En pocos días llegará a la Corte Suprema otra causa de lesa humanidad de alto impacto político y económico –porque involucra al empresariado transnacional–. Se trata de la investigación sobre desapariciones de operarios de la automotriz Mercedes Benz en la que está procesado el exgerente Juan Ronaldo Tasselkraut, quien años atrás, cuando le preguntaron si la productividad de la planta había aumentado después de los secuestros, contestó: “Y… milagros no hay”.
Tasselkraut está imputado por los secuestros de siete trabajadores de la Mercedes Benz que fueron llevados a Campo de Mayo. En abril del año pasado, la jueza federal de San Martín Alicia Vence lo sobreseyó por todos los casos. Sin embargo, la Cámara Federal de esa jurisdicción revirtió su decisión en octubre. En esa oportunidad, lo procesó por los secuestros de Héctor Ratto y Diego Núñez, pero lo desvinculó por las otras cinco privaciones ilegales de la libertad.
El tema llegó a la Cámara Federal de Casación Penal. El tribunal analiza lo sucedido en Mercedes Benz en dos incidentes: el procesamiento de Tasselkraut por los dos casos, por un lado, y el sobreseimiento en cinco casos, por otro. Dos de los jueces que integraban el año pasado la Sala II de este tribunal, Carlos Mahiques y Guillermo Yacobucci, vieron la oportunidad y actuaron raudos para confirmar el sobreseimiento en los cinco casos. Tomaron esa decisión el 6 de diciembre pasado, cuando todas las miradas estaban puestas en la condena a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad.
Contra esa decisión, se presentaron las querellas de la Secretaría de Derechos Humanos y del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) para pedir que la Corte revise la decisión de los dos integrantes de la Sala II. Dijeron que los camaristas habían tomado una decisión sobre Tasselkraut sin escuchar a las víctimas. Los casadores Alejandro Slokar y Ángela Ledesma les dieron la razón y les abrieron la puerta para llegar hasta el máximo tribunal.
En paralelo, Casación debe ahora decidir si confirma los procesamientos por los secuestros de Ratto y Núñez. Las declaraciones de Ratto fueron fundamentales para reconstruir lo sucedido. Él contó que el 12 de agosto de 1977 participó de una asamblea dentro de la fábrica. Después de eso, se acercó personal de seguridad de la empresa para hacer que, de alguna manera, saliera del establecimiento. Le decían, por ejemplo, que lo habían llamado de la casa. Después, Tasselkraut le terminó reconociendo que tal llamado no había existido pero le pidió que lo acompañara a su oficina. Allí se encontró con dos agentes de civil que lo buscaban. Mientras esperaba, Ratto escuchó que Tasselkraut pasaba la dirección de Núñez, quien sigue desaparecido.
Antes de decidir si confirma el procesamiento, deberá escuchar a las partes. Las citó para el 26 de abril a las 10 de la mañana. A Tasselkraut lo defiende Jorge Valerga Aráoz, el excamarista federal que juzgó a los excomandantes.
Valerga Aráoz tuvo otro cliente más famoso: Carlos Pedro Tadeo Blaquier, el dueño de la agroindustrial Ledesma. Blaquier falleció la semana pasada a los 95 años sin haber llegado a ser juzgado por los secuestros que ocurrieron en Jujuy, en la zona de influencia del ingenio Ledesma, después del golpe del 24 de marzo de 1976 y en julio de ese año –en lo que se conoció como las Noches del Apagón–.
Para evitar ser juzgado, Blaquier contó con la inestimable ayuda de la Cámara Federal de Casación y de la Corte Suprema, que dilataron el trámite durante casi ocho años. Cuando finalmente el máximo tribunal tomó el caso, la defensa de Blaquier –encabezada por Valerga Aráoz– dijo que no estaba en condiciones de sentarse en el banquillo de los acusados. El Cuerpo Médico Forense (CMF) lo confirmó. Como la fiscalía y la querella del Comité para la Defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos (Codesedh) recurrieron la decisión del Tribunal Oral Federal (TOF) de Jujuy de separar del proceso a Blaquier, la Cámara de Casación les dio la razón en parte y ordenó que se le practicaran nuevos estudios al empresario. Nunca se completaron porque murió antes.
La causa Ledesma aún tiene un imputado: el exadministrador general Alberto Lemos. Las víctimas reclaman que se haga el juicio cuanto antes. El tribunal aún no convocó a la audiencia preliminar como paso previo al debate. Lemos, al igual que Blaquier, fue procesado hace once años.
La Corte tiene también en sus manos la discusión sobre las condenas a los jerarcas de la Ford Pedro Müller y Héctor Sibilla, que fueron confirmadas por Casación en lo que se considera un fallo histórico. En ese expediente, se examinó lo sucedido con 24 trabajadores de la planta de Pacheco.
El TOF de Mar del Plata, que juzga lo sucedido en el campo de concentración La Huerta, juzgará también los secuestros de seis trabajadores de Loma Negra y el del abogado laboralista Carlos Alberto Moreno. En este caso, habrá pedidos para que se reconozca la responsabilidad de la cementera, pero, por el tiempo transcurrido, no habrán civiles en el banquillo sino los militares que tenían responsabilidad en la zona.