Independiente volvió a ganar. Pero sigue sin entusiasmar. Después de aquel triunfo inicial ante Talleres en Córdoba, el equipo que conduce en forma provisoria Pedro Damián Monzón rompió la racha de siete partidos sin alegrías que provocó el despido de Leandro Stillitano. El 3 a 0 ante el empeñoso pero limitado Ciudad de Bolívar del Federal A por los 32º de final de la Copa Argentina calmará por algunos días la inquietud que reina en la mitad roja de Avellaneda. Pero no detendrá la búsqueda de un nuevo director técnico. Ricardo Zielinski parece ser el principal candidato y según algunos, su nombramiento no iría más allá de esta semana
En verdad, el resultado nunca corrió riesgo cierto. A los 15 minutos del primer tiempo, Martín Cauteruccio rechazó de cabeza un córner en su propia área, cruzó toda la cancha hasta la de enfrente y puso el 1 a 0 con un toque suave tras un centro bien tirado desde la izquierda por Vallejo, el extremo zurdo y acaso, su mejor jugador. Bolívar tuvo un repunte sobre el cierre de la etapa y hasta intentó ir por el empate en el comienzo del segundo tiempo armando una doble punta de lanza con los grandotes Troncoso y Brian Rodríguez.
Pero la expulsión del propio Troncoso (había ingresado por Urquijo, le metió un codazo a Kevin López y estuvo apenas ocho minutos en la cancha) frenó la reacción bolivariana. Con un hombre de más, Independiente hizo correr mejor la pelota y a los 20 minutos resolvió todo con un pase al área bien puesto por el ecuatoriano Cazares y una definición certera de Vallejo.
El gol de Giménez Rojas a dos minutos del final subrayó las diferencias entre un equipo de primera y otro de dos divisiones por debajo y sirvió para que el golpeado hincha de Independiente pueda celebrar un triunfo que andaba necesitando. Pequeño y sin brillo, Pero triunfo al fin.