Son las 10 pm del 11 de febrero de 1963, y a medida que el reloj de Abbey Road marca los últimos minutos de una agotadora sesión de 12 horas, John Lennon se quita la camisa, toma unas pastillas para la garganta y se lanza a una última carga de gloria o muerte en la historia del rock and roll.

"La última canción casi me mató", diría más tarde, recordando la toma de último minuto de "Twist and Shout", que The Beatles se las arregló para apretar en los últimos segundos de un día de grabación para su album debut Please Please Me. Una segunda toma fue descartada cuando la voz de Lennon finalmente se rindió, tras un día completo de aullidos y armonizaciones, impulsada a través de dulces para la garganta, leche y el feroz espíritu de Hamburgo que lo había visto atravesar incontables maratones trasnochadas de rock and roll en el Kaiserkeller. "Mi voz no fue la misma por un largo tiempo posterior", dijo. "Cada vez que tragaba era como un papel de lija. Siempre estuve amargamente avergonzado, porque podía cantar mejor que eso; pero ahora no me molesta. Podés escuchar que solo soy un tipo frenético haciendo lo mejor que puede."

De hecho, la resquebrajada crudeza de la performance de Lennon vendría a encapsular uno de los discos debut más electrizantes de todos los tiempos, que cumplió 60 años el miércoles pasado. En solo 32 brillantes minutos, los estridentes y románticos temas originales del Merseybeat -incluyendo “I Saw Her Standing There”, “P.S. I Love You”, “There’s a Place” y el tema del título, que ya había llegado alto en los rankings como single- se combinaron con clásicos del R&B y sentidas baladas para un efecto histórico. Please Please Me no solo le daría un dulce gusto a los insospechados fans del pop de 1963 de aquellas salvajes performances en el Cavern de Liverpool y los clubes de Hamburgo, sino que sentaría las bases para el rock del futuro. Un futuro en el que las bandas creativas y autosuficientes escribirían sus propias canciones, y el pop descartable evolucionaría hacia una reverenciada forma de arte.

Please Please Me también marcaría el amanecer de un fenómeno. En sus primeras seis semanas, el album se abrió camino al tope de los rankings británicos, donde se mantendría por treinta semanas, solo para ser desplazado por su segundo disco, With The Beatles. En una época dominada por las bandas de sonido y los cantantes de easy listening -cuando los artistas pop, con sus fans jóvenes y sin dinero, estaban generalmente limitados a los singles y las recopilaciones-, era un logro sin precedentes, y uno que inició la más reveladora carrera de siete años de grabaciones que el mundo conocería jamás. Nada mal para una grabación lograda en 12 horas y por 400 libras.

Si Please Please Me fue, como sugirió Lennon, un esfuerzo frenético, fue uno conducido por su propio impulso creciente. Solo un año antes, la carrera de The Beatles parecía ser una lucha cuesta arriba. Su base de fanáticos en Liverpool crecía de manera exponencial, pero la banda estaba cansada de sus aventuras en Hamburgo, y sus incursiones en la industria de grabación progresaban a ritmo de caracol. Tras ser rechazados por Decca Records en enero de 1962 -la famosa metida de pata que la compañía desearía que dejara de mencionarse-, The Beatles firmaron con la Parlophone Records de George Martin unos meses después. A diferencia de las aullantes hordas de The Cavern, de todas formas, Martin no quedó inmediatamente impresionado por los talentos del grupo que conquistaría el mundo. La primera sesión del 6 de junio de 1962, con el baterista original Pete Best, no produjo nada que mereciera lanzarse. De hecho, la insatisfacción de Martin con la capacidad de Best haría que muy pronto lo reemplazaran por Ringo Starr. "Decidí que Pete Best se tenía que ir", explicó más tarde Martin, quien le dijo al manager Brian Epstein: "No me importa lo que hagan con Pete Best, pero él no tocará en ninguna sesión de grabación más."

Al día siguiente, espoleado para darle a Martin el hit que deseaba, Lennon se sentó en el dormitorio de la casa de su tía en Menlove Avenue para escribir una canción inspirada en “Only the Lonely” de Roy Orbison y "Please" de Bing Crosby que incluía el verso “Please lend a little ear to my pleas” ("Por favor, prestale un oído a mis súplicas"). Estaba intrigado por el uso doble de la palabra 'please'", le dijo Lennon a Playboy en 1980. Paul McCartney ampliaría más tarde sobre el obvio subtexto de lo que se convirtió en "Please Please Me" en su libro de 2021 The Lyrics. "A John le gustaba el doble sentido de 'please'", escribió. "Sí, 'please' es, sabés, bastante complaciente. 'Por favor, tené sexo conmigo. Entonces, por favor, tené sexo conmigo, te ruego que tengas sexo conmigo'. Le gustó eso, y a mí me gustó que le gustara eso".

