Desde Santa Fe
Omar Perotti sorprendió ayer al pedirle a la Legislatura que ratifique la designación de dos mujeres para conducir el Ministerio Público de la Acusación y el Servicio de la Defensa Penal en los próximos seis años, hasta 2029. El gobernador propuso a la abogada rosarina María Cecilia Vranicich como fiscala general y jefa del MPA para suceder el cargo a Jorge Baclini y a su colega Estrella Moreno Robinson como defensora provincial en reemplazo de Jaquelina Balangione. Vranicih es la primera mujer que llega a la máxima jerarquía en el MPA, donde oficia como auditora general y Moreno Robinson la segunda en su área. Los nombres trascendieron a media tarde en la Casa Gris, cuando Perotti firmaba los pliegos que poco después envió a la Legislatura, con otra sorpresa: propuso a una tercera mujer como fiscala regional de Rosario, María Eugenia Iribarren, quien hoy ocupa ese cargo en forma interina, mientras que en Santa Fe designó como fiscal regional a Jorge Nessier, un funcionario muy identificado con su actual jefe, Carlos Arietti.
La decisión de Perotti implica que el mandatario tomó nota de las impugnaciones públicas que pesaban sobre los otros dos integrantes de la terna para dirigir el MPA: el juez de la Cámara Penal de Santa Fe Roberto Prieu Mántaras y su par de la Cámara Penal de Rosario, Javier Beltramone. Quedó a la vista que Prieu Mántaras no resistió el archivo de sentencias “misóginas y sin perspectiva de género” que le recordó el colectivo de mujeres, entre ellas la anulación de la condena al ex arzobispo de Santa Fe monseñor Edgardo Gabriel Storni por “abuso sexual agravado” en la sede de la Iglesia, hace una década. La semana pasada trascendió que Prieu Mántaras podía renunciar al concurso, pero la ministra de Gobierno Celia Arena negó la versión. “No tengo indicio de ninguna baja”, dijo al dar a entender que el candidato que picó en punta seguía en carrera. En realidad, no picó en punta, ni seguía en carrera.
Además de Iribarren y Nessier, el gobernador propuso otros tres fiscales regionales: Matías Merlo (Venado Tuerto), Orlando Toniolo (Rafaela) y Rubén Martínez (Reconquista), por un nuevo período. Y como auditor general del MPA el fiscal de Reconquista Leandro Mai, en reemplazo de Vranicich. Martinez es conocido en el norte por su pasado en la UCR desde que fue funcionario en el gobierno de Fernando de la Rúa.
La lista de pliegos se completa con los cuatro defensores regionales: Gonzalo Armas (Rosario), Jorge Leandro Miró (Santa Fe), Carlos Flores Zanella (Rafaela) y Valeria Lapissone (Reconquista).
De los doce designados por el gobernador (siete en el MPA y cinco en la Defensa Pública), dos de ellos integraron los gabinetes del Frente Progresista y pasaron de la nomenclatura de la Casa Gris a Tribunales: Vranicich, ex socia política del ex ministro de Justicia Héctor Superti y luego secretaria de Transformación de los Sistemas Judiciales. Y Gonzalo Armas, ex secretario de Control de las Fuerzas de Seguridad. En el concurso para defensor regional de Rosario, Armas quedó segundo en la terna. El primero era su colega Mariano Buffarini, otro ex funcionario que operó como director provincial del Servicio Penitenciario en tiempos del socialismo. Esto podría explicar por qué Perotti mandó el pliego de Armas.
Ayer, al anunciar las doce designaciones –que ahora la Legislatura podrá ratificar o rechazar-, la ministra de Gobierno explicó que el gobernador tenía “la libertad para elegir a cualquiera de los integrantes” de la terna. En el caso de Vranicich era la segunda (detrás de Prieu Mántaras) y en el de Iribarren, la tercera (después de Vranicich y del fiscal Miguel Moreno). La nominada a defensora provincial Moreno Robinson también era la segunda, después de su colega Gustavo Franceschetti.
“El trabajo fue muy intenso” –dijo Arena. “Todos los integrantes de las terna” estaban en condiciones de ocupar los cargos por “sus antecedentes, sus planes de trabajo, el examen de oposición y las entrevistas, que fueron excelentes”, los elogió.
“¿Cómo se definieron los doce nombres?”, se preguntó la ministra. “Fue complejo. Se analizó su trayectoria, el compromiso y la experiencia en sus cargos. Fue una evaluación integral, que hoy está en manos de la Legislatura, que tiene 30 días para expedirse. A partir que se convoque a la Asamblea Legislativa son 30 días corridos para poner en marcha el trámite”: las entrevistas en la comisión de Acuerdos y después aceptar o rechazar las designaciones. Ya se sabe que si los pliegos no se tratan, opera la cláusula de la aprobación ficta que consagra la Constitución de Santa Fe.
-¿Tuvieron algún contacto con la oposición?
-La verdad que venimos trabajando con la oposición durante todo este tiempo. Tenemos diálogos, siempre lo decimos, que a veces son simples o no. A veces, hay acuerdos y otras desacuerdo. Pero la responsabilidad de tomar esta decisión en esta instancia es del gobernador de la provincia, que la tomó teniendo en cuenta todas las voces y opiniones, pero también asumiendo la responsabilidad que le compete al Poder Ejecutivo”.
Le preguntaron por “el caso Prieu Mántaras”, como lo identificó un colega.
-Sí, hubo opiniones, pero quiero reiterar algo. Todas las personas que concursaron tienen la idoneidad para desempeñarse el cargo. Y en el caso del doctor Prieu Mántaras” –lo defendió Arena- el colectivo de mujeres “mencionó tres causas”, entre ellas la anulación de la condena a Storni, pero él “tiene 4.000 sentencias en su desempeño en Tribunales”. “Esto fue abordado en su plan de trabajo”, en cuanto “al crecimiento y el desarrollo profesional” y las “nuevas miradas”. “En ese sentido, nosotros miramos mucho la trayectoria y las decisiones de cada uno, pero también hay fallos del doctor Prieu Mántaras con perspectiva de género. La sociedad fue cambiando” y los magistrados también. “Esto es lo importante. Todas las opiniones son bienvenidas, pero todos los integrantes de las ternas estaban en condiciones desempeñar el cargo” para los que fueron propuestos –cerró la ministra de Gobierno al explicar por qué el gobernador propuso a Vranicich como jefa del MPA y no a Prieu Mántaras.