Las empresas en Australia con 100 o más empleados se verán obligadas a revelar los salarios de sus empleados a partir de 2024, tras la sanción de una nueva ley aprobada este jueves por el Parlamento, que tiene por objetivo avanzar hacia el cierre de la brecha salarial de género.
La nueva norma fue una de las promesas de campaña del primer ministro, Anthony Albanese, y busca terminar con la brecha salarial por la cual actualmente una mujer cobra en Australia un 13% menos que un hombre.
"Las mujeres esperaron lo suficiente para que se cierre la brecha salarial, este gobierno no les permitirá esperar otro cuarto de siglo", expuso en un comunicado la ministra de Finanzas y de la Mujer, Katy Gallagher.
Así, destacó la medida que busca utilizar la transparencia salarial como herramienta para cerrar la brecha salarial de género, comparar y en caso de ser necesario abogar por un salario justo. Aún no dieron detalles sobre si impondrá algún tipo de sanción a las empresas que no cumplan la nueva ley.
La medida es similar a las aprobadas en otros países como el Reino Unido, en 2017, además de en la Unión Europea, en 2021, que obligan a las empresas con más de 250 empleados a informar sobre la diferencia en las ganancias del personal masculino y femenino.
Brecha salarial: cómo es la situación en Argentina
A pesar de que la recuperación económica se ubica por encima del promedio de los últimos siete años y que las mujeres alcanzaron una tasa de actividad histórica, la brecha con los varones se amplió, según el informe de 2022 del Observatorio de Género del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Las estadísticas muestran que al primer trimestre de 2022, el ingreso medio de los ocupados hombres era de $70.811 brutos, mientras que el sueldo medio de las mujeres era de $51.674, lo que implica una diferencia de 27%.
Esta situación redunda en una asimetría en los ingresos: “para el tercer trimestre del 2022, los varones percibieron un 24,6 por ciento más de ingresos personales y un 22,8 por ciento más de ingresos por ocupación principal que las mujeres”.
En términos generales, “las mujeres siguen teniendo menor tasa de actividad, mayor desocupación, y cuando acceden al trabajo, lo hacen en empleos de menor calidad y en sectores de menor ingreso”. Y en el caso de las personas jóvenes, las mujeres “presentan una tasa de desocupación de 16,6 por ciento contra 14,3 por ciento en los varones”, precisan desde CEPA.
“La distribución desigual en el acceso al mercado laboral y a los ingresos entre varones y mujeres tiene como correlato la brecha patrimonial. El análisis de los impuestos directos sobre la riqueza da cuenta de que la misma se encuentra fuertemente masculinizada”. Dicho de otro modo, afirma el informe del CEPA: “Las mujeres ganan menos, poseen menos riqueza y destinan mayor porcentaje de sus ingresos a impuestos indirectos y regresivos como el IVA” resumen.