“Dicen que las fotos te sacan el alma, lo dicen los pueblos originarios, así que puro materialismo voy a ser ahora” bromea el sacerdote Paco Olveira, y posa junto a las dos scouts que llegan a la Plaza de Tribunales, desde Merlo, de su parroquia: “Zona oeste”, subrayan. El retrato es uno de los cientos que se toman con él quienes llegan a saludar. Este viernes finalizó el ayuno que el sacerdote encabeza por la consigna “Democracia sin mafia judicial”. Frente al Palacio de Justicia, en el corazón de la ciudad. Y allí Paco reza: “¡Proscripción, al carajo!”. Y sobre esa convicción construyó esta semana una épica cívia.
El sacerdote es agudo en sus palabras, y cuando bromea para la foto, realiza al mismo tiempo la reivindicación de la palabra de los pueblos originarios: les da credibilidad. “En una semana donde se vuelve hablar de pseudomapuches, y vuelve a estar la justicia en los conflictos que buscan desalojarlos, hay que hermanarse. Porque esta justicia responde a la oligarquía, a su matriz económica y falla a favor de esos intereses”, reflexionará luego en la entrevista con Página/12, antes de la misa de cierre del ayuno.
Las chicas scouts, también ríen para la foto. Están felices. “La lucha de Paco moviliza” dice Romina, la madre de las adolescentes, emocionada también, y contenta. Vienen de Merlo, Libertad. “Del Barrio Eva Perón, allá vive el padre Francisco” se enorgullecen. “Porque él vive a la par del pueblo y comparte su comida sin pedir nada”, lo presentan. Francisco Olveira, o “padre Paco”, sacerdote en Opción por los Pobres.
Es el séptimo día del ayuno iniciado el Día de la Memoria, este 24 de marzo. "El siete es un número bíblico, es la plenitud” señala Paco. Y habla, todo el tiempo, con la gente que se acerca, mientras se escuchan guitarras y se bailan chacareras. Allí, al costado de las cuatro pequeñas carpas donde duermen --sobre la calle Talcahuano a la entrada del Palacio y bajo una enorme bandera con el rostro enmarcado en el pañuelo blanco, de Hebe de Bonafini--, el padre Paco y las cuatro personas que lo acompañan, en ayuno.
Puesto a reflexionar sobre estas jornadas de inusitada rebeldía cívica, explicará la continuidad de la lucha: desde la memoria de las Madres, a la confrontación “con la mafia judicial que sostiene el poder económico de la oligarquía” define. “Porque tuvimos una dictadura militar que dejó 30.000 compañeras y compañeros desaparecidos", para imponer un modelo económico. “Hoy ese poder se sostiene con los fallos de estos cuatro jueces que no tiene autoridad moral para ejercer los cargos que ocupan”, analiza.
En el micro que oficia de sala de reuniones, Paco se sienta, invita a compartir la mesa de campaña, toma un mate, y conversa. Mientras en la calle continúa el festival a la espera la misa. “De la celebración de confraternidad religiosa” precisa el sacerdote, también abogado. Nacido en Málaga, España. Paco llegó a la Argentina en 1987. Aquí se nacionalizó. Y aunque conserva la cadencia del habla de Andalucía, su argentinidad se expresa en actos, como esta huelga de hambre contra de la trama político judicial que amordaza “el futuro de nuestra patria”, describe.
--¿Cómo está, padre, se sintió acompañado estos días?
--Mucho, por los vecinos, por compañeros y compañeras que están desde el primer día cuando decidimos instalar las carpas del ayuno, y los que se sumaron. Hubo mucha repercusión, más de lo esperado. Nosotros queremos aportar nuestro granito de arena y eso crece. ‘Crece desde el pie’ como dice (Alfredo) Zitarrosa.
--¿Cómo nació esta idea, cuál fue su inicio?
--Quisimos acompañar a Les Jóvenes, que invitaron a que desde la plaza viniéramos a la Corte. Y siguiendo la palabra de Hebe, que apuntaba contra la Corte, decididamente. Porque acá está el problema, en el partido judicial, como en Honduras, Perú, Brasil, Bolivia, Ecuador. Acá proscribiendo a la vicepresidenta. Con perdón de la expresión pero nosotros le decimos a la Corte: “¡Proscripción al carajo!”. No tenemos miedo.
“Proscripción al carajo”
Paco parafrasea la consigna con la que Hugo Chávez definió un posicionamiento económico: “ALCA, ALCA, al Carajo". En tiempos de Néstor Kirchner, Lula da Silva e incluso Diego Maradona, en la Cumbre de los Pueblos, en 2005, y sintetizó la derrota del Tratado de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsado por los Estados Unidos. Hoy, el poder que enfrentan los gobiernos populares, es judicial, insiste.
Eso motivó a quienes se acercaron e hicieron crecer la magnificencia de esta vigilia: en misas pequeñas primero, cantando en las calles después. Rodeados por la policía de la ciudad, pero custodiados por los vecinos que llegaban a solidarizarse, dieron vueltas al Palacio de Justicia en abrazos simbólicos. Detallaron en una carta los argumentos por los que “tiene que renunciar los supremos”, repasa, categórico. Y la entregaron en un episodio que inundó Tribunales con la consigna: “Se va a acabar, la dictadura judicial”.
