho es sacarle el pie de encima al campo. y el campo respondió con más trabajo y más empleo”, dijo antes de repasar una serie de estadísticas favorables, todas ellas circunscriptas a la actividad agroexportadora. La otra figura reiterada fue la de comparar a la economía con “un carro encajado, que ya salió del barro y gracias a todos los argentinos está tomando velocidad”.
“Nos llenaron de buenas noticias”, le lanzó a modo de guiño el Presidente de la Nación halagando a su auditorio, para hacer referencia a “la cosecha récord de 137 millones de toneladas”, dato que remató con la muletilla “cuando crece el campo, crece la Argentina”. Muchas economías regionales, que también son el campo, no deben haberse sentido comprendidas en esa sentencia.
En otro pasaje con aire de campaña. Macri reiteró otra consigna que se ha transformado en eje del mensaje de Cambiemos. “Como nunca antes, este gobierno va a dar batalla contra la mafia del puerto, la Aduana, los juicios laborales y el narcotráfico”, y sostuvo que su gestión “no va a parar hasta echarlos de la Argentina”. Todos en la misma bolsa, los narcotraficantes y las víctimas de abusos laborales que buscan compensación en tribunales, entre otras mafias difusas, fueron una vez más un enemigo propicio para concitar el aplauso.
Pero los mayores aplausos los obtuvo cuando le apuntó a la ex presidenta y actual candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, Cristina Kirchner, aunque sin nombrarla. “Cuando escucho a los que han gobernado tantos años decirnos que tienen soluciones, y cuando gobernaron nos dejaron sólo problemas y ruinas, no lo puedo creer”, fue uno de sus grandes éxitos. Etchevehere, a su turno y en la misma sintonía, explicitó su firme respaldo al gobierno, de cara a las próximas elecciones, fustigando las políticas de la anterior administración. “No se puede volver al pasado”, subrayó, “volver al pasado es impunidad para las mafias, para valijeros y para los corruptos que se escudan en fueros que no merecen, volver al pasado es trenes sin frenos, rutas sin destino y Venezuela como modelo. Volver al pasado es volver al insulto y a la soberbia por cadena nacional”.
Etchevehere destacó que el gobierno de Cambiemos supo “reconocer la importancia” del sector agropecuario para el país “luego de años de obstrucción y desprecio”. “La política vio en el campo el hecho de que trabajamos para fortalecer la Nación y que nuestra prosperidad es la de la Patria”, una identificación que es también reiterada en cada oportunidad en que se inaugura la Exposición Rural: los cabañeros, los grandes terratenientes, nunca dejan de manifestar que se consideran a ellos mismos la Patria.
“Conseguimos derribar un mito: la quita de retenciones generó confianza y un incentivo a la producción: la quita de ese impuesto distorsivo se compensó gracias al dinamismo que generó la inversión del campo a través de la tributación de otros impuestos”, aseguró. Resaltó el aumento del stock ganadero “a un ritmo de casi un millón de cabezas por año”, e indicó que “el consumo de todas las carnes es el más alto de los últimos 100 años: 120 kilos por habitante por año. “Sólo hay progreso donde no se repiten los errores del pasado”, recitó Etchevehere, que luego se refirió a sectores agrícolas en dificultades. Aunque colocó las causas muy lejos de las políticas económicas que favorecen la concentración en la exportación de granos y castigan a los sectores dependientes del mercado interno.
“Hay sectores como la lechería y la fruticultura que reaccionan en forma más lenta por una adversa coyuntura internacional y climática, pero sobre todo debido a años de políticas hostiles que generaron endeudamiento y descapitalización”, criticó. Para el titular de la Sociedad Rural, la problemática de ese sector “sólo se resuelve con el trabajo de todos los eslabones de la cadena, lejos del cinismo de los responsables de la mayor crisis de la lechería, que haciendo gala de un repudiable oportunismo de campaña creen que visitando a un productor pueden revertir los años que nos dieron la espalda”, en otro tiro por elevación hacia Cristina.
No faltó el homenaje a Gerónimo “Momo” Venegas, histórico dirigente de los trabajadores rurales (Uatre) recientemente fallecido. Indudablemente, por más de una razón, Macri y Etchevehere lo reverencian como uno de los suyos.