El proceso de juicio político está dejando al descubierto las fisuras que existen al interior de la Corte Suprema, un terreno siempre fértil para las intrigas palaciegas. Uno de los funcionarios más influyentes del tribunal recusó a los cuatro ministros en un pleito que mantiene con la líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió y dijo que tres de ellos —Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda— son defendidos acérrimamente por la dirigente opositora.
La movida sorprendió dentro y fuera del Palacio de Talcahuano. El artífice de la sorpresa fue Héctor Daniel Marchi, el secretario general de Administración de la Corte, que llegó a ese cargo de la mano de Ricardo Lorenzetti, se sostuvo con Rosenkrantz y se afianzó con Rosatti.
A modo de bienvenida, Carrió denunció a Lorenzetti y a Marchi en los primeros días del gobierno de Mauricio Macri. Los acusaba de enriquecimiento ilícito. La causa terminó sobreseída en marzo de 2016.
Marchi decidió entablar una demanda civil contra Carrió y Fernando Sánchez, el otro denunciante. La Cámara Civil le dio la razón en 2018 y sostuvo que los diputados no tenían inmunidad ante la falsa imputación de un delito. Después de ese fallo, los dos integrantes de la Coalición Cívica llevaron el tema a la Corte Suprema, donde el expediente está inmóvil desde 2019 —según puede verse en la consulta del expediente digital—. En 2020, la procuradora fiscal Laura Monti dictaminó en línea contraria a los intereses de Marchi.
En la presentación que hizo con su abogado Hernán Folgueiro, Marchi sostuvo que Carrió usó esa denuncia penal para nutrir un pedido de juicio político contra Lorenzetti en 2017 y que después fue vuelto a presentar en 2019 por dos de sus diputados, Juan Manuel López y Paula Oliveto Lago.
El argumento del secretario general de la Corte es que lo que era inicialmente una denuncia contra un único ministro —Lorenzetti— se terminó convirtiendo en una causal de juicio político contra el resto. “Se apoya en supuestos hechos de gestión de la administración que tuvieron continuidad con posterioridad a la interposición de la denuncia, y que refieren a asuntos en los que tomaron intervención todos los ministros”, dice la recusación.
Pero la razón central para pedir que se aparten todos es otra. “Mientras yo mantengo una disputa legal contra Elisa Carrió ante estos estrados, vuestras excelencias se encuentran sometidos a un proceso de juicio político en el que mi contraparte interviene como acusador de uno y defensor acérrimo de otro”, sostuvo.
Las internas al desnudo
De alguna manera, lo que hizo Marchi fue dejar al descubierto los alineamientos de un sector del tribunal con la oposición. El señalamiento no es inocente, ya que hace tres meses se conocieron los chats que intercambió Silvio Robles, la mano derecha de Rosatti, con Marcelo D’Alessandro, que debió renunciar al ministerio de Justicia y Seguridad porteño tras una seguidilla de filtraciones.
El encono de Carrió con Lorenzetti es de larga data. Durante el gobierno de Cambiemos, mientras Macri buscaba mostrar un rostro más conciliador con el entonces presidente de la Corte, Carrió atizaba esa relación a base de denuncias penales y pedidos de juicio político. Fue durante esa administración que Lorenzetti terminó desbancado de la presidencia de la Corte en un golpe palaciego en el que no pocos vieron la mano de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, aliado de Carrió.
En cambio, Rosatti llegó a la Corte con la bendición de Carrió. Sin embargo, “Lilita” llegó a declarar que estaba “muy decepcionada” con él porque había sostenido a Marchi en la Corte. En el tribunal, por el momento, hay una alianza táctica entre Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda.
Cuando comenzó a reunirse la Comisión de Juicio Político, la Coalición Cívica había dicho que el Frente de Todos no iba a acusar a Lorenzetti. Sin embargo, el oficialismo avanzó contra los cuatro integrantes del máximo tribunal pese a los presagios de los “lilitos”.
La reacción política
En la Comisión de Juicio Político siguieron con interés la presentación que hizo Marchi ante la Corte porque entienden que es un coletazo del proceso que se está llevando adelante en la Cámara de Diputados desde febrero contra los cuatro supremos.
Desde la Coalición Cívica se defienden de lo que denunció Marchi en su escrito y dicen que ellos no impulsaron, de ninguna manera, el juicio político contra todos los ministros sino únicamente contra Lorenzetti. "Otra chantada de Marchi", responden.
En el Frente de Todos leen que la mayoría de la Corte busca recortarle poder a Marchi mientras sostiene a Robles pese a los cuestionamientos por los chats con D’Alessandro. También dicen que la interna recrudeció después de la renuncia de Aldo Tonón a la dirección de la Obra Social del Poder Judicial. Tonón era un hombre de confianza de Maqueda. Por si quedaban dudas de eso, la Comisión de Juicio Político recibió un e-mail que había mandado Maqueda en el que se describía como ministro coordinador de la Obra Social.
Lo que sucede con la obra social es otra de las causales de juicio político que enfrentan los cortesanos. Es una posibilidad que el tratamiento de esta situación se produzca en las próximas semanas. Marchi será convocado como testigo. “Será citado oportunamente cuando se trate el asunto de la obra social”, anticipó a Página/12 la diputada Carolina Gaillard, presidenta de la Comisión de Juicio Político.
En las últimas semanas desfilaron secretarios o funcionarios del máximo tribunal ante diputados y diputadas. La intervención más rimbombante fue la de Federico Morgenstern, el secretario letrado de Rosenkrantz que tuvo a su cargo la construcción del fallo del 2x1 para el represor Luis Muiña, uno de los torturadores del centro clandestino que funcionó en el Hospital Posadas.
La reacción de la Corte Suprema
La Corte respondió en cuestión de horas a la recusación de Marchi, según informó la periodista Paz Rodríguez Niell en La Nación. El trío Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz la rechazó por extemporánea: dijeron que debió haberla presentado en los días siguientes al 9 de febrero pasado, cuando la Comisión de Juicio Político decidió tramitar las denuncias en su contra. Lorenzetti no firmó.
En su escrito, Marchi había remarcado que la causa tiene una demora de cuatro años. Sin embargo, la resolución del pedido de apartamiento fue casi inmediata. Como en todos los casos, la aplicación de la cronoterapia de la Corte es selectiva.