El expresidente brasileño Jair Bolsonaro volverá a Brasil el próximo jueves, después de tres meses de estancia en Estados Unidos, según anunció este viernes el presidente del Partido Liberal (PL), Valdemar Costa. "Bolsonaro regresará el 30 de marzo. Desembarcará en Brasilia a las 07.30 hora local", señaló en sus redes sociales el PL, formación a la que se afilió el exmandatario para las elecciones de octubre pasado, que perdió ante Lula da Silva.
El senador Ciro Nogueira, uno de los aliados más próximos del líder ultraderechista y antiguo ministro de la Presidencia durante su gestión, confirmó la fecha de su vuelta, sobre la que el ex jefe de Estado ha cambiado de opinión varias veces en las últimas semanas. "Hablé hoy con nuestro capitán y ya le garanticé que seré uno de los primeros brasileños que estará en el aeropuerto esperando por su retorno", señaló Nogueira en sus redes sociales.
Bolsonaro, quien continúa sin reconocer su derrota electoral ante Lula, está en Orlando --estado de Florida-- desde el pasado 30 de diciembre. Viajó dos días antes de terminar su mandato, rompiendo la tradición de pasarle la banda presidencial al sucesor en la Presidencia, en este caso Lula, ante quien no pudo renovar su mandato.
Un regreso "preprogramado"
El jueves, Bolsonaro afirmó en una entrevista que su regreso a Brasil estaba "preprogramado" para el 30 de este mes, y que "casi seguro" que volvería ese día. El capitán retirado del Ejército adelantó que trabajará al lado del PL y que pretende "andar por Brasil y hacer política". "Podemos mantener de pie esa bandera del conservadurismo que levantamos a lo largo de cuatro años", afirmó. Sin embargo, Bolsonaro también tendrá que enfrentarse a múltiples investigaciones abiertas en su contra. Las dos últimas, iniciadas durante su estancia en EE.UU.
En una de ellas se le investiga por "incitar" a sus seguidores más radicales a intentar un golpe de Estado contra Lula el pasado 8 de enero, cuando miles de bolsonaristas invadieron y destrozaron las sedes del Congreso, la Corte Suprema y la Presidencia, en Brasilia. Además, Bolsonaro afronta varias demandas en el Tribunal Superior Electoral (TSE) por graves ataques el sistema de votación brasileño que podrían llevarlo a su inhabilitación política.