La provincia de Buenos Aires está atravesando la sequía más grande de la que se tenga registro. El fenómeno meteorológico conocido como “La niña”, dejó mucho más que tierra agrietada que extraña la lluvia hace ya demasiados meses, sino que también dejó una crisis agraria difícil de afrontar.

Esta semana, el Ejecutivo bonaerense anunció la extensión de la Emergencia Agropecuaria por lo menos hasta octubre. A pesar de eso, los representantes del sector hablan de una pérdida que ronda el 80 por ciento y advierten que necesitarán “cuando menos dos años buenos” para recuperarse.

Carlos Achetoni es el presidente de la Federación Agraria Argentina desde hace cuatro años y medio. “Es una situación muy difícil la que está atravesando el sector productivo, principalmente por las circunstancias de sequía y de heladas que afectan a las economías regionales, a la ganadería por falta de alimento a los tambos y a los cultivos extensivos de soja, girasol, maíz, y trigo”.

Producto de la sequía, Achetoni habla de pérdidas que rondan los 23 mil millones de dólares. “Cuando hablamos de productores que trabajan en tierras arrendadas, es decir que no son propias, en donde le van a llevar mucho tiempo recuperarse del impacto, si es que lo logran, siempre que haya algún salvataje de la producción", advierte. 

En cuanto a la ganadería, explica que “los daños no son solo de bajo índice de parición sino de liquidación forzosa de vientre, ante la falta de pastura y el ingreso al invierno sin alimento”. “Se estima a que se va a retraer los números de rodeos a antes de la reapertura de la exportación, por lo cual se calcula que se perderá entre 3 a 5 millones de cabezas, algunas de muy buena calidad, que se deberán liquidar”, completa.

Desde la ciudad de Pergamino, el secretario de la organización Base Federada y representante la Mesa Agro Alimentaria, Sebastian Campo, define esto ultimos meses de sequía como “los mas duros que me tocó vivir”. “Si bien hasta que no esté la cosecha levantada no se sabrá cuál es la pérdida real, estimamos que no bajará del 70 por ciento o el 80 por ciento.”

Más allá de eso, con los anticipos que hablan de una paulatina recuperación en materia climática, Campo dice que todo dependerá de la próxima campaña.  “Si logro sembrar buen trigo, me va bien con la cosecha y los precios son buenos; quizás me pueda acomodar en un par de años, pero si la tendencia a la sequía continua esto se extiende, todo se retrasa", señala y asegura: "Si yo tengo una buena cosecha en la campaña 24/25, probablemente en un año o dos me acomode". 

Ambos productores coinciden en la necesidad de “un programa de salvataje claro y serio que se centre en los pequeños y medianos productores”. Hablan de la importancia de las excepciones impositivas sobretodo en lo que respecta al mobiliario en la Provincia y a las ganancias en Nación. 

Vientos de cambio

Con este panorama, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires había anunciado el martes último la prórroga de la declaración de Emergencia y Desastre Agropecuario, por lo menos, hasta octubre.

Fue luego de una reunión que el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, encabezó junto al ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, y representantes de las entidades rurales. 

Allí se decidieron una batería de medidas que van desde implementacion de créditos, el financiamiento con tasas bonificadas y la flexibilización de cargas impositivas, para ayudar económicamente a la producción agrícola/ganadera bonaerense, mientras la naturaleza vuelve a permitirles una tregua en forma de lluvias

Carlos Zotelo, meteorólogo de Conicet define al fenómeno de "La niña" como "la gran vedette”, cuando se habla de las causas de la sequia”. “Es un enfriamiento de las aguas del océano pacifico central medio grado por debajo de lo normal por lo menos por tres meses consecutivos, eso trae implicancias a nivel global con el transporte de la humedad”, explica. 

Según el meteorólogo, el fenómeno trae implicancias,  entre las que enumera las  precipitaciones en la zona cordillerana, y la precipitación en forma de nieve en las altas cumbres, desde Mendoza hasta Esquel. "Específicamente en la zona productiva del país ha traído falta de lluvias, sobre todo en los últimos tres años”, señala apuntando a la experiencia bonaerense. 

Pero además, la situación que se vivió en los ultimos meses sumó algunas complicaciones particulares. “La Niña se mezcló con otros índices como la oscilación del Océano índico y la oscilación de Sudamérica; y esos tres índices justamente dieron la misma señal, se potenciaron entre si y trajeron la sequía que afectó principalmente en el último año”, especificó. 

Sin embargo, con el ciclo terminado, la expectativa mejora sus horizontes. En diálogo con Buenos Aires/12, Zotelo anticipa la posible llegada de la contracara de La niña. “El Niño ,en oposición a lo que ya hablamos, es un calentamiento que se da en el océano Pacifico central, de medio grado por arriba de lo normal por tres meses consecutivos”, señala.  Y vaticina: “Estamos esperando que la finalización de la Niña se transforme después de unos meses de neutralidad, en el regreso del Niño y por lo tanto mayor precipitación en las zonas donde antes teníamos este déficit, principalmente desde agosto en adelante”.

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