Mañana vence el plazo para que las empresas se adecuen al artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) -que obliga a las que tienen establecimientos de al menos 100 empleados y empleadas a contar con servicios de cuidado infantil para niñas y niños de 45 días a 3 años inclusive-, y ante la resistencia histórica a su aplicación, una investigación relevó las experiencias de empresas que tienen políticas de cuidado infantil y encontró que su aplicación no solo tiene ventajas para las familias y la crianza, sino que también afecta positivamente a las empresas. “Esta práctica contribuye a la conciliación de su vida laboral y familiar y, principalmente, al fortalecimiento del desarrollo de chicas y chicos en la primera infancia. Además, amplía las oportunidades laborales y de generación de ingresos para las mujeres, mejora la productividad de las y los empleados, disminuye el ausentismo y la rotación del personal y contribuye al buen clima laboral”, sostiene el estudio.
Este jueves entra en vigencia la reglamentación del artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), que fue reglamentado el 22 de marzo del año pasado y publicado en el Boletín Oficial el 23, y que otorgó un año de plazo a las empresas para empezar a adecuarse a la obligación que plantea el artículo. El artículo 179 ya estaba en la LCT desde 1974. Tuvieron que pasar casi cincuenta años y un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (“Etcheverry Juan Bautista y otros c/ EN s/ amparo de Ley N° 16986”) del 21 de octubre de 2021 -y podemos decir también gracias a que el tema fue puesto en la agenda pública por los feminismos-, para que se reglamentara mediante el Decreto N°144/2022.
“A partir del 23 de marzo todas las empresas tienen que tener ya una política aplicada en relación a esto: o que tengan un espacio de cuidado, o hayan conseguido vacantes en algún espacio o hayan hecho una negociación con el sindicato y hayan incorporado a la negociación colectiva la compensación económica”, explicó a Página/12 Delfina Schenone Sienra, responsable del Área de Políticas del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). Esta organización, junto a UNICEF, llevó adelante la investigación “Acá ganan todos”, que reúne la experiencia de seis empresas y organizaciones privadas que tienen centros de educación y cuidado destinados a las hijas e hijos de sus empleados. Se trata de MIMO & CO, Aguas y Saneamientos Argentinos (AYSA), INVAP, Mercado Libre, Comité Argentino de Arándanos “ABC” y Mirtrans (de Uruguay).
Según datos de UNICEF, a 2019 solo el 5 por ciento de las empresas del país contaba con un espacio de cuidado infantil o brindaba compensación económica para costear el servicio de cuidado de niños y niñas hijos de empleados y/o empleadas. Desde el organismo consideran que es importante contar con ese número como base para poder comparar los avances en futuras investigaciones.
“Acá ganan todos” releva espacios indispensables para el desarrollo de la vida laboral de las mujeres ya que, como el cuidado de hijos e hijas en general ha estado y sigue estando bajo su responsabilidad, son ellas las que pierden oportunidades laborales o sufren el estrés que significa organizar las jornadas laborales cuando el jardín está lejos del trabajo o las criaturas quedan al cuidado de otras personas. “Las tareas de cuidado han sido históricamente consideradas y abordadas como una responsabilidad privada de las familias y, dentro de ellas, de las mujeres. En Argentina las mujeres dedican, en promedio, el doble de tiempo por día que los varones a realizar trabajos domésticos y de cuidados no remunerados (6,3 hs vs 3,4 hs) (INDEC, 2021)”, destaca el trabajo. Lo que esta investigación busca impulsar es que esa responsabilidad sea compartida por distintos actores: Estado, empresas, sindicatos, organizaciones comunitarias.
Entre sus conclusiones destaca los siguientes beneficios de contar con centros de educación y cuidado infantil:
Beneficios para las familias y las mujeres
• Es positivo para la nutrición y salud, crecimiento físico saludable, desarrollo cognitivo, emocional y social de las infancias.
• Tiene efectos positivos relacionados con la educación y aprendizaje de niños y niñas.
• Reducción de estrés y tensión.
• Mejora la logística, favoreciendo la conciliación, dado su impacto positivo en la vida profesional y personal de las personas.
• Promueve la corresponsabilidad, involucra a los hombres y personas no gestantes en el cuidado y su organización.
