Cerca de la mitad de la población de Haití, al menos 4,9 millones de personas, sufre inseguridad alimentaria y más de 100 mil niños menores de cinco años están gravemente desnutridos, confirmó la ONG humanitaria Plan International.
Según la organización, la violencia entre las bandas agudizó la emergencia humanitaria en la nación caribeña donde 530 personas fueron asesinadas entre enero y marzo de 2023.
“En este momento, cerca de la mitad de la población no tiene suficiente para comer, incluyendo a 19.200 personas que enfrentan niveles catastróficos de inseguridad alimentaria. Según el índice de precios del consumidor (IPC), más de 19 mil personas están en la fase 5, la más alta de inseguridad alimentaria con al menos el 20% de los los hogares y el 30% de los niños enfrentando una desnutrición aguda por falta de comida.
En este escenario de violencia el país enfrenta desabastecimiento de alimentos por la falta de combustible por los bloqueos en las principales avenidas de la capital Puerto Príncipe.
"La emergencia humanitaria en Haití empeoró en las últimas semanas debido a la violencia de las bandas, los disturbios civiles y las malas condiciones económicas por la falta de oportunidades de empleo", destacó la ONG.
Violencia entre bandas criminales
En los tres primeros meses del mes fueron asesinadas 531 personas, muchas de ellas por francotiradores, 300 resultaron heridas. Además, 277 personas fueron secuestradas por las bandas criminales que operan en Haití, principalmente en Puerto Príncipe según confirmó la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.Durante las dos primeras semanas de marzo hubo enfrentamientos entre pandillas que dejaron al menos 208 muertos, 164 heridos y 101 secuestrados.
"La mayoría de las víctimas murieron o resultaron heridas por francotiradores que presuntamente dispararon al azar contra personas que se encontraban en sus casas o en la calle", indicó la portavoz.
Según la ONU, los enfrentamientos entre bandas son cada vez más violentos y frecuentes. El organismo internacional indicó que las bandas criminales buscan ampliar su control territorial en la capital y en otras regiones y para lograrlo atacan a las personas que viven en zonas controladas por las pandillas rivales.
Por eso más de 1.500 personas fueron desplazadas por la violencia entre bandas y ahora viven en campamentos improvisados y en condiciones de vulnerabilidad. Además, el país atraviesa un rebrote de cólera con cerca de 600 muertos desde octubre del año pasado cuando fue detectado el primer caso de la epidemia.