Después de que durante la pandemia la circulación del herpes zóster, conocido popularmente como culebrilla, comenzara a circular con mayor velocidad en todo el mundo, el Gobierno anunció la disponibilidad de vacunas preventivas contra esta enfermedad.
Según se anunció esta semana en el Centro de Convenciones Buenos Aires (CEC), se trata de un esquema de dos dosis con indicación para personas de 50 años en adelante y los mayores de 18 con riesgo de padecer la infección.
Se debe tener en cuenta que la culebrilla aparece por la reactivación del virus de la varicela, que permanece latente una vez que la persona tuvo esa enfermedad típicamente infantil.
El intervalo de aplicación recomendado para ambos grupos varía. Mientras que en los adultos va de entre dos y seis meses, en los más jóvenes es de cuatro semanas.
La vacuna, que no está incluida en el calendario nacional, estará disponible en vacunatorios privados y farmacias.
Así lo precisaron voceros de GSK, el laboratorio productor de la vacuna Shingrix, quienes además informaron que su costo, hasta que se defina su cobertura, es de $32.500 pesos cada dosis.
Qué es la culebrilla
El herpes zóster es en realidad una reactivación de la varicela, enfermedad que la mayor parte de la población adulta padeció en su infancia.
Si bien la varicela se cura, el virus se mantiene latente por el resto de la vida en las raíces nerviosas. Esto puede no volver a manifestarse, pero en algunas personas se reactiva, no ya en todo el organismo sino a partir de una sola raíz nerviosa.
La zona de aparición más frecuente es el tórax, pero puede presentarse en otras partes del cuerpo, incluso cerca de los ojos, en este caso con riesgo para la visión.
El herpes zóster se cura espontáneamente en unos días, pero deja como secuela una inflamación del nervio que puede durar meses, incluso años. Esto se traduce en un dolor muy molesto y difícil de manejar con medicamentos.