A principios de julio las Mujeres Autoconvocadas, de Punta Alta y Acciones Feministas, de Bahía Blanca nos pusimos en contacto por la llegada del humorista Yayo a nuestras ciudades. Pero nunca pensamos que visibilizar su arte misógino tendría tamaña repercusión. Mandamos una nota al Concejo Deliberante de Punta Alta solicitando se revea la presentación y especificando los artículos Nº 5 y 6 de la Ley Nº 26.485 (contra la violencia hacia las mujeres). El comunicado de la productora que traía el espectáculo diciendo que levantaba las funciones desenmascaró la verdadera ideología machista de la sociedad argentina que se expresó violentamente a través de las redes sociales. Fuimos objeto de los más repudiables y horrorosos insultos incluidas amenazas de muerte que llegaron por miles a nuestras páginas imaginando para nosotras las peores torturas físicas y psicológicas.
Sumado a esto nos quieren atribuir la censura o la prohibición de expresiones artísticas. En declaraciones falaces, Ricardo Margo (director del Instituto de Cultura de Bahía Blanca) se sumó a esta ola de desacreditación y estigmatización vinculándonos a la censura como si unas pocas mujeres activistas independientes fueran el Estado. La contrapartida a estos ataques resultaron en una enorme cantidad de comunicados, mensajes, llamados, pronunciamientos y muestras de solidaridad y apoyo recibidas.
En nombre de las víctimas y sobrevivientes de la violencia de género solicitamos cumplimiento de la Ley y apelamos a la responsabilidad de empresarios y artistas. Destacamos el proceder de músicos que han dejado de reproducir canciones con alto contenido violento y misógino como por ejemplo Café Tacuba, que sacó de su repertorio uno de sus temas más famosos, “La ingrata”, sensibilizados por el Ni Una Menos y entendiendo “que su letra incluye violencia hacia las mujeres” Se trata, como vemos, de tomar conciencia. No es un invento nuestro. Si más artistas tomaran partido por nuestra causa la historia podría ser otra.
El miedo a la pérdida de privilegios lleva a reproducir un discurso agresivo que condena al feminismo y lo califica de extremo sin tampoco dar cuenta de que no se trata de una lucha privativa de las mujeres. La erradicación de la violencia de género en todas sus formas requiere que todos se involucren en la construcción del respeto que genere una sociedad igualitaria, y eso incluye visibilizar expresiones artísticas sexistas. El hecho que después de años el show de este humorista sea cuestionado y reconocido como una forma de violencia simbólica es señal de otro paso hacia un cambio cultural que sólo fue y será posible gracias a la denuncia activa de mujeres que ya no nos dejamos avasallar, ni siquiera por violencias naturalizadas como la de Yayo.
* Acciones Feministas es una agrupación de Bahía Blanca y Mujeres Autoconvocadas de Punta Alta.