“La reforma laboral nos quiere llevar a la década infame”, advirtió ayer el secretario general de la CTA y precandidato a diputado nacional por Unidad Ciudadana, Hugo Yasky, al cuestionar los cambios en la legislación del trabajo que busca impulsar el Gobierno luego de las elecciones. De este modo, se sumó a las críticas que en el mismo sentido expresó la CGT el viernes. Por su parte, el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, dijo que para mejorar la competitividad hay que reducir los costos impositivos de las empresas y abordar cuestiones como la conflictividad laboral y el ausentismo en las fábricas, aunque se mostró escéptico sobre la posibilidad de impulsar una reforma laboral pro empresa como la que aprobó Brasil hace algunas semanas.
Yasky cuestionó la política económica oficial y aseguró que después de las elecciones el Gobierno profundizará el ajuste. “Creo que ni bien el Gobierno muestre las cartas, debemos unificar acciones. La idea es que todo el movimiento obrero pueda definir los pasos, incluidos el paro general. Si los tiempos lo permiten, el ajuste va a ser en octubre. Debemos estar absolutamente conscientes que el paro no es una puja deportiva o gimnasia sindical, es un paro en defensa propia”, sostuvo en declaraciones radiales.
Para Yasky, el Gobierno “está poniendo en práctica una política de una agresión, absolutamente inusual e injustificada”, al tiempo que añadió que “hay un compromiso muy claro de que va por la reforma previsional, por la reforma laboral y la reforma tributaria”. “Aquí va a hacer una reforma para beneficiar a los que más tienen y descargarlo en los que menos tienen”, advirtió el líder de la CTA.
La CGT, con el respaldo de los sectores gremiales disidentes, acordó el viernes un documento crítico de la gestión del Gobierno en el que también rechazó cualquier modificación en la legislación laboral. “El sindicalismo argentino no puede aceptar que los trabajadores nuevamente seamos la variable de ajuste de un programa económico que desalienta la producción, agudiza la pobreza, ejecuta despidos y suspensiones”, dice el primer párrafo del documento cegetista. Y continúa: “No podemos permitir que los derechos laborales, los convenios colectivos de trabajo, los sistemas de seguridad social y los fueros laborales, valores sociales que nos distinguen en el mundo entero, sean avasallados, identificados o denunciados como un obstáculo para el desarrollo económico de nuestro país”.
El titular de la UIA, Miguel Acevedo, aseguró, por su parte, que hay que bajar los costos para mejorar la competitividad, pero se mostró escéptico sobre la posibilidad de concretar una reforma laboral como la que llevó adelante el presidente brasileño Michel Temer. “No se va a poder hacer eso. Lo que se está haciendo en Brasil es porque hay una crisis total que en la Argentina no la tenés”, sostuvo.
“Nosotros no podemos tener niveles de salarios bajos, somos un país que tenemos una educación y un entramado industrial que no permite ese tipo de sueldos, pero sí podes mejorar tu competitividad local para competir con esos países”, señaló. En otro orden, afirmó que está “totalmente de acuerdo en bajar la inflación porque perjudica al empresariado pero fundamentalmente al asalariado. Me preocupa el tema Lebacs como las importaciones porque no te deja invertir claramente”.
Consultado sobre la suba del dólar, sostuvo que “el dólar no es el problema, es una referencia. Hay que ver cómo podemos bajar los impuestos, como el impuesto al cheque y otros impuestos tremendamente regresivos que hay en provincias”. “Nosotros tenemos que recuperar nuestro peso, no tener de referencia el dólar. El dólar a 18 pesos puede ser un buen dólar pero tiene que tener una tendencia. Estas subas abruptas de 10 por ciento en pocas semanas parecen una devaluación, aunque no terminan siendo una devaluación porque está atrasado. Productivamente no nos sirve para nada porque no marca una tendencia de recuperación del tipo de cambio”, detalló el titular de la UIA.