La jueza federal María Eugenia Capuchetti rechazó restringir las comunicaciones de Fernando Sabag Montiel, principal acusado por el intento de asesinato de la vicepresidenta Cristina Kirchner, tras argumentar que “no encuentra configurados los presupuestos necesarios para imponer esa restricción”.
El pedido había sido hecho por el fiscal federal Carlos Rívolo, a cargo de la investigación, que consideró que “dada la gravedad institucional de los hechos y con el fin de preservar la seguridad", consideraban prudente "sugerir al Tribunal que se disponga restringir las comunicaciones que reciba el detenido en el establecimiento carcelario, a su defensa y/o allegados autorizados específicamente por él”.
La jueza Capuchetti sostuvo en su respuesta que "no se encuentran configurados en autos los presupuestos necesarios para imponer una restricción a las comunicaciones de Sabag Montiel, o de cualquiera de los otros encausados, en los términos en que fuera sugerida por el Ministerio Público Fiscal".
Y señaló que "sin perjuicio de que el fiscal menciona que se orienta exclusivamente a la seguridad del interno, lo cierto es que, tal como se postula en el propio dictamen y de la opinión de la defensa, desde el punto de vista material dicho fin se perseguiría con una restricción a sus derechos. Esto es, concretamente, a comunicarse libremente por medios telefónicos".
Además, la magistrada consideró que "no se ha realizado una detallada exposición de motivos respecto al modo en que la restricción de las comunicaciones de Sabag Montiel propendería a un mayor cuidado de su seguridad; y el criterio que permitiría distinguir a los ‘allegados expresamente autorizados’ por Sabag Montiel, de aquellos que no lo son".
Y marcó que "no se ha tomado conocimiento, hasta el momento, de comunicación alguna que el nombrado haya mantenido sin prestar su consentimiento".
El abogado de Sabag Montiel, Juan Martín Hermida, por su parte, se opuso al pedido de la fiscalía tras considerar que la medida era restrictiva de la libertad de expresión y alegó que las comunicaciones que reciba su cliente no ponen en riesgo su seguridad.