Please Baby Please                      5 Puntos

Estados Unidos, 2022

Dirección: Amanda Kramer.

Guion: Amanda Kramer y Noel David Taylor.

Duración: 95 minutos.

Intérpretes: Andrea Riseborough, Harry Melling, Demi Moore, Karl Glusman, Ryan Simpkins.

Estreno en MUBI a partir del viernes 31 de marzo.

Artefacto teórico-estético disfrazado de laboratorio experimental camp (y viceversa), el tercer largometraje de la californiana Amanda Kramer fue el film de apertura de la edición 2022 del Festival de Rotterdam. Una movida jugada, ya que a pesar de todos los rasgos de familiaridad que forman parte de su ADN, Please Baby Please no deja de ser un hueso audiovisual duro de roer. Las referencias visuales, musicales y textuales señalan en varias direcciones, de Amor sin barreras a Querelle, de los melodramas de los años 50 a Kenneth Anger, del gusto por el look de las pandillas juveniles al deseo queer exacerbado por vestuarios e iluminaciones, del divismo de peluquería y maquillaje grueso al underground beatnik de inconfundible sello neoyorquino. Pero lejos del homenaje o el simple pastiche, Kramer crea un objeto discursivo en el cual los roles masculinos y femeninos tradicionales son puestos en tensión desde el primero hasta el último de los 95 minutos de metraje.

Para ello contó con tres intérpretes de renombre, comenzando por la británica Andrea Riseborough, quien durante los últimos años demostró su enorme versatilidad para encarnar roles como los de Mandy, de Panos Cosmatos, Possessor, de Brandon Croneneberg, y la oscarizada To Leslie, dirigida por Michael Morris. La acompañan Harry Melling, el ex miembro de la banda de Harry Potter, quien de a poco se está abriendo un camino como actor adulto, y Demi Moore en un papel breve pero definitivamente intenso. 

Arthur y Suze, clarinetista y ama de casa respectivamente, son una pareja joven cuya afinidad con el arte incluye a un grupo de amigos beat ligados a la poesía y la música. Una noche, al regresar a su departamento en el segundo piso de un edificio urbano, son testigos de la golpiza a un transeúnte provocada por los Young Gents, una pandilla callejera creada a imagen y semejanza hiperbólica de El salvaje, gorra motoquera incluida.

Mientas Arthur comienza a deconstruir el rol masculino moldeado por los padres y la sociedad, a partir de una serie de visitas a un club nocturno donde el líder de la banda pasa sus noches, Suze conoce a su vecina del piso 10, una mujer que parece estar de vuelta de casi todo y le deja las llaves del piso para alimentar a su gato. El deseo sexual, entonces, cambia de sentido, o al menos rompe las barreras que permanecían firmemente ubicadas en su lugar. 

Eso es casi todo en términos de trama. Lo importante, lo esencial en Please Baby Please es de otra índole. Kramer edifica el relato a partir de una serie de escenas de raíz y estructura ostentosamente teatral, rompiendo a golpes la cuarta pared de manera recurrente, insertando aquí y allá breves momentos musicales (mención aparte para una rendición “maricona” de “Since I Don't Have You”, el clásico doo-wop resucitado con enorme éxito por Guns N' Roses). Los diálogos, por momentos anti naturalistas, las actuaciones llevadas al límite, la utilización de juegos de luces teatrales, la enorme distancia impuesta entre obra y audiencia, le dan forma a esta tesis con formato de largometraje que funciona mejor a un nivel cerebral, como tesis de su propia estructura y ambiciones, que como experiencia cinematográfica.