Con faltazos, semaforazos, asambleas y abrazos simbólicos, en las últimas semanas las comunidades educativas de las escuelas públicas porteñas lograron hacer oír los reclamos que arrastran desde hace años por los graves problemas edilicios que hay en buena parte de los colegios de la Ciudad. Ante la intensa ola de calor, esas denuncias se centraron en los problemas de ventilación y de ello se desprendió una particular complejidad que se vive en varios establecimientos: cooperadoras que se organizan para comprar acondicionadores de aire y que no pueden utilizarlos por las deficiencias en la instalación eléctrica de los edificios. La Corriente de Trabajadores de la Educación (CTE) realizó un relevamiento y encontró que en al menos trece colegios se viven situaciones de este tipo.
"Aunque tenemos el dinero para poder comprarlos, no podemos tener los aires porque no da la instalación eléctrica". Así resume la situación de la Escuela Primaria N°30 del Distrito Escolar N°9, "Granaderos de San Martín", Vanina Márquez, presidenta de la asociación cooperadora de ese colegio. "Compartimos el edificio con el jardín de infantes y el natatorio, y todos usamos el mismo medidor que no da abasto", precisa Márquez a este diario. Desde hace seis años, la cooperadora de la escuela del barrio de Palermo pide al gobierno porteño que realice las obras necesarias para poder llevar a cabo el proyecto para el que ya tienen la plata necesaria: equipar de acondicionadores de aire las aulas del colegio.
Hace unas semanas, las familias de la escuela volvieron a elevar un reclamo directamente a la ministra Soledad Acuña, en el que solicitaron "que autoricen y realicen el cambio del tablero de electricidad de la escuela, para poder instalar equipos de aire acondicionado en todas las aulas y espacios donde se da clase". En el medio, el viernes 10 de marzo, el tablero en cuestión empezó a largar humo y olor a quemado, pero no saltaron las térmicas: tuvieron que intervenir los bomberos. "A partir de eso recién el GCBA empezó a mostrar una respuesta. Estuvieron trabajando y ahora queda separar el consumo del jardín y que nos den mayor potencia", señala Márquez, que agrega que estaba la promesa de realizar la obra durante el verano pero no se concretó.
La escuela Granaderos de San Martín, sin embargo, no está sola. La CTE, dentro del gremio UTE-Ctera, realizó en estas semanas un relevamiento en otros colegios en los que suceden casos similares. Son en total trece, aunque podrían ser más, en distintos puntos de la ciudad. "La última ola de calor que atravesamos en nuestro país puso de manifiesto un problema de fondo que se vive en las escuelas de la ciudad: la crisis de infraestructura. Hay escuelas con aires acondicionados, muchas veces comprados por las cooperadoras escolares, que no pueden utilizarse o instalarse por fallas en las instalaciones eléctricas. Además de ventiladores que cuelgan de cables o sobrecargas eléctricas", advirtió a este diario Jorgelina Matos, de la CTE.
En el relevamiento se detallan los trece casos, como el de las escuelas primarias 20 y 12 del D.E 7 que "cuentan con equipos de aire comprados por la cooperadora pero no pueden ser instalados por problemas de conexión eléctrica". Algo similar ocurre en la 11 del D.E 5 o en la 12 del mismo distrito donde, según el relevamiento de la CTE, "las aulas tienen aires, pero si encendés más de uno salta la instalación eléctrica". En la Media 7 del D.E 9, "María Claudia Falcone", barrio de Palermo, asegura el relevamiento, "sólo funciona el aire de planta baja, el resto no puede utilizarse por deficiencias de infraestructura".
Página 12 también recabó el caso de la Escuela Normal N°1, donde en 2021 la asociación cooperadora logró instalar dos aires en las salas de música de jardín y primaria, aulas que no tienen ventanas. "Los aires fueron comprados en 2017 y recién tuvimos autorización para instalarlos en 2021. Nos dieron mil vueltas para la autorización y finalmente se pudo colocar, pero ahora lo que sucede es que no andan por la mala situación de la instalación eléctrica. Prenden y se vuelven a apagar porque hay baja tensión, no llega ni a 220", contó a este diario Betina Silveiro, de la cooperadora del colegio, quien agregó que, ahora, "si tuviéramos plata para comprar más aires no podríamos colocarlos porque la instalación eléctrica es deficiente".
Otro de los reclamos de las cooperadores radica en las demoras por parte del Ministerio para autorizar este tipo de instalaciones. Es que las familias no pueden realizar ninguna intervención sin la habilitación previa de los arquitectos encargados de esa tarea. En el Normal 1, por ejemplo, este año una familia se ofreció a donar ventiladores "pero tuvimos que decir que no porque sabíamos que no íbamos a poder obtener la autorización tan rápido", sostiene Silveiro. "Nosotros tenemos el dinero para poder empezar a poner los aires, pero las cooperadoras no pueden mandarse por sí solas y hacer una instalación, tienen que tener la autorización del arquitecto a cargo del colegio", subraya Márquez.
En efecto, a fines de febrero de este año el GCBA bajó una "advertencia" formal en la que recordaba que "las escuelas y cooperadoras no pueden instalar en los establecimientos artefactos o equipos eléctricos, sin aprobación técnica del equipo de la Dirección General de Mantenimiento Escolar". La "advertencia" también subrayaba que las escuelas y cooperadoras tampoco pueden "realizar obras de ningún tipo que no se encuentren autorizadas".
"Estamos en marzo, pero en junio el problema será la ola polar o, ante la primera tormenta fuerte, las goteras y filtraciones en las instituciones", advirtió por su parte Matos sobre los problemas edilicios que dejó ver el primer tramo de clases. La integrante de la CTE agregó que "la inversión real en educación necesita poner el eje en construir escuelas, acondicionar y mantener las actuales, garantizar viandas adecuadas y condiciones de higiene y salubridad, suficiente personal docente y no docente, capacitación permanente y salarios adecuados".