Si le preguntás a la Real Academia te contesta así:
Líbero1. Del lat. liber, libera. adj. desus. libre.
Líbero 2. Del it. Libero. En algunos deportes, jugador defensivo sin posición fija.
Si les preguntás a uno de esos fanas que se ven todos los que ofrece la tele sobre fútbol te va a decir que es un programa que desde hace algunos años conducen Martín Souto y Ariel Rodríguez en TyC Sports.
Si le preguntás a un amante de las tácticas en el fútbol te va a decir que líbero es el futbolista que juega respaldado en la libertad que le da el stopper, encargado de la marca propiamente dicha; que viene de los tiempos del Inter de Helenio Herrera y que se trata de una especie en vías de extinción (¿tendremos que sentirnos aludidos?). También te va a decir que es un puesto mítico, basamento de equipos legendarios.
Y si le pedís ejemplos de líberos, te van a mencionar de corrido varios nombres propios: Armando Picchi (el lugarteniente de H.H., el inventor del “catenaccio”, que jugaba por detrás de una línea e cuatro defensores); Elías Figueroa (el chileno que decía que el área era como su casa y ahí entraba el que él quería); Ruud Krol (estandarte del juego de Rinus Michels que pregonaba el fútbol total); Gaetano Scirea (un caballero de fina estampa); Franco Baresi (otro de la misma estirpe) José Luis Brown (campeón del Mundo en el 86) y Franz Beckenbauer (el mejor de todos los nombrados, un crack que manejaba todos los tiempos de un partido desde la defensa y sabía pasar al ataque como nadie).
Si le preguntas a un italiano te va a decir que líbero quiere decir libre. Y que tiene un montón de sinónimos: affrancato, sciolto, svincolato, assolto, prosciolto, scarcerato, sovrano, celibe, scapolo, disimpegnato, y otros que suenen bien lindo como liberato, emancipato, anticonformista e independente.
Y si por último nos preguntás a nosotros, los que hacemos cada semana el suplemento deportivo de PáginaI12, desde su nacimiento a fines de abril del 98, hace ya mil números, te vamos a decir que Líbero es una palabra que se le parece bastante a laburo.
Trabajo digno, con un salario inferior al que nos merecemos (lógica de laburante, por otra parte), pero ejercido siempre en libertad como el nombre que enarbolamos con orgullo. Mil números (¡es un número, claro!) nos cargamos encima, con una banda que toca como sabe y como puede, con recursos técnicos para planificar o atando con alambre cuando no quedaba otra. Vamos por el número mil y sobrevive el entusiasmo del número cero. Recuerdo el título de uno de los comentarios de aquel ensayo. Racing venía jugando mal, cambió medio equipo y volvió a jugar muy mal. Y entonces nos juntamos con Juan Sasturain, el Mulato Lagares y el recordado Diego Bonadeo y salió este título: “Racing jugó como el otro”. Nunca fue publicado, claro.
Pasaron mil números desde entonces, la historia del deporte argentino, la vida pasó. Y Líbero es eso: un cacho importante de nuestras vidas.
Por todos los compañeros (los que están y los que se fueron), por los lectores que nos permitieron llegar hasta aquí, salute. Salute, Líbero.