El pueblo maya Ixil de Guatemala recibió los restos de 59 indígenas víctimas del genocidio ordenado por la dictadura de Efraín Ríos Montt (1982-1983). Las osamentas fueron sepultadas por los vecinos de la comunidad de Jacaná. En una ceremonia recordaron a las víctimas que murieron en las montañas en el intento de escapar la persecución militar bajo un contexto de guerra civil (1960-1996).
En 2013 Ríos Montt fue condenado a 80 años de prisión por genocidio y la sentencia fue levantada por "errores procesales". En 2018 las autoridades guatemaltecas iban a realizar un nuevo juicio contra el exdictador que murió antes que se pudiera llevar a cabo el proceso judicial. Ese mismo año la ONU reconoció que el pueblo maya ixil fue víctima de genocidio a manos de las fuerzas armadas.
Ceremonia a las víctimas de genocidio
En una ceremonia en la escuela pública de la comunidad de Jacaná ubicada en el departamento de Quiché, a unos 200 km de la capital guatemalteca, los pobladores colocaron velas y flores alrededor de los pequeños osarios.
Luego sepultaron las 59 osamentas en un monumento histórico que construyeron en memoria de las víctimas de la dictadura de Ríos Montt. Como el proceso para identificar individualmente los restos sigue en marcha, los osarios fueron sepultados sin identificar.
"Es un nuevo encuentro con sus familiares", explicó Diego Rivera, un sobreviviente de 68 años. Rivera tuvo que desplazarse de aldea en aldea para escapar los secuestros, asesinatos y desapariciones de la dictadura de Ríos Montt.
"Nos quedamos sin familiares porque fueron asesinados, buenos amigos también dieron su vida, perdimos nuestros bienes materiales", afirmó Rivera.
“Uno estando con su familia, aunque hay pobreza, uno vive bien, come bien, pero durante el conflicto armado quedamos sin comida, sin ropa, no había educación, ni salud", recordó.
Rivera habló sobre los sobrevivientes del conflicto armado y aseguró que la adversidad “nos creó la conciencia social, la solidaridad entre hermanos, el respeto y por ese respeto mucha gente sobrevivimos a conflicto armado, porque hubo unidad”.
Para sobrevivir a la persecución de la dictadura, muchas personas huyeron a las montañas. Este es el caso de Andrés Brito, de 55 años, que relató cómo el ejército llegó “a hacer masacres, quemar nuestra vivienda”. Brito tenía tres años cuando los soldados se llevaron a su papá. “A saber dónde lo fueron a matar, lo tiraron al agua o un perro lo comió o lo enterraron, ahí sí que no sé nada yo”, dijo.
"Han pasado muchos gobiernos y no ha llegado ayuda, nos tratan como que somos unos animales, no nos toman en cuenta que hemos sufrido mucho como área Ixil", denunció Brito.
La persecución del ejército llegó hasta las montañas donde destruían los cultivos y desde los aviones lanzaban bombas y balas desde helicópteros contra los guerrilleros.
"Sobrevivían comiendo hierbas, semillas y raíces"
Los indígenas que se refugiaron en la montaña tenían que permanecer en constante movimiento, explica Ricardo Pinto, integrante de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala.
"Las pocas siembras que lograban hacer al detectarlas el ejército las quemaba, entonces sobrevivían comiendo hierbas, semillas y raíces", explicó.
"Lamentablemente en esa dinámica sólo los más fuertes fueron sobreviviendo y mucha gente joven, niños, ancianos o que tenían algún padecimiento eran los que iban falleciendo", afirmó.
Los que morían eran sepultados en uno o dos lugares fijos para en un futuro poder identificarlos y que no quedaran perdidos en la montaña.
Así fue como los vecinos de la comunidad tenían información sobre uno de los cementerios clandestinos donde había restos de 30 personas. Pero cuando los forenses hicieron la exhumación encontraron 73 personas. Hasta el momento 12 de ellas fueron identificadas.
"Es un cementerio de personas que murieron de manera indirecta a causa de la violencia, murieron principalmente por enfermedad, por hambre, cansancio por los constante bombardeos y persecución", refuerza el antropólogo forense.
"No fueron víctimas directamente de las balas, pero sí de todo el contexto que dejó la violencia en sus comunidades durante la guerra", precisó.
Pinto resaltó la importancia de sacar a la luz "un poco de esa verdad que quedó escondida en la montaña".
"Estamos convencidos de la importancia que tiene el rescatar un poco de la historia de lo que sucedió en Guatemala. Es injusto que digan que no existió un conflicto armado, un genocidio, cuando todos ellos lo sufrieron en carne propia", aseguró el antropólogo.
Guerra Civil de Guatemala
La guerra civil en Guatemala duró 36 años (1960-1996) y dejó más de 200.000 muertos o desaparecidos. El 93% de las muertes fue responsabilidad de las fuerzas estatales, según documentó la ONU.
En 1982 Efraín Ríos Montt dio un golpe de Estado y durante poco más de un año fueron asesinados 1.771 indígenas ixiles. En 2013 el exdictador fue condenado a 80 años de prisión de genocidio y tortura sistemática. Poco después esa sentencia fue anulada por “errores procesales”.
En 2018 las autoridades de Guatemala iban a realizar una nueva investigación pero Ríos Montt murió el primero de abril a los 91 años. En octubre de 2018 la ONU reconoció que la comunidad maya ixil fue víctima de genocidio por los 1.771 indígenas "asesinados a manos de las Fuerzas Armadas con una intención de exterminio". El organismo internacional también llamó a que Guatemala procese penalmente a los responsables.