Pensada originalmente como una balada de algún modo blusera, algo pesada, “Please Please Me” no llamó la atención de Martin cuando la banda la presentó como potencial single debut en la siguiente sesión, el 4 de septiembre. "Era muy lenta, y bastante triste", recordó Martin en el libro del historiador Mark Lewisohn Tune In, de 2013. "Les dije que si doblaban la velocidad podía ser interesante". El ingeniero Geoff Emerick coincidió, y en su libro de 2006 Here, There and Everywhere escribió que "la canción que estaban ensayando era conmovedora y John la estaba cantando con mucho sentimiento, pero tenía un tempo muy lento y un trope fraseo que George Harrison tocaba una y otra vez". Se convirtió, según escribió, "en algo repetitivo al punto de lo fastidioso."

Incluso Starr ve la performance inicial con bastante cautela. "Mientras la grabábamos, yo tocaba el bombo con una maraca en una mano y una pandereta en la otra", recordó en el documental Anthology, de 1996. Esas payasadas bien pueden haber convencido a Martin de contratar al sesionista Andy White para que tocara la batería en la sesión de la semana siguiente: es él quien toca en las versiones finales de “Love Me Do” y “P.S. I Love You” que aparecieron en el album.

Martin ya había marcado “How Do You Do It” de Mitch Murray (que se volvería un gran éxito en la versión de Gerry And The Pacemakers) como el primer single de The Beatles. Pero temiendo que una canción de pop tan blando pudiera afectar su reputación como compositores y pegara muy mal en Liverpool, la banda lo convenció de lanzarla como lado B de "Love Me Do", una canción blusera con fuerte presencia de la armónica que McCartney había escrito en los tiempos previos a Hamburgo, sobre su novia Iris Caldwell. "Nos recuerdo a todos muy firmes en la convicción de 'Nosotros escribimos estas canciones y queremos hacerlas'", dijo Starr. Tras tomar el consejo de Martin y acelerar el tempo de "Please Please Me", los Beatles la sugirieron como el lado B de "Love Me Do", pero Martin sintió que el arreglo aún era muy delicado. "Nos estábamos cansando, y no veíamos que estuviéramos consiguiendo la versión correcta", le dijo Lennon a New Musical Express en marzo de 1963. Por ello la banda decidió no desperdiciarla como una versión no del todo terminada como lado B. "¡Imaginate, un tema que nos podría haber llevado al número uno simplemente descartado!"

De hecho, una decisión fortuita. En la ola de "Love Me Do" llegando al número 17 del ranking británico -basado en buena medida en las ventas en Liverpool y las 10 mil copias que compró el mismo Epstein-, Martin estaba ahora convencido del potencial de The Beatles para componer hits. El 26 de noviembre, entonces, la banda volvió a Abbey Road con una "Please Please Me" drásticamente reversionada. "Estábamos tan felices con el resultado que no pudimos grabarla lo suficientemente rápido", le dijo Lennon a NME. Tras dos horas de diferentes tomas, Martin se inclinó hacia el micrófono de la cabina de control de Abbey Road y predijo correctamente: "Acaban de hacer su primer número uno".

En última instancia, el destino también conspiró para disparar la Beatlemanía, en enero de 1963. Buscando un nuevo acuerdo de publicación, Epstein visitó al editor Dick James, a quien le bastó una sola escucha de "Please Please Me" para llamar al productor del programa televisivo nacional Thank Your Lucky Stars y arreglar una presentación simplemente pasándole la canción por teléfono. La transmisión coincidió con una gran tormenta de nieve que mantuvo a buena parte del país dentro de sus casas, viendo a esta emocionante joven banda agitando y armonizando a través de un dulcemente sugestivo hit instantáneo, a venderse como panchos con flequillo. Le siguió una gira nacional, la prensa hizo subir la espuma y desde su lanzamiento el 11 de enero, Please Please Me" inició una subida de seis semanas hasta el número 1. De pronto, el tiempo se volvió esencial.

Martin imaginó el album debut de The Beatles como una grabación en vivo, capturando su exhuberante electricidad en escena. Pero al visitar The Cavern decidió que no era apropiado para una grabación, con lo que se reservó un único día en Abbey Road, dividido en tres sesiones, en el medio de la gira, para completar las restantes diez canciones necesarias para un album. "Les pregunté qué tenían que pudiéramos grabar rápidamente", dijo Martin. "Y la respuesta estaba en su show en vivo. Fue una performance tal cual la presentaban en escena. Una especie de transmisión radial."

