Ver a exgobernador Miguel Ragone, detenido y desaparecido por la última dictadura militar, en diferentes acciones, recorriendo la provincia, sonriendo, o colocándose la banda de gobernador provincial, genera no solo una sensación de cercanía, sino que también torna vivo el recuerdo de aquella personalidad de la historia salteña que intentó solucionar problemáticas nodales de la provincia.
Escuchar una asamblea de estudiantes, de lo que luego sería la Universidad Nacional de Salta meses antes de su creación; o ver a Jorge Rafael Videla pisando las calles de la provincia en una procesión del Milagro acompañado por el gobernador Roberto Augusto Ulloa; u observar imágenes del interventor de la provincia durante la presidencia de facto de Agustín Lanusse, Ricardo José Spangenberg, son algunas de las experiencias que posibilitan los invalorables archivos con los que cuenta la mediateca provincial.
Si bien existe gran cantidad de otros testimonios, registro de festividades, entrevistas y hasta programas de televisión antiguos, y no tanto, en días en que el 24 de marzo de 1976 vuelve al presente inmediato, y el ejercicio de la memoria se impone con claridad, aquellas imágenes cobran un gran sentido para el recuerdo histórico del pueblo salteño y argentino en su conjunto.
Un silencioso trabajo cotidiano
La responsable del área de mediateca, Ana Laura Soler, se hizo cargo del espacio creado a principios de 2017 luego de presentar un proyecto a las autoridades de la Biblioteca Provincial. “La mediateca nació como fonoteca, porque apuntaba a sumar un reservorio de registro sonoro a la biblioteca y al archivo provincial. Pero como ya había muchos materiales guardados, que habían sido recibidos pero no había a donde derivarlos como fílmicos, se tomó a la fonoteca como un posible lugar de destino, y se planteó la posibilidad de que el área se expanda y se convierta en un área que incluya también lo que tiene que ver con la imagen en movimiento. Así fue que se cambió su denominación a mediateca”.
Soler, quien tiene una trayectoria en el mundo sonoro pero más vinculado a lo musical, tomó el compromiso y comenzó a darle forma a la idea. “En ese momento para mi fue un desafío muy grande porque yo venía del palo de lo musical, entonces tuve que aprender muchísimo en cuanto a la archivística aplicada a lo filmográfico. Tuve también que ampliar mi formación para trabajar con esos soportes y materiales, y hoy sigo abocada a profundizar ese aprendizaje”.
Si bien la mediateca es apenas una sección del archivo histórico de Salta, su dedicación puntual es recepcionar, conservar, describir, organizar, dar acceso, y construir un espacio que salvaguarde la historia patrimonial de las imágenes, así como también de las producciones sonoras y musicales. “Claramente es un objetivo enorme”, comenta Soler y agrega: “pero lo que se va armando es un recorrido de personas e instituciones que van donando sus acervos, confiando en que en este espacio se va a poder cuidar, organizar y poner a disposición el material que las personas físicas o jurídicas consideran forman parte de la historia cultural, patrimonial y de la identidad provincial o regional”.
La mediateca poco a poco se va nutriendo y los materiales que arriban son diversos en sus formatos, años y temáticas; entre otros, “tenemos material fílmico del año 1921, pero también tenemos algunos programas de un productor que en 2005 o 2006 generó muchos contenidos y los donó... es muy diverso, abarcativo y variable, inclusive en los motivos y los tipos de donaciones. Esto, lejos de ser un impedimento, le da vitalidad”.
El valor del testimonio
Muchos de los materiales que posee la mediateca son donaciones que, con el afianzamiento del espacio, van confiando material con el fin de que se lo salvaguarde, en muchos casos restaure, y finalmente pueda socializarse para la consulta.
Este camino fue el que recorrió un gran archivo vinculado a los años 70. "Tenemos material filmográfico de la oficina de prensa y difusión del gobierno de la provincia. Eso se digitalizó en colaboración con la Universidad Nacional de Córdoba. De esos años se encuentran, por ejemplo, registros orales de alguna asamblea en los meses previos a la creación de la UNSa, de una comisión de factibilidad. También hay casetes de investigadores con mucho trabajo de campo, por ejemplo, aparecen las investigaciones de Raquel Adet y Miriam Corbacho, que en los 90 entrevistaron a muchos militantes de diferentes orientaciones políticas que fueron activos en los años 70”.
