El índice de pobreza alcanzó al 39,2 por ciento de la población económicamente activa en el segundo semestre del pasado año, por encima del 37,3 por ciento de igual período del 2021, según informó el Indec este jueves. Por su parte, la indigencia bajó levemente de 8,2 a 8,1 por ciento en el mismo lapso. Con relación al primer semestre 2022, la pobreza trepó del 36,5 al 39,2 por ciento y la indigencia se redujo del 8,8 al 8,1 por ciento.
Con una población estimada en 46,2 millones de habitantes, estas cifras implican que 18,1 millones de personas están por debajo de la línea de la pobreza y, dentro de ellos, 3,7 millones son indigentes.
Si bien la economía creció el año pasado 5,2 por ciento y el desempleo retrocedió de 7 a 6,3 por ciento, la pobreza se disparó de la mano de la aceleración de la inflación que trepó 94,8 por ciento luego de haber subido 50,9 por ciento en 2021.
El segundo semestre del año pasado comenzó con la renuncia del entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, el sábado 2 de julio. El día anterior el dólar blue había cerrado a 239 pesos. El lunes siguiente llegó a 260 pesos y el 21 de julio, apenas 20 días después, cerró a 337 pesos, un 41 por ciento más que el día previo a la salida del ministro.
Un trayecto similar recorrieron los dólares financieros. El dólar contado con liquidación había cerrado a 252 pesos el 1 de julio y el 27 de julio llegó a 339 pesos, un 34,5 por ciento más. Esa suba de los dólares paralelos impactó de lleno sobre los precios en un contexto de fuerte incertidumbre que terminó con el desembarco de Sergio Massa en el Ministerio de Economía luego de un fallido interregno de Silvina Batakis.
Lo que se recoge ahora en materia de pobreza son los frutos de esa inflación descontrolada que se terminó duplicando respecto de 2021.
Pobreza por edad
Si se analiza el impacto por grupo de edad, se destaca que un poco más de la mitad (54,2 por ciento) de las personas de 0 a 14 años son pobres. Entre los jóvenes de 15 a 29 años ese porcentaje es del 45 por ciento y entre los que tienen entre 30 y 64 años baja al 35 por ciento. Por último, entre la población de 65 años y más, el 14,5 por ciento se ubicó bajo la línea de pobreza.
El Indec informó también que el 37,8 por ciento del total de los ciudadanos pobres está comprendido en el grupo etario que va de 30 a 64 años, el 31,7 por ciento son niños de hasta 14 años, el 26 por ciento jóvenes de 15 a 29 años y el 4,5 por ciento restante está integrado por mayores de 65 años.
Pobreza por región
Por regiones, las provincias del Noroeste y del Noreste encabezaron la tabla del Índice de pobreza con porcentajes del 43,6 por ciento y 43,1 por ciento, respectivamente. En orden decreciente se ubicaron luego las provincias de la región Cuyo, con el 39,6 por ciento; el Área Metropolitana Buenos Aires -Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense-, con el 39,5 por ciento; la zona Pampeana, con el 36,3 por ciento; y la Patagonia, con el 34,7 por ciento.
Tanto en los aglomerados de 500.000 y más habitantes como en los de menos de 500.000 se observó un aumento de la pobreza de 2,2 y 4,7 puntos porcentuales respectivamente, con respecto al primer semestre de 2022.
Un dato contrastante en la región del AMBA o Gran Buenos Aires fue que el índice de pobreza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue de 16,1 por ciento en el segundo semestre de 2022, mientras que en los partidos del conurbano bonaerense se ubicó el 45 por ciento.
Por ciudades, el mayor porcentaje de índice de pobreza se registró en Concordia, Entre Rios, con el 55,2 por ciento; seguido por Resistencia, Chaco, con el 54 por ciento; Santiago del Estero, con el 46,5 por ciento; San Luis y Corriente, ambas con el 45,2 por ciento.
En lo que respecta al nivel de índigencia, el mayor número correspondió a Resistencia, con el 14,4 por ciento; seguida por Formosa y Santa Rosa, La Pampa, ambas con el 13,2 por ciento; y Concordia, con el 11,1 por ciento.
Varios especialistas coinciden en destacar que la foto del segundo semestre puede seguir empeorando durante este año. De hecho, las cifras se conocen en medio de un escenario marcado por una fuerte desaceleración del crecimiento económico, debido, entre otros factores al impacto de la sequía, y una nueva aceleración de la inflación que se ubica en torno al 7 por ciento mensual. A su vez, el gobierno enfrenta una escasez alarmante de dólares que podría derivar en una devaluación del dólar oficial. Si eso ocurre con la inflación en el 7 por ciento mensual y la economía en recesión, la situación de pobreza podría empeorar dramáticamente, dejando en claro que Argentina todavía no tocó fondo.