El Gobierno nacional hace este martes su desembarco en las oficinas de Edesur con un objetivo: que el dinero que deba que ir a obras de mantenimiento, tenga ese destino y no otro. Y para esto, dejó claro cuáles serán los alcances y funciones de la flamante intervención anunciada ayer tras la larga seguidilla de cortes que miles de familias sufrieron durante las últimas semanas.
Tal como ayer lo explicó el ministro Sergio Massa y tal como consta en el anuncio publicado en el Boletín Oficial, la tarea del bonaerense Jorge Ferraresi sobre la concesionaria será la de “fiscalización y control” sobre las obras que se deban realizar, además de resarcimientos.
Para esto, la letra chica que especifica las tareas del representante del Gobierno indica que la compañía deberá rendirle cuentas a Ferraresi del uso que hace los ingresos que percibe en concepto de tarifas.
Es decir que, a partir de ahora, los gerentes de Edesur “no pueden gastar en lo que ellos consideren sino que tienen que conversarlo con Ferraresi y demostrar qué hacen con cada peso que gastan”, definió el subsecretario de Energía Eléctrica, Santiago Yanotti.
En este sentido, las claves de la intervención serán:
- Fiscalizar, controlar y autorizar gastos
- Negociar con el directorio los fondos destinados a reparaciones y refuerzos
- No tendrá la capacidad de ordenar el destino de cuadrillas de trabajo ni tipo de reparaciones
Cuáles son los atributos de la intervención
La intervención en Edesur no es la primera presencia que el Estado tiene en la compañía. El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) había designado a un veedor que se encargó de detectar y auditar la información que el organismo controlador volcará en su informe final y a partir del cual el Estado determinará cuál será el destino de la concesión.
La diferencia entre esa veeduría con la intervención es que esta última hará que la presencia del Estado sea más determinante. “La intervención es mucho más fuerte y activa porque va a estar fiscalizando, controlando y autorizando gastos. Más que la veeduría”, puntualizó Yanotti en diálogo con FM Futurock.
Es decir que, a partir de ahora, los integrantes del directorio tendrán que “demostrar que cada peso que se gaste vaya a obras que (en términos de prestación del servicio) nos den un mejor invierno”, agregó.
A lo que se apunta es a que el denominado Plan Invierno previsto por la concesionaria no tenga el mismo destino que el caótico Plan Verano, con cortes frecuentes y masivos en un promedio de 70 mil hogares por día.
“Vamos a trabajar el Plan Invierno con un interventor más fuerte y con el que vamos a hacer que cada peso que entre a Edesur vaya a inversiones operativas”, explicó el subsecretario.
Lo que Ferraresi no podrá hacer, aclaró Yanotti, es decidir sobre tareas y reparaciones puntuales. “No tiene un rol operativo porque no puede mandar a arreglar una falla o tratar con las cuadrillas” de trabajo, ejemplificó. Pero, a pesar de ello, la gerencia tampoco va a poder hacer lo que le parezca, sino que va a tener que consensuarlo con el interventor”, señaló.
Edesur tiene los fondos
La concesionaria “tiene la tarifa", es decir que tiene los fondos para invertir, aseguró el subsecretario de Energía Eléctrica. Eso quedó demostrado con los últimos aumentos autorizados en los meses anteriores y con el que se aplicará en marzo, a cobrarse en las boletas en abril. A pesar del ingreso de esa masa de dinero, “la calidad del servicio es inaceptable”.
La prestación fue deficiente inclusive cuando la empresa aplicó aumentos del 3 mil por ciento durante el gobierno de Mauricio Macri. “Fue peor. Está en los números que nos dio Edesur. Hubo aumento pero las inversiones no fueron suficientes ni adecuadas para lo que se requería”, subrayó el funcionario.
Por eso, con la intervención “el objetivo es dar la mejor calidad de servicio”. Mientras tanto, el ENRE sigue en proceso de cierre del informe que deberá presentar para que el Estado determine qué hacer con la concesión.
En este punto, “el objetivo no es recuperar la empresa para el Estado. El objetivo es que funcione bien. Sea privado o estatal, es un servicio público que tiene que funcionar bien”, añadió.
Eso sí, concluyó, “si están dadas las causales para eventualmente avanzar con una quita de la concesión, será una decisión de la política. Edesur y tiene 60 años más de concesión, y si le toca cumplirlos que lo haga con obligación y un servicio de calidad”.