"El problema nuclear norcoreano y los intercambios comerciales entre China y Estados Unidos son dos temas distintos [...] que no deben ser tratados conjuntamente", afirmó el viceministro chino de Comercio, Qian Keming, durante una conferencia de prensa. Con estas declaraciones, el funcionario chino respondió el tuit de Trump, que agitaba el fantasma de represalias comerciales contra China.
"Estoy muy decepcionado con China. Los exdirigentes [estadounidenses] cometieron la estupidez de dejarle ganar a los chinos cientos de miles de millones de dólares al año comerciando [con Estados Unidos] y ahora no hacen NADA por nosotros con Corea del Norte, solo hablar", tuiteó el mandatario.
"No permitiremos que esto continúe. ¡China podría resolver este problema fácilmente!", lamentó Trump, después de que Pyongyang disparara el viernes un misil balístico intercontinental (ICBM), el segundo en un mes.
El líder norcoreano Kim Jong-Un, por su parte, advirtió que "todo el territorio continental de Estados Unidos" está ya a su alcance, "en cualquier lugar y momento".
"Corea del Norte es una amenaza directa, seria y grave para Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y otros países próximos y lejanos", coincidieron el domingo por la noche Trump y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, durante una conversación telefónica, según un comunicado de la Casa Blanca.
Ambos dirigentes se comprometieron a "aumentar la presión económica y diplomática" contra Pyongyang y a "convencer a otros países de seguirles". Además, Trump había advertido el sábado que "ya no permitiría más" que Pekín no hiciera nada e instó a China, el único gran apoyo económico y diplomático de Pyongyang, a poner freno a las ambiciones de su vecino.
El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, fue más allá y afirmó que "los apoyos económicos al programa nuclear balístico" de Pyongyang (en alusión a Pekín y a Moscú), tenían una "responsabilidad especial" en el agravamiento de esta amenaza.
Acusaciones ante las que Rusia respondió airadamente. "Consideramos injustificados los intentos de representantes de Estados Unidos y de otros países de descargar la responsabilidad de lo que pasa [en Corea del Norte]" sobre Pekín y Moscú, indicó en un comunicado el ministerio de Relaciones Exteriores ruso, en el que instaba "a todas las partes implicadas" a guardar prudencia.
Pero China, que ya interrumpió sus importaciones de carbón norcoerano, considera que la única solución posible pasa por el diálogo.
Corea del Norte, a su vez, atizó las tensiones ayer al asegurar que respondería a eventuales provocaciones militares de Washington, que ha incrementado las maniobras militares en la zona desde el viernes.
Por su parte, Corea del Sur anunció que acelerará el despliegue del escudo antimisiles estadounidense THAAD en su territorio, lo que le valió serias advertencias de Pyongyang y de Pekín.
El disparo del viernes sucedía a un ensayo de un misil intercontinantal efectuado el 4 de julio, el primero en resultar exitoso. Los expertos consideran que el segundo misil podría ser significativamente más potente.
Según Kim Dong-Yub, del Instituto de Estudios del Lejano Oriente de la Universidad de Kyungnam, Pyongyang podría haber conseguido miniaturizar cargas de hasta 750 kilos, lo que le permitiría al misil recorrer 10.000 km y llegar, en teoría, a Nueva York o Washington, indicó a la AFP.
Desde 2006, la ONU ha impuesto seis series de sanciones a Pyongyang, reforzadas el año pasado a través de dos resoluciones, pese a lo cual, Corea del Norte ha seguido avanzando en sus programas balístico y nuclear.
Sin embargo, la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, señaló el domingo que por ahora "no tiene sentido" convocar una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad porque una resolución débil sería "peor que nada".