El entrenador del seleccionado argentino de básquetbol, Sergio Hernández, puntualizó ayer que trabaja en un “proceso de recambio” tras el retiro de casi todos los integrantes de la Generación Dorada, en el marco de la primera práctica de cara a la Copa América. “Nosotros tenemos como objetivos competir al máximo nivel posible y al mismo tiempo formar una nueva camada de jugadores para el básquetbol nacional. Estamos en el proceso de recambio más grande del último tiempo, casi combinado con la posibilidad de competir actualmente en un certamen como la Copa América”, explicó el director técnico en la rueda de prensa.
El certamen continental se jugará desde el próximo 27 de agosto en Bahía Blanca, donde Argentina integrará el Grupo C, junto con Venezuela (rival del debut), Islas Vírgenes y Canadá.
“Para la convocatoria de estos nuevos jugadores usé dos criterios: el nivel de proyección y el de competitividad”, argumentó el bahiense. La nómina de jugadores se compone en general por jóvenes talentos, como es el caso de Facundo Campazzo (Real Madrid de España), Patricio Garino (Orlando Magic de Estados Unidos), Nicolás Brussino (Atlanta Hawks de Estados Unidos) y Nicolás Laprovíttola (Zenit de Rusia), más el único campeón olímpico en Atenas 2004, Luis Scola (Shanxi Brave Dragon de China). “Luis (Scola) no solamente sigue presente, sino que continúa vigente porque una cosa es estar y otra es estar a la altura, y él está a la altura como la primera vez”, valoró Hernández.
Al mismo tiempo, el entrenador más ganador de la Liga Nacional de Básquetbol (LNB) reconoció: “El retiro de las camisetas de jugadores como Emanuel Ginóbili y Andrés Nocioni nos generan sentimientos encontrados, ya que por una parte uno se pone feliz del homenaje pero a la vez mal porque dejaron la actividad o el seleccionado”. Y en ese tono sostuvo que le gustaría que jueguen “para siempre” porque han sido deportistas “emblemáticos” para el país.