Una de las grandes rupturas que dejarán estas elecciones provinciales de la mano de la decisión premeditada de Gustavo Sáenz de eliminar las Primarias Abiertas, es la del espacio que supo llevar las banderas del kirchnerismo desde sus inicios en Salta.
El Partido de la Victoria se constituyó desde los albores del espacio nacional que representa al difunto Néstor Kirchner y asu esposa, dos veces presidenta, Cristina Fernández, en su cara más visible y fuerte en la provincia. Con ese sello se consiguió algo impensado en 2017, quizá el peor momento para ese sector del peronismo, y fue recuperar una diputación nacional y con ella apuntalar el espacio para volver a ser gobierno en 2019.
Sin embargo, la reciente irrupción de Avancemos con Emiliano Estrada a la cabeza, generó cierto mareo en parte de su dirigencia, que vio allí la posibilidad de dar pelea palmo a palmo por la gobernación. Esto, sin sopesar que los laderos del diputado nacional eran, nada más y nada menos, que el también diputado nacional Carlos Zapata, del partido ultraliberal olmedista Ahora Patria, y Salta Independiente (SI), de los hermanos Biella, y que eso generaría rispideces en parte de la militancia del PV y una estampida hacia otros espacios, algo que finalmente sucedió.
Fue así como otro sector de la dirigencia, encabezado por el ex diputado, actual concejal de Orán y vicepresidente del partido Iván Mizzau, junto a la ex concejala por Capital Laura García y otros dirigentes de la cúpula del PV, acompañados por una parte importante de la militancia, tomaron la decisión de quedarse en un armado más tradicional junto al actual senador por Cachi Walter Wayar y el diputado nacional Lucas Godoy.
No bien consumada la escisión, comenzaron los tires y aflojes por quién se quedaba con el sello partidario, algo que finalmente fue para el presidente del partido, Segio “Oso” Leavy y sus acompañantes.
Pero la cosa no quedó allí, y Leavy también consiguió que la Justicia Electoral le impida a cualquier alianza en donde él no participase, llevar el nombre Frente de Todos como insignia, lo que terminó de generar la indignación de quienes hasta no hace más de un mes eran sus “compañeros”.
Para Laura García, el presidente del Partido de la Victoria está “rifando” el sello “por aspiraciones personales". “Al ver que no acompañaban la voluntad de él, modificó algunos documentos de la junta”, agregó Mizzau denunciando que se manipuló lo estipulado por el Congreso partidario, y ratificó que el acercamiento de Leavy al frente Avancemos “obedece a intereses personales y no partidarios”.
En otra entrevista, el vicepresidente del partido declaró que la máxima autoridad partidaria se maneja de manera autoritaria, tomando decisiones sin respetar la de las mayorías y “borrando afiliados” como le sucedió a él mismo. “Es raro lo que pasó, ya que tengo mi ficha de afiliación y soy el vicepresidente, parece que a quienes van en contra de la voluntad del presidente, los borran", argumentó.
“Ha perdido la conducción del partido”, “intentó imponer la alianza a contramano de los militantes del partido”, dijo en otra ocasión. Y volvió a resaltar que el sector que decidió emigrar hacia Avancemos está “sacrificando las legítimas expectativas de afiliados de ser candidatos por el partido, para cederlos indebidamente a dirigentes de otras fuerzas políticas”.
Según el concejal, Leavy propuso a la Junta partidaria la posibilidad de integrar el partido al frente Avancemos, pero las adhesiones no eran favorables a su deseo, “el problema eran Zapata, Biella, Olmedo, Martín Grande, todo el núcleo que no correspondía con la coherencia política que mantiene nuestro sector”, adujo Mizzau.
“No estamos ni con el saencismo ni con la ensalada de Zapata, Leavy, Milei, Martín Grande. Tampoco estamos con el romerato. Nunca vamos a estar ahí, estamos con los pies y la mente donde tenemos que estar”, explicó la integrante de la Junta Ejecutiva del Partido de la Victoria Laura García, para quien el senador nacional por su espacio “nunca dio una explicación seria” de por qué se fue con Avancemos. “Somos la segunda fuerza provincial y no podemos entregar este patrimonio electoral al conservadurismo provincial”, expresó.
“Yo no quiero rifar, ni vender al Partido de la Victoria. Estoy dentro del campo nacional y popular, y mi ideología no se mueve de ahí. Los ideales no se venden”, subrayó al defender su decisión de integrar un frente con partidos y dirigentes más afines a la historia del Frente de Todos.
Otra integranta de la Junta del PV, Liliana Borelli, le refrendó al tartagalense y su equipo que “se llevaron el logo a otro frente, pero el corazón del Partido de la Victoria está aquí”. “Nosotros tenemos la militancia a lo largo y ancho de la provincia de Salta”, aseguró.
En la presentación del Frente que luego de la impugnación pasó a llamarse Entre Todos, las dos dirigentas coincidieron en que hubo un consenso basado en el diálogo, en la candidatura de Walter Wayar a gobernador, a quien calificaron como un “peronista autentico y de ley”.
“Yo represento el Partido de la Victoria. El logo o el sello están en el frente Avancemos, pero acá en el Frente de Todos estamos los auténticos. El corazón del PV está acá, los militantes y dirigentes que a lo largo y ancho de la provincia no cambiamos nuestra identidad por nada”, finalizó García.
Ante esta situación, y como le está sucediendo a Juntos por el Cambio, el futuro es incierto, y en el horizonte no se ve reconciliación posible. ¿Quién tomará el bastón del mariscal y representará en Salta al Frente que llegó a gobernar el país en 2019? Sin dudas, después de esta división, al PV le costará ser el que conduzca nuevamente una posible alianza de cara a las nacionales.