El partido español Vox, de extrema derecha, ha fracasado de nuevo con la segunda moción de censura que promueve esta legislatura contra el gobierno de izquierdas que dirige el socialista Pedro Sánchez, pues fue rechazada ampliamente este miércoles por el Congreso.
El candidato propuesto por Vox para sustituir a Sánchez en la jefatura del Ejecutivo, el economista y exdirigente comunista Ramón Tamames, consiguió tan sólo 53 votos de los 350 diputados de la cámara, muy lejos de la mayoría absoluta que establece la Constitución española para que prosperase la moción.
No al adelanto de las elecciones
El objetivo de Vox era que Tamames adelantara las elecciones generales, previstas para diciembre próximo, en caso de ser apoyado por el Congreso. Sin embargo, votaron en contra 201 parlamentarios, encabezados por el Partido Socialista (PSOE) y Unidas Podemos (UP), que forman la coalición de gobierno.
Igualmente rechazaron la moción los pequeños partidos de izquierda y nacionalistas e independentistas vascos y catalanes, en los que suele apoyarse Sánchez para gobernar, ya que el Ejecutivo carece de mayoría parlamentaria suficiente.
Todos fueron muy críticos con los planteamientos de Vox y también con Tamames, de 89 años, que fue un izquierdista muy activo en la política de los años setenta y ochenta. Se mostraron sorprendidos y contrariados porque aceptara ser el candidato a presidente del Gobierno en una moción de la extrema derecha, aún más porque ni siquiera pertenece a ese partido.
Los liberales también votaron en contra, mientras que el conservador Partido Popular (PP), la principal fuerza de la oposición parlamentaria, optó por la abstención, con 91 votos.
Debate agrio
El debate, que comenzó el martes, transcurrió en un ambiente áspero, incluso bronco, con ataques cruzados entre izquierda y derecha, incluidos reproches personales entre líderes, sobre cuestiones como derechos sociales, feminismo, cambio climático, modelo de Estado, economía y memoria democrática.
Sánchez acusó a Vox de aportar solo "odio" y de presentar una moción "destructiva". Aprovechó la ocasión para defender las políticas progresistas de la coalición gubernamental y mostrar unidad, pese a las fricciones frecuentes entre los dos fuerzas de izquierdas que forman el Ejecutivo (PSOE y UP).
Una y otra vez alertó del riesgo que, según opinó, supondría una eventual alianza de gobierno entre la derecha (PP) y la extrema derecha (Vox) después de los comicios próximos, previstos en diciembre, algo que podría ocurrir a la vista de la mayoría de las encuestas electorales.
La postura de Vox
Entre otros argumentos para la moción de censura, el líder de Vox, Santiago Abascal, aseguró que el socialista Sánchez es un político "caducado" y con un proyecto "en descomposición", que ha "pisoteado derechos y libertades" y ha generado "división, odio y ruina".
Abascal se mostró satisfecho, pese a todo, porque considera que ha cumplido la misión de retratar a "uno de los peores gobiernos" de la historia de España y con los "peores aliados".
Tamames consideró que la iniciativa de la moción no fue ociosa y se quejó de que los grupos parlamentarios convirtieran el debate en el Congreso en una plataforma electoral. "No me esperaba un mitin como este en la patria de la soberanía nacional", dijo.
En ausencia del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que no es diputado, su portavoz parlamentaria, Concepción Gamarra, indicó que Tamames no era el candidato ni representaba el proyecto de los conservadores españoles, que se presentaron como un partido "sin ataduras".
La posición del PP, que se abstuvo, fue criticada duramente tanto por Vox, por negarse a sumar fuerzas contra Sánchez, como por los socialistas, por pensar éstos que el futuro de los conservadores está ligado a la extrema derecha.
En la anterior moción de censura de Vox, en octubre de 2020, también derrotada en el Parlamento, el PP votó en contra, cuando su líder era Alberto Casado