Alberto Fernández respondió a las críticas formuladas por su par de Ecuador, Guillermo Lasso, y le pidió que no mezcle el "incidente producto de la impericia de oficiales del Estado ecuatoriano", derivado de la salida de la exministra correísta María de los Ángeles Duarte de la sede diplomática argentina en Quito, con "el amor" que vincula a ambos pueblos. En su misiva, el Presidente argentino también cuestionó la “reacción desmesurada” del gobierno de Lasso de expulsar al embajador argentino y sostuvo que “a todos debe lastimarnos que en su Patria, como en la mía, como en Brasil o como en Chile, la Justicia se haya puesto al servicio de quienes persiguen opositores”.
Lasso se quedó herido y le respondió horas más tarde en su cuenta de Twitter, dando aire a un conflicto que le sirve internamente en un momento de debilidad política y evidentemente no pretende desescalar. Le tiró munición pesada al ahora exembajador argentino Gabriel Fuks "que se mostró en todo momento como un operador político y no como digno representante del pueblo argentino", bramó en su carta de seis párrafos. Y volvió a defender la drástica decisión de sacarlo del país explicando que el "error" no fue suyo sino de la Argentina al conceder el asilo político a la exministra. "Usted no debió autorizar la concesión del asilo político a una persona sentenciada por la justicia ecuatoriana,
pues eso está expresamente prohibido", machacó.
La carta I
“Con más pesar que placer he leído sus comentarios originados en la salida de Ecuador de María de los Ángeles Duarte, quién se encontraba refugiada en la embajada argentina en Quito y a la cual Argentina había concedido asilo político por razones humanitarias”, arranca la carta de Fernández. Y agrega: “La salida de la señora Duarte de la sede de la embajada escapa absolutamente a la voluntad y a la capacidad de decidir de las autoridades diplomáticas”.
Por esta razón el mandatario argentino le hizo a su par ecuatoriano una propuesta: “Debería buscar a los responsables de su administración que no tuvieron la debida diligencia para impedir la circulación libre de una persona cuya captura reclamaban. Allí están los responsables. No en Argentina”.
Fernández respondió como consecuencia de las primeras críticas de Lasso por su relación política con el expresidente ecuatoriano Rafael Correa. “Me apena mucho que Alberto Fernández, Presidente de Argentina, haya puesto por delante su amistad personal e identidad política con Rafael Correa por sobre la relación fraterna entre los pueblos de Argentina y Ecuador”, posteó Lasso en su cuenta de Twitter.
En el texto Lasso también había arrobado a otros presidentes latinoamericanos como el mexicano Andrés López Obrador, al colombiano Gustavo Petro, el chileno Gabriel Boric, y al uruguayo titular de la OEA Luis Almagro. E incluyó a los dirigentes opositores argentinos Mauricio Macri y Patricia Bullrich, además de Julián Obiglio, dirigente PRO e impulsor de la Unión de Partidos Latinoamericanos que reúne a los partidos de ultraderecha, liberales y conservadores de la región.
“La reacción desmesurada del señor presidente de expulsar al embajador argentino es lo que verdaderamente lastima el buen vínculo que argentinos y ecuatorianos mantendremos a pesar suyo", dijo Fernández. "La gravedad y la injusticia de esa decisión demuestra que es su exceso lo que verdaderamente lastima la relación de nuestros pueblos”, fue la dura respuesta del Presidente. “Reciba estas palabras con el sincero afecto de siempre. Haga el esfuerzo de no mezclar este incidente producto de la impericia de oficiales del Estado ecuatoriano con el amor que a nuestros pueblos vincula”, culminó.
Correa cruzó a Lasso y Lasso a Fernández
"Lasso: lo del presidente Fernández se llama integridad. El único que puso por delante su canallada, corrupción y mala fe, eres tú, y así destrozaste la relación con un país hermano. Nadie te cree, y cada vez estás más solo a nivel nacional e internacional #ParaTontoNoSeEstudia", respondió Correa en su cuenta de Twitter.
Correa se encuentra en Buenos Aires como participante del III Foro Mundial de Derechos Humanos que se realiza toda esta semana en distintas sedes y como parte del encuentro del Grupo de Puebla, que arrancó anoche en el CCK. El lunes por la tarde asistió a un encuentro que el presidente Fernández en el Salón de Pueblos Originarios de Casa Rosada con integrantes del Grupo de Puebla.
Allí, en diálogo con los periodistas acreditados el exmandatario ecuatoriano rechazó las acusaciones que el canciller de Ecuador, Juan Carlos Holguín, hizo contra diplomáticos argentinos, a quienes responsabilizó por la salida de Duarte de la embajada argentina en Quito. "Como expresidente, es una ridiculez del gobierno ecuatoriano, tratando de ocultar su propia ineptitud", replicó Correa al referirse al abandono de Duarte de la residencia de la embajada argentina y su posterior aparición en Caracas. Y remarcó: "No ha habido ninguna fuga. El estatus a nivel de derechos de María Duarte era de absoluta legalidad porque había recibido el asilo político de la República Argentina".
Anoche Lasso volvió a levantar la discusión con una dura carta destinada a Fernández.
Origen del conflicto
Durante el fin de semana del 11 y 12 de marzo de 2023, mientras el embajador argentino Gabriel Fuks se encontraba desempeñando distintas tareas, la sede diplomática en Ecuador afirmó que "no se registró presencia en el ala del edificio en la que Duarte Pesantes habitaba, distante de la residencia oficial del representante argentino, por lo que se procedió a hacer las recorridas correspondientes de las distintas dependencias, sin ubicar su paradero".
Días más tarde, la ex funcionaria (que en 2020 fue condenada junto a Correa a ocho años de cárcel por supuestos delitos de “corrupción”) se hizo presente en la delegación diplomática argentina en Caracas, Venezuela. “Decidí dejar la embajada porque al negarme el salvoconducto que me correspondía como asilada política, de acuerdo a la convención de Caracas de 1954 e impedir mi salida segura, el gobierno ecuatoriano me convirtió en rehén política”, publicó Duarte en Twitter donde agradece a la Argentina “por haberme cobijado ante la persecución de los gobiernos de Lenin Moreno y Guillermo Lasso”.
Ese mismo día, 14 de marzo, el Gobierno ecuatoriano responsabilizó de la fuga al embajador, declaró “persona no grata” a Fuks y lo expulsó del país. En respuesta, Argentina solicitó el retiro del embajador ecuatoriano en Buenos Aires, Xavier Alfonso Monge Yoder, tras lamentar la "incomprensible decisión del Gobierno" de Quito.
A principios de diciembre del año pasado, la Argentina decidió -en ejercicio del derecho que le otorga la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 y de acuerdo a la Convención Americana Sobre Derechos Humanos- conceder el asilo diplomático solicitado por Duarte Pesantes, quien desde el 12 de agosto de 2020 permanecía alojada en la residencia oficial argentina en Quito en carácter de huésped por razones humanitarias, junto con su hijo menor de edad, de padre argentino. Pero en diciembre de 2022, Ecuador negó un salvoconducto para que la exministra de Transporte y Obras Públicas durante el gobierno de Correa saliera del país hacia Argentina.