--¿Dónde se entregó la carta? ¿La recibieron? ¿Se dieron por aludidos?
--Fuimos al cuarto piso a entregarla. Pero primero nos sentamos en el hall a cantar. Tenemos el papel sellado, aunque no fue de primera. Y creo que aludidos se sienten porque no salió nada en La Nación ni en Clarín. Quisieron callarlo. Como al ayuno. Pero los jóvenes que usan muy bien las redes lo difundieron y así fue creciendo.
--¿Cree que va a tener respuesta esa carta?
--Creo en los milagros, sobre todo cuando se los empuja. Y aunque queremos una repuesta, si no la hay, el silencio será una respuesta. Lo importante es mantener la lucha. Lo que vamos a hacer es seguir en las calles, seguir el juicio político a la Corte, cual David contra Goliat, porque a veces, David gana.
--¿Qué expectativa tenían cuando se inició el ayuno?
--La verdad, no pensamos en lo que iba a surgir, pero superó lo que imaginábamos, es más de lo esperado. Por el cariño y el acompañamiento. No nos dejaron ni un minuto, solos. Vino mucha gente en forma individual, sin una organización, y vinieron las organizaciones, los sindicatos, los diputados de la Comisión de Juicio Político... Es un camino, se crece, se aprende en el camino.
--Hay una mujer boliviana, Domitila Barrios de Chungara, minera, que usted recordó como inspiración estos días. ¿Por qué trajo a Domitila a esta causa?
--Me inspira su historia, una mujer pobre del interior de Bolivia que en 1978 les dice a cuatro compañeras que el problema no era la dictadura militar ni la oligarquía, sino el miedo. Y se fueron a la capital, iniciaron una huelga de hambre y al recibir apoyo y el acompañamiento de otras mujeres, lograron voltear a la dictadura de Hugo Banzer. La fortaleza está en las redes solidarias, y en las manos hermanas que se animan.
El ayuno
El padre Paco este viernes terminó el ayuno junto a los curas Miguel "Pancho" Vello y Rodolfo "Fito" Viano, que lo acompañaron desde el inicio. Y a Carolina Amejeira y Susana Traversi, de organizaciones de DDHH, católicas y feministas, quienes, junto a otros voluntarios y militantes sociales se fueron acercando estos días. Como los Veteranos de Malvinas: “Aquí está Gustavo que ayer cumplió 60 años” dirá Paco, luego, antes de iniciar la misa. O como Gladys, trabajadora judicial que también hizo el ayuno.
--¿Lo que se fue haciendo estos días fue improvisado, entonces?
--Hicimos acciones y se pudo hacer porque fuimos acompañados, ahí nos animamos. Primero no nos dejaban siquiera instalar el gazebo. Larreta nos quería echar. Llovía. Pero nos instalamos y no nos pudo sacar. Cortamos la calle, después dimos la vuelta abrazando al edificio, al Palacio. Porque el Palacio de Tribunales es del pueblo.
--Después entraron al edificio…
--Entramos en grupo, a entregar la carta. Entramos los cinco del ayuno, cantamos “El pueblo unido jamás será vencido”. Lo pienso y más me convenzo: “la única lucha que se pierde es la que se abandona”, eso nos enseñan las Madres (de Plaza de Mayo). Dios quiera que salga bien, porque uno no hace una huelga... ¡porque quiere! Los obreros no hacen huelga porque no quieren trabajar, lo decía (Carlos) Mugica, es parte de una lucha. En este caso contra los fallos de la Corte que son siempre a favor de los sectores concentrados, de los formadores de precios.
--Se publicó el índice de pobreza: 18 millones de personas en esa condición, justamente.
--Clarín informa que aumentó la pobreza, pero no da las causas por las que ocurre. Las causas son estos fallos. Tenemos un partido judicial que destruye a los gobiernos que, con sus virtudes y defectos, son la elección popular. Mantienen detenida a Milagro Sala. Ignoran los ataques a los dirigentes: Cristina y Evo están vivos de milagro. Y son políticos que se juegan, y dan la vida por sus convicciones, y por el pueblo.
--¿Y cuál puede ser el camino a seguir ahora?
--La lucha, no hay otro. Y es importante el apoyo de estos días, porque realmente en nuestra patria no hay futuro con esta justicia que se adueña del poder ejecutivo y del legislativo. Y tiene connivencia con la derecha de nuestra patria. Como se vio en Lago Escondido, o con el fallo por la coparticipación.
--¿Cómo ve la proyección electoral para este año?
--No hay futuro con esta Corte. Y si dos de los máximos jueces aceptaron ser sus miembros y entrar por la ventana, por el armado macrista de (Fabián) “Pepín” Simón, nosotros no podemos naturalizarlo. Yo no sé lo que va a suceder en las elecciones, pero voy a hacer todo lo posible para que no vuelva la derecha a la Argentina.