La Cámara del Crimen porteña ordenó que un veterinario que está acusado de asesinar a puñaladas a dos amigas, en octubre pasado en un parque del barrio de La Boca, continúe siendo investigado y revocó por segunda vez un fallo que lo había declarado inimputable. En la resolución, la sala de feria integrada por Alberto Seijas y Carlos González dejó sin efecto la resolución de la jueza de Instrucción Wilma López que había dispuesto el sobreseimiento de Mariano Alejandro Bonetto (27), casualmente en período de feria, en el que la sala que llevaba el caso cambió.
Bonetto está acusado del homicidio de Natalia Grenbenshicova (15), de nacionalidad rusa, y Nuria Couto (18), argentina; pero en enero pasado la jueza López consideró que es “inimputable” y dispuso su internación por 25 años en el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino que funciona en la cárcel de Ezeiza.
“Yo quiero recusar a la jueza porque es una persona indigna y tiene complicidad con Bonetto. No puede ser tan ciega y poner trabas a todas las medidas que proponemos”, dijo Anna Rodionova, madre de Natalia. La mujer afirmó que incluso cree que el veterinario “odia a las mujeres” y “hay testigos que sostienen que siempre decía que las quería matar”, por lo que en caso de comprobarse, el doble crimen podrían enmarcarse en un homicidio por “odio de género”. Al analizar el caso tras la apelación de la fiscalía y de la querella, la Cámara del Crimen explicó que la junta médica convocada para analizar a Bonetto determinó que presenta “un cuadro psiquiátrico compatible con un síndrome delirante de evolución crónica que se corresponde con una alteración morbosa de sus facultades”.
Sin embargo, más allá de algunos episodios de su infancia y a que en 2014 manifestó un “desencanto” hacia su profesión, para los jueces esto es “insuficiente” para que desarrollara “un trastorno de la personalidad de magnitud que le impidiera comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones en el momento del doble homicidio”.
Los camaristas ordenaron tomar declaración a varios testigos que compartieron con el imputado su vida cotidiana en la provincia de Córdoba, de donde es oriundo, y luego en Buenos Aires.