Si bien hay donantes que acercaron material de gran importancia cultural, por ejemplo, sobre los primeros “abriles culturales” de la década del 70, Soler puntualiza que “gracias a un camarógrafo que trabajó durante 40 años o más, en prensa y difusión de gobierno, Ricardo ‘Pocho’ Wayar, se consiguió material invaluable". “Él, de alguna manera, predijo lo que pasó con muchos archivos, que después de un tiempo se los tiran. Entonces Pocho empezó a notar que eso se iba a dar, y aproximadamente en el 2007, gestionó él mismo la donación de todo lo que había quedado en el área de gobierno, de material y soporte analógico de prensa para sacarlo de ahí, para que en vez de ir a parar a la basura, esté al menos guardado en una institución. En este hallazgo fílmico se ven registros de la actividad de gobierno de los años 70, 80, 90 y principios del 2000”.
Lo que la dictadura no pudo borrar
En el proceso de acondicionamiento de los materiales recibidos, las piezas comienzan un lento pero certero camino para ser visualizadas nuevamente, a volver a salir a la luz, a encontrarse con otros ojos, miradas y sensaciones.
Ana Soler, en este punto, relata con emoción el proceso que llevó adelante con diferentes materiales, y en particular con los vinculados a la década del 70. "Fue como liberar una parte de la historia, un renacer de esas imágenes. Fue muy emocionante empezar a ver esos rollos y darnos cuenta que ahí había contenido muy interesante, que justamente daba cuenta de una época, de una coyuntura, de una realidad, de una narrativa, y que en Salta era un hallazgo porque casi no hay material de esa etapa que uno pueda rastrear. Para nosotras, fue un triunfo”.
La responsable del espacio, junto a Paula Bertini, coordinadora de la biblioteca y archivo, resaltan las sensaciones que atravesaron al toparse con esos materiales, “lo vivimos como encontrar una pieza de un rompecabezas, poder llenar un vacío y dar cuenta, con el trabajo que se realiza desde el archivo, de un momento, de una etapa histórica, y poder colaborar en la construcción de la identidad, el ejercicio de los derechos y la recuperación de la memoria”.
El valor testimonial que guardan esas imágenes y sonidos resulta de gran potencia a la luz de los años y hechos transcurridos, “estos documentos para nosotras son muy importantes porque revelan presencias, acciones y acontecimientos que están ahí, plasmados, que no son editados ni ficcionados, sino que por el contrario, al tratarse justamente de registros documentales de prensa, estamos ante imágenes crudas, porque justamente lo que se guardó no es editado, y crudas porque hablan de una época muy trágica”.
“Son registros que no apuntan al plano de la ficción narrativa sino que son puramente el hecho, de esta manera son imágenes fuertes desde ese lugar. Son un registro del propio Estado registrando su acontecer, sus escenas y su modo de ejercer el poder. Todo eso aparece en las imágenes”, resalta Soler poniendo énfasis en la potencia histórica del registro que día a día se suma a la mediateca.
Observar en acción, en primerísimos primeros planos, a personas como el exgobernador Miguel Ragone visitando comunidades originarias, o interactuando con integrantes de su gabinete, generan un poder de atracción muy fuerte, una imagen que refleja la historia misma en carne viva. “Hay registros de las visitas de Cámpora, de Balbín, de Frondizi. También hay imágenes de Roberto Augusto Ulloa en diferentes situaciones, imágenes de una de las primeras visitas de Alfonsín, de Roberto Romero en sus primeros actos de gobierno”, agrega la responsable del área.
La imagen, el registro, la memoria fílmica, se vuelve memoria visual y sonora, y traslada el recuerdo a otro tiempo, a otros modos, a otras costumbres, pero al mismo tiempo, los acerca al presente y los vuelve vivos.
Se dice que la memoria es la manera de no tropezar dos veces con la misma piedra, y sin duda los archivos en su amplia expresión, son parte fundamental de aquello, actuando como testigos y guardianes de una historia que nos constituye y nos vuelve pueblo y patria.