"Profe… el viernes a la noche se nos rompió el preservativo, ¿estoy a tiempo de tomar la pastilla si la consigo?"

Esta frase es escuchada con frecuencia por docentes y por quienes comparten el ámbito escolar con adolescentes y jóvenes, y prestan oídos a sus necesidades. También es una consulta reiterada en las salitas y los centros de salud.

Nos mordemos el labio cuando la escuchamos, porque sabemos que si se hubiera tomado la pastilla de Anticoncepción Hormonal de Emergencia (AHE) en las primeras 12 horas después de la relación sexual sin protección, la posibilidad de que se produzca un embarazo sería ínfima.

Esta medicación de emergencia es el último recurso para evitar un embarazo no intencional después de una relación sin protección o cuando el método utilizado falló. Pero a pesar de que la AHE no tiene contraindicaciones y puede tomarse todas las veces que sea necesario, seguimos registrando importantes barreras para que las personas accedan a tomarla en el momento en que resulta más eficaz: cuanto antes.

Su eficacia desciende significativamente con el paso del tiempo: si se toma dentro de las primeras 12 horas es del 95%, mucho mayor que a las 72, a las 96 o a las 120 horas. Después de los 5 días de esa relación sexual ya no tiene efecto. Por eso, quienes trabajamos cotidianamente para garantizar derechos de las adolescencias, impulsamos esta campaña que involucra a diversos sectores: salud, educación, medios de comunicación y a la sociedad en su conjunto, para conseguir que la AHE esté a disposición cuando se la necesite, ya que el momento de la toma hace toda la diferencia.

Es imprescindible derribar los mitos que se han extendido en estos años, por desconocimiento o por malicia, y que son alimentados por quienes siempre están en contra del derecho al placer y de la autonomía para decidir. Queremos que toda la población sepa que la anticoncepción de emergencia se debe tomar lo antes posible. Que el día después se puede utilizar, pero su eficacia es mucho menor. Que cuanto más cerca de la relación sexual sin protección se usa, resulta más eficaz, pero para que eso ocurra debe estar en cada mochila, botiquín y armario.

También es importante que se conozca que la AHE no tiene ninguna contraindicación, que la puede tomar cualquier persona, que no produce efectos adversos (solo puede cambiar la fecha de la menstruación, generar náuseas o malestares menores), y que no se necesita una consulta médica previa a su toma. Es la última posibilidad de evitar un embarazo no intencional y no hay motivo para que no esté al alcance de la mano.

El Ministerio de Salud de la Nación y el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires afirman en sus documentos técnicos y difunden en sus comunicaciones, que todas las personas con capacidad de gestar, independientemente de su edad, pueden usar AHE de forma segura y efectiva. Que puede ser usada todas las veces que sea necesario sin que se requiera ningún examen previo. Sin embargo, tenemos una regulación sobre la dispensa de AHE que es anacrónica en relación a los enormes avances en derechos sexuales y reproductivos. No responde a ninguna evidencia científica, y muchas veces resulta un obstáculo para que las personas puedan decidir de manera autónoma sobre sus cuerpos y sus vidas. Para facilitar su acceso resulta indispensable modificar con urgencia la condición de venta bajo receta.

Las pastillas ya se consiguen de manera gratuita en centros de salud y hospitales, y deben ser entregadas a todas las personas, incluyendo adolescentes a partir de los 13 años sin necesidad de acompañamiento de una persona adulta. Pero, dada la importancia de tomar la pastilla lo más rápido posible, para evitar barreras y dificultades para el acceso que todavía se registran en algunos servicios de salud, sería estratégico que la AHE estuviera disponible en todos los lugares donde circulan adolescentes, jóvenes y todas las personas que decidan usarla.

La Campaña por la Anticoncepción Hormonal de Emergencia (AHE) accesible es parte del proyecto ESI Igualdad impulsado por Amnistía Internacional, y es una oportunidad para fortalecer las políticas públicas, profundizar la articulación entre sectores, ampliar la información y el ejercicio de los derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos. Serán necesarias muchas acciones que clarifiquen las formas de uso, que destierren los mitos y las ideas erróneas sobre la AHE, que modifiquen las normativas e impulsen el trabajo en conjunto respecto a la implementación de la Educación Sexual Integral y, por sobre todas las cosas, que luchen por garantizar los derechos que con tanto esfuerzo supimos conseguir.

Si tenés dudas o consultas sobre la AHE, o querés tener mayor información acerca de la Campaña, podés seguirnos en nuestras redes (@aheaccesible en Facebook, Twitter, Twitch, Youtube e Instagram) o escribirnos al mail [email protected]

*La Campaña está integrada por la Asociación Metropolitana de Equipos de Salud (AMES), el Postítulo Especialización Docente de Nivel Superior en Educación Sexual Integral I.S.P. Joaquín V. González, y la Asociación Civil de Comunicación y Cultura La Retaguardia