Los partidos del oficialismo y de la oposición en Israel concluyeron este martes con "buen ánimo" un primer diálogo, que retomarán mañana, sobre la polémica reforma de la justicia que el primer ministro conservador Benjamin Netanyahu puso en "pausa" ante la ola de protestas que sacude al país desde enero.
La cita en la residencia del presidente Isaac Herzog en Jerusalén, concluyó luego de una hora de debate, según el diario local The Jerusalem Post. La primera ronda de conversaciones entre los equipos de negociación que representan a la coalición de gobierno y los partidos de oposición se llevó a cabo con "buen ánimo", informó la Residencia Presidencial.
Un impasse
El encuentro estuvo precedido por un generalizado clima de cautela y escepticismo, además de algo de desconfianza respecto de los alcances y efectos del promocionado impasse que Netanyahu impuso al trámite parlamentario de la iniciativa.
El primer ministro conservador anunció el lunes, ante la amplitud del movimiento que paralizaba hospitales, vuelos y otros servicios, que su reforma entraba en "pausa". "Cuando hay una posibilidad de impedir una guerra civil mediante el diálogo, como primer ministro hago una pausa para el diálogo", declaró en un discurso televisado.
El anuncio marcó un giro para el premier, que apenas un día antes había anunciado la destitución de su ministro de Defensa, Yoav Gallant, por solicitar esa misma acción.
La medida generó escepticismo en el país, y el principal diario, Yediot Aharonot, afirmó en un editorial que el jefe del gobierno "disfrazó con palabras bonitas una derrota aplastante".
Oposición cautelosa
El líder opositor Yair Lapid reaccionó con cautela y dijo que por ahora prefería asegurarse de que "no hay treta o engaño". Si el intento de reforma "se detiene real y totalmente, estaremos listos para un diálogo verdadero", declaró Lapid en un mensaje por televisión. La oposición había dicho que no negociaría las reformas.
La iniciativa promovida por el gobierno de Netanyahu, el más de derecha de la historia de Israel, busca incrementar el poder de los políticos sobre los jueces y disminuir el rol de la Corte Suprema.
Netanyahu -que enfrenta causas por corrupción- y sus aliados ultraortodoxos y de extrema derecha defienden el cambio con el argumento de que debe equilibrarse la correlación de fuerzas entre los cargos electos y la Corte Suprema, a la que consideran politizada.
Siguen las protestas
Activistas que protestaron por casi tres meses contra el paquete de reformas anunciaron que las manifestaciones continuarán. "Este es otro intento de Netanyahu de engañar al público israelí para debilitar la protesta y luego imponer una dictadura", dijo el Movimiento Sombrilla de manifestantes.
"No detendremos la protesta hasta que se detenga completamente el golpe judicial", agregó la agrupación en un comunicado.
El presidente Herzog, en tanto, mantuvo conversaciones con Netanyahu y los dos principales líderes opositores para iniciar negociaciones "inmediatas" sobre la reforma judicial.
La oficina de Herzog indicó que el presidente solicitó a Netanyahu, Lapid y el exministro de Defensa Benjamin Gantz, líder del Partido Unidad Nacional; que presentaran equipos negociadores para el inicio de las conversaciones. Tras ello, Gantz y Lapid anunciaron la composición de sus delegaciones.
En lugar de Netanyahu, a quien el fiscal general le prohíbe intervenir en el sistema judicial debido a un conflicto de intereses que surge de su juicio, su partido, Likud, está representado en los diálogos por el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer; el secretario del Gabinete, Yossi Fuchs; el jefe del departamento legal de la conservadora organización sin fines de lucro Kohelet Policy Forum, Aviad Bakshi, y la profesora de derecho Talia Einhorn, informó el diario Haaretz.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, y el presidente del Comité de Constitución, Ley y Justicia, Simcha Rothman, que encabezaron la iniciativa, quedaron al margen de las negociaciones.
No obstante, a pesar la pausa impuesta por Netanyahu, la coalición gubernamental presentó a votación final su proyecto sobre nombramientos judiciales, uno de los puntos más controvertidos de la reforma.
Crisis interna
El proyecto provocó una crisis interna que debilitó al gobierno. Dos sondeos publicados en las últimas horas por los canales Kan y Channel 12 revelaron que la coalición perdería su mayoría en la Knesset (parlamento) en caso de que las elecciones se celebraran en estos días.
El derechista Likud perdió siete puntos de hipotética intención de voto y pasaría de 32 a 25 bancas, mientras el Partido de Unidad Nacional de Gantz aumentaría sus apoyos hasta 21 o 23 escaños, muy por encima de los 12 que tiene actualmente.
A principios de este mes, Herzog criticó el plan del gobierno y pidió a Netanyahu que detuviera inmediatamente el proceso legislativo. En un discurso televisado en vivo, el presidente describió el drama que azota a Israel como “una pesadilla nacional” y declaró que la propuesta de compromiso que él diseñó asegurará que Israel mantenga un equilibrio en el gobierno.