El ingeniero de cintas Richard Langham recordó haber ayudado a The Beatles a cargar sus equipos dentro de Abbey Road en la helada mañana  del 11 de febrero, para comenzar a las 10. "Como estaban todo el tiempo corriendo por el país y sus amplificadores se habían golpeado o algo así, no tenían su parte trasera", le dijo a prosoundnews.com. "Adentro había varias piezas de papel, y las saqué: eran notitas de las chicas que iban a verlos, y que les tiraban al escenario. Decían 'por favor tocá esta, tocá aquella, este es mi número de teléfono'. Supongo que ellos las leían y las tiraban dentro de los amplificadores."

Con sus gargantas afectadas por los brutales vientos del invierno, la banda tragó pastillas para calmarlas mientras atravesaba diez tomas de “There’s a Place” y nueve de un fogoso rock and roll llamado "Seventeen", que pronto sería retitulado como “I Saw Her Standing There”. "No ensayamos nuestro primer disco", dijo Starr más tarde. "Lo hicimos en vivo, así lo recuerdo. Hicimos las canciones en serie para ajustar el sonido de cada uno, y después tuvimos que tocarlas una tras otra para conseguir la grabación."

Cuando el equipo de Abbey Road hizo una pausa para almorzar a las 13, The Beatles siguieron rockeando. "Les dijimos que íbamos a hacer una pausa, pero ellos dijeron que preferían quedarse a ensayar", recordó Langham. "Entonces,  mientras George, el ingeniero Norman Smith y yo fuimos a la vuelta, al Heroes of Alma por una tarta y una pinta, ellos se quedaron, tomando leche. Cuando volvimos, habían estado tocando todo el tiempo. No podíamos creerlo. Nunca antes habíamos visto que una banda se quedara trabajando durante la pausa de almuerzo."

El tema de Broadway “A Taste of Honey” y las baladas de Lennon-McCartney “Misery” y “Do You Want to Know a Secret?” siguieron en la sesión de la tarde, y llegando la noche la banda recorrió 13 tomas de "Hold Me Tight", que finalmente no quedó en el disco. Esto los dejó corriendo contra el reloj a través de cinco covers, culminando en la legendariamente tensa performance de Lennon de “Twist and Shout” en los segundos finales de su reserva del estudio.

"Para ese momento sus gargantas estaban a la miseria", le dijo Smith a Mark Lewisohn para su libro de 1988 The Complete Beatles Recording Sessions. “Habían pasado doce horas desde que habíamos empezado a trabajar. John en particular estaba casi completamente devastado, con lo que realmente teníamos que conseguirlo a la primera vez, con The Beatles en el estudio y nosotros en la sala de control. John chupó otro par de pastillas para la garganta, hizo unas gárgaras con leche y ahí fuimos."

Mientras la sesión se cerraba solo 45 minutos después de lo pactado, todos los presentes supieron que ese día habían conseguido algo increíble. "Este album era una de las principales ambiciones de nuestra vida", dijo McCartney en el libro de Keith Badman The Beatles: Off The Record, de 2009. "Sentimos que sería una gran carta de presentación para el grupo, y fue tremendamente importante para nosotros que sonara así. A medida que sucedía estábamos complacidos. Si no, con las gargantas destrozadas o no, lo hubiéramos hecho todo de nuevo. Ese era el estado de ánimo en el que estábamos. Para nosotros era todo o nada."

De hecho, en el ritmo áspero y ruidoso de Please Please Me quedó capturado un momento, quizá la ignición de la segunda fase del rock and roll, o el pase a la madurez de la primera generación de la música pop adolescente. Algo que se tradujo como un suceso casi de la noche a la mañana. En cuestión de meses lanzaron otro éxito con "From Me to You", llegaron a su primer millón vendido por un single con "She Loves You", y la Beatlemanía global entró en velocidad crucero. Sesenta años después, el disco aún personifica el arte de capturar el relámpago y el terremoto de una cultura subterránea en un frasco por medio de una grabación rápida, desnuda, del vivo a la cinta. Es la clase de actitud que luego ayudaría a MC5, los Ramones y The Strokes a disparar sus propias revoluciones.

"Parece que cuando conseguís esa clase de economía, las cosas tienden a suceder en una manera más creativa", dice Lewisohn, apuntando a Please Please Me como el ejemplo más vital del rock en acción. "Seguramente no existen otros 585 minutos más productivos en la historia de la música grabada."

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.