En palabras de algunas trabajadoras consultadas, esta lista puede leerse así: “¿Beneficios? No le doy a mis viejos la carga para que me lo críen, lo podía ver al menos dos o tres veces al día lo cual era elemental para mí porque Luqui tomó teta largo y tendido, y podía laburar tranquila… Sabía que si pasaba algo me llamaban y yo salía corriendo, a tres cuadras estaba el jardín. La cercanía era fundamental”, relató Eugenia, Departamento de Marketing y Eventos de Mimo & Co en las entrevistas realizadas para la investigación. “Si me llaman es porque algo pasó. Sino yo estoy tranquila, me puedo desconectar y enfocar en lo que tengo que hacer realmente de mi trabajo. Para mí es fundamental, y me puedo enfocar en trabajar mis ocho horas. Al tener esa tranquilidad, todo lo demás fluye”, contó Karina, Departamento de Aseguramiento de la Calidad, AYSA.
“Las trabajadoras sostuvieron que la cercanía y la posibilidad de ver a sus hijos y/o hijas a lo largo del día durante la jornada laboral les brinda una sensación de tranquilidad que les permite enfocarse plenamente en su trabajo. Además, contribuye a la reducción del estrés y la tensión generada por la logística familiar. A su vez, les facilita su reinserción en el trabajo luego de las licencias por maternidad y a sostener lactancias prolongadas. Todos estos beneficios no solo favorecen el desarrollo de niñas y niños, que a edades tempranas necesitan de la presencia y el fortalecimiento de vínculos con sus referentes adultos, sino que a su vez generan una mejor conciliación de la vida laboral y familiar para sus empleadas y empleados. También contribuyen a crear mejores condiciones para que las mujeres puedan tener un mayor desarrollo profesional”, dice la investigación.
Beneficios para la empresa
• Aumento del rendimiento y la eficiencia.
• Reducción del ausentismo.
• Reducción de permisos y licencias extendidas.
• Mayor satisfacción laboral y sentido de pertenencia de las trabajadoras y los trabajadores.
• Atracción y retención de talento.
• Productividad: mejora la productividad a través de personal más enfocado con mayor motivación y compromiso.
• Promueve la mayor participación de mujeres y diversidades en el mercado de trabajo. obteniendo mejores ingresos y contribuyendo a una reducción de la pobreza infantil.
• Beneficia la reputación empresarial y la licencia social para operar de las empresas. Esto se traduce en beneficios directos con los grupos de interés y el entorno de operación.
Algunas empresas entrevistadas para la investigación lo dicen de esta manera: “Está demostrado que cuando el empleado o la empleada está tranquila, y baja a ver que su bebé está bien, o esa mamá que lo puede amamantar, y que va a tener su hora o su espacio para poder ir a dar de comer a su niño o niña; que los jardines son puertas abiertas donde no hay restricciones horarias y vos podés ir a chequear si lo están cuidando, o están mimando, para mí eso es lo número uno: que el empleado o empleada trabajen concentrados porque hay una parte de su cerebro que está totalmente relajada, y va a aumentar su instancia productiva porque hay una cosa menos que se tiene que preocupar…. Para mí esto es el ABC”, respondió Carolina Pascotto, Directora Pedagógica en Diálogos, Jardines Maternales y de Infantes de la empresa Mercado libre. Francisco Estrada, presidente de APRATUC (Asociación de Productores de Arándanos de Tucumán) contó que “este año estamos certificando bajo normas IRAM, y realmente llegan al sello, entonces nuestros productos llevan sello de “libre de trabajo infantil y adolescentes protegidos” que te permite comercialmente atacar nichos que son muy cuidados en esa cadena de corresponsabilidad, entonces te pueden elegir frente a otros. Por ejemplo, el consumidor actual se vuelca al consumo consciente y responsable, entonces eso implica saber cómo se hacen las cosas desde lo ambiental, desde lo social, y ahí donde ves cómo creces”.
Nadie dice que es fácil pero básicamente se requiere de decisión política para avanzar en las políticas de cuidados. Para Schenone Sienra: “La creación e implementación de los espacios de educación y cuidado requiere de esfuerzos, de articulaciones, de inversión y de adecuaciones, pero la evidencia nos muestra que los resultados positivos son ampliamente superadores de cualquier costo o preocupación inicial”.
Las políticas de cuidados van mucho más allá de contar con jardines para niños y niñas de trabajadores como establece la ley. Y si bien muchas empresas avanzaron en la extensión de licencias por nacimiento o flexibilizar las jornadas laborales, por ejemplo, aún queda mucho por hacer. Las deudas fueron medidas y cuantificadas para el desarrollo de esta investigación: Un 5 por ciento de las empresas ofrece licencias de paternidad inferiores a los 2 días y el 47 por ciento ofrece los 2 días de corrido que marca la normativa vigente. Sólo el 32 por ciento de las empresas ofrece licencia de maternidad por adopción y este número se reduce al 24 por ciento en el caso de los padres. 32 por ciento no ofrece reducción de horario por lactancia y sólo 8 por ciento cuenta con lactario o espacio de alimentación.
El camino